Estamos justamente atravesando la temporada
invernal, en donde los resfriados son bastante comunes. La influenza es una
molestia para todos nosotros, pero para un grupo particular de personas,
alrededor de la mitad de la población mundial, es particularmente más difícil:
los hombres. O al menos así es como parece.
Durante años, las mujeres han estado acusando a sus
parejas masculinas de ser demasiado dramáticos acerca de sus enfermedades, y
del resfriado en particular, y exagerando cuán enfermos están realmente, hasta
el punto en que pasan días enteros en cama y se sienten incapaces para hacer
cualquier tarea. Pero, ¿Qué tal si no lo estuvieran fingiendo? ¿Qué pasaría si
los hombres realmente reaccionan más mal al resfriado que las mujeres?
Un médico general y profesor asistente clínico en
la Universidad Memorial de Newfoundland
en Canadá, el Dr. Kyle Sue, se cansó de ser acusado de reaccionar de manera
exagerada al resfriado, y se dispuso a llegar al fondo del asunto del
‘resfriado masculino’ y averiguó si era un mito o un hecho científico.
Se ocupó de esto a través de una búsqueda rigurosa
de toda la literatura científica existente sobre las diferencias de sexo en
inmunología y encontró información verdaderamente reveladora:
Un estudio de 1984 de la Universidad Bar Ilan en Israel comparó la capacidad inmunológica de ratones machos y hembras, encontrando lo
que parece ser una conexión directa entre el estrógeno y una actividad inmune mejorada,
lo que sugiere que las hormonas pueden ser la clave para desbloquear el
misterio del resfriado del hombre. ¿Pero podría el resultado ser replicado en
humanos?
Un estudio más reciente de 2010 de la Universidad de Queensland en Australia
hizo exactamente eso, al aislar células sanguíneas mononucleares de 63
individuos sanos de edades y géneros diferentes. Luego se introdujeron las
células en el rinovirus, el agente infeccioso responsable del resfriado común.
Lo que encontraron fue que la respuesta inmune fue significativamente mejor
entre las mujeres premenopáusicas en comparación con los hombres y las mujeres
mayores, lo que reafirmó nuevamente el papel
del estrógeno en las mujeres que padecen enfermedades.
Sin embargo, puede haber otros factores en juego,
ya que los hombres son, en promedio, más propensos a consumir alcohol,
fumar y, aunque les gusta quejarse cuando se enferman, también es menos
probable que busquen consejo médico, cuidados preventivos o tratamiento.
Por supuesto, no todo es color de rosa en la salud
de las mujeres, ya que la misma hormona que parece protegerlas de sucumbir al
resfriado común las hace más susceptibles a enfermedades autoinmunes, como el
lupus y la esclerosis múltiple, un hecho que nuevamente reforzado por brotes reducidos
en mujeres posmenopáusicas con estas condiciones.
Sin embargo, el mecanismo detrás de esta diferencia
dramática entre las capacidades inmunológicas de los sexos aún no se comprende
y podemos suponer que, en el caso de los hombres, el cuerpo ha evolucionado
para priorizar la producción de testosterona para aumentar la fuerza física y
el desarrollo de las características corporales masculinas sobre salud general.
¿La conclusión de la inmersión profunda del Dr. Sue?
Los hombres no están aprovechando sus días de
enfermedad por lo que valen, ni lo están fingiendo o quejándose. En pocas
palabras, los hombres tienen un sistema inmunitario inferior en comparación con
el de las mujeres, especialmente cuando se trata de enfermedades respiratorias.
Entonces, si tu hijo o tu pareja están
acostados en la cama quejándose debido a un caso grave de gripe, dale un
descanso, porque realmente se siente mal. JQ
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