Existen
mitos y falsas creencias sobre esta enfermedad que contribuyen con el estigma y
con el impacto social que muchos pacientes deben afrontar. En las últimas
décadas, la medicina ha avanzado en el desarrollo de un abanico amplio de
opciones de tratamiento que permiten mantener bajo control esta condición.
Hay numerosos mitos acerca de la psoriasis que, según el Dr. Gabriel
Magariños, Consultor del Servicio de Dermatología del Hospital Prof. Dr.
Bernardo Houssay de Vicente López (Buenos Aires) “vale la pena aclarar para
poder enfrentar a esta afección de la piel desde un tratamiento multisistémico”.
La psoriasis se caracteriza por la aparición de placas eritemato-escamosas,
bien delimitadas y con una distribución habitualmente simétrica; puede afectar
piel, semimucosas, cuero cabelludo y uñas. Suele generar síntomas como prurito,
ardor, dolor y conciencia de alteración de la piel. La manifestación de la
enfermedad se presenta principalmente en codos, rodillas, el resto de las
piernas, cuero cabelludo, zona baja de la espalda, la cara, las palmas de las
manos y las plantas de los pies.
¿Es
contagiosa?
“Es el mayor
mito que existe sobre esta enfermedad crónica que impacta a nivel sistémico,
pero que se manifiesta sobre todo en la piel; la mayoría de las veces a través
de la aparición de placas rojizas, blancas o plateadas, escamosas y engrosadas”
dijo el Dr. Magariños. Es común que estas lesiones piquen, duelan, se agrieten
y a veces sangren, pero no son contagiosas.
¿Tiene
origen psicológico?
“Si bien la
psoriasis tiene un alto impacto psicológico, es incorrecto pensar que su origen
se debe a causas psicológicas. Se trata, en realidad, de una enfermedad
sistémica y autoinmune, de origen genético. Entonces, si bien lo psicológico
puede impactar empeorando un cuadro o desencadenando un brote, nunca puede ser
considerado la causa de esta patología”, afirmó el dermatólogo.
¿La
psoriasis solo afecta a la piel?
Se estima que
alrededor del 20% de los pacientes presenta la variante ‘moderada a severa’ de
la psoriasis, en la que las placas afectan a más de 5% de la superficie
corporal. “Sin embargo, el proceso inflamatorio que se da en esta enfermedad
puede ocasionar daños en otros órganos y sistemas como la artritis psoriásica
(una patología en la cual las articulaciones resultan afectadas y causa
síntomas debilitantes como dolor, rigidez y, para algunas personas, daño
articular irreversible). En numerosos casos también se asocia con diversas
comorbilidades como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Por
ello, es fundamental que, más allá de tratar las lesiones de su piel, los
pacientes lleguen al diagnóstico e inicien las terapias adecuadas para controlar
el proceso inflamatorio”, aclaró el Dr. Magariños.
¿La
psoriasis se cura?
Hasta el
momento, la psoriasis no tiene cura, pero “los pacientes hoy cuentan con
tópicos (cremas), la exposición a rayos ultravioleta con equipos especialmente
desarrollados para este fin (fototerapia) y tratamientos sistémicos a base de
comprimidos o inyecciones subcutáneas. Entre estos últimos están los
medicamentos ‘biológicos’. Según el grado de severidad, el dermatólogo -en
diálogo con el paciente- determinará qué opción considera que mejor lo
beneficiará”, subrayó el especialista.
Una
enfermedad que avergüenza
La psoriasis
puede afectar fuertemente la calidad de vida de las personas, impactando en sus
oportunidades de desarrollo laboral, en su vida social y de pareja, en su
autoestima, en su miedo a mostrarse y hasta en el desarrollo de cuadros de
reclusión, ansiedad y depresión.
En nuestro país,
en una encuesta online llevada a cabo sobre 351 argentinos con psoriasis, más
de la mitad de los pacientes manifestaron sentirse ‘algo’ o ‘muy avergonzados’
por su enfermedad en el último mes. Uno de cada 2 (55,8%) reconoció que el
estado de su piel le dificultó la práctica de actividad física y el 57,3%
confesó que le había generado dificultades en su vida sexual. Mientras que 4 de
cada 10 pacientes consignaron haber dejado de frecuentar lugares a causa de su
enfermedad. Muchos pacientes, además, refieren que eligen cubrir las placas de
su cuerpo con mangas largas y abrigos por la reacción que generan en los demás.
“El
impacto de la psoriasis en la calidad de vida es muy alto. Hay numerosos
estudios que han demostrado que tiene un impacto en actividades cotidianas,
tanto laborales como recreativas, y en la relación con otras personas en
distintos contextos como pueden ser grupos de amigos o la vida íntima de pareja.
Esto es fácil de explicar, por un lado, porque la piel es nuestra primera
presentación ante las otras personas y las afecciones visibles de la misma
pueden llevar a actitudes de discriminación por parte de los otros o aún de
autoexclusión de parte de los propios pacientes. Por otro lado, la piel
engrosada, roja y escamada molesta por la presencia de prurito y hasta dolor, y
es muy incapacitante”, manifestó el Dr. Magariños. BP
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