Abadesa, 23 de Febrero
Elogio: En Wenlock, en
Inglaterra, santa Mildburga, virgen, de la familia real de Mercia, que fue
abadesa de este monasterio.
Santa Milburga, que era la hermana mayor de santa
Mildreda [no incluida en el MR actual], fundó el convento de Wenlock, en
Shropshire, cuyo nombre actual es Much Wenlock. Su padre y su tío Wulferio, rey
de Mercia, la ayudaron mucho en la empresa y dotaron la fundación. El arzobispo
san Teodoro la nombró abadesa del convento que floreció como un paraíso bajo su
gobierno. Santa Milburga era extraordinariamente humilde; pero cuanto más se
humillaba, más la exaltaba la gracia de Dios. Había recibido del cielo el don
de curar a los enfermos y se cuenta que restituyó la vista a algunos ciegos.
Con sus fervorosas exhortaciones convirtió a numerosos pecadores.
Se han conservado muchos incidentes maravillosos de
la vida de la santa. Por ejemplo, se dice que una noche permaneció tanto tiempo
en oración, que se quedó dormida y no se despertó sino hasta la salida del sol;
como se vistiera apresuradamente, se le desprendió el velo de la cabeza, pero
un rayo de sol lo sostuvo en el aire hasta que la santa lo recogió. En otra
ocasión, una viuda le llevó el cadáver de su hijito para que lo resucitara;
Milburga reprendió a la mujer, pero ésta se negó a partir. Entonces la santa se
tendió por tierra a orar e inmediatamente se vio rodeada por un fuego
celestial. Una de las religiosas, que entró en aquel momento, gritó alarmada,
creyendo que se trataba de un incendio; pero el fuego desapareció en el mismo
instante y la santa depositó en brazos de la viuda al niño resucitado. Después
de una vida de santidad y milagros, Santa Milburga sufrió una larga y penosa
enfermedad que soportó con gran serenidad. Sus últimas palabras fueron:
«Bienaventurados los limpios de corazón; bienaventurados los pacificadores».
Su tumba fue muy venerada; pero los daneses
destruyeron la abadía, y la santa cayó en el olvido, hasta la época de la
conquista normanda, cuando los clunianenses construyeron un nuevo monasterio en
el mismo sitio. En el curso de la construcción, dos niños que estaban ahí
jugando cayeron en un agujero; los monjes excavaron un poco y descubrieron los
restos de santa Milburga. Las hermosas ruinas de Much Wenlock son las del
segundo monasterio. El pueblo atribuyó a santa Milburga un poder especial sobre
los pájaros y empezó a invocarla como protectora contra los daños que éstos
causaban en los sembrados. La diócesis de Shrewsbury celebra todavía la fiesta
de la santa. Lo único que sabemos sobre otra de sus hermanas, santa Midgita
[tampoco incluida en el MR actual], es que fue también religiosa y que «en su
tumba se realizaron frecuentes milagros».
No hay comentarios.:
Publicar un comentario