Monje y obispo, 29 de Febrero
Elogio: En Worchester,
en Inglaterra, san Osvaldo, obispo, que fue primero canónigo y después monje;
presidió las sedes de York y de Worchester, introdujo en muchos monasterios la
Regla de san Benito y fue un maestro benigno, alegre y docto.
Hijo de padres
daneses, se hizo monje benedictino en Fleury, en Francia, y llegó a ser
sacerdote en Inglaterra, en el 959. Por recomendación de san Dunstan, con quien
san Osvaldo compartía los ideales monásticos, fue nombrado obispo de Worcester
en el 961, donde convirtió el Capítulo en comunidad monástica, fundó dos
monasterios en Westbury-on-Trym, cerca de Bristol, y el más influyente de
Ramsey, para el cual obtuvo en préstamo de Fleury a san Abón, como maestro.
Cuando fue
nombrado arzobispo de York, se le permitió mantener también la diócesis de
Worcester. En la reacción antimonástica que siguió a la muerte de san Eduardo
rey, las comunidades monásticas se dispersaron temporalmente. Sin embargo, san
Osvaldo fue muy amado por el pueblo, ya que tuvo como característica personal
la amabilidad, la cortesía y la alegría. Murió en Worcester el 28 de febrero
del 992 después de lavar los pies a doce pobres y de sentarse con ellos a la
mesa. Su cuerpo fue trasladado a un sepulcro nuevo por san Wulfstano, también
obispo de Worcester desde 1062 hasta 1095.
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