Aunque contar con el esquema completo de vacunación protege eficazmente
contra casos graves de COVID-19, los especialistas recomiendan una serie de
cuidados para evitar los contagios, como el uso de mascarillas, permanecer en
lugares ventilados y el prudente distanciamiento social. Pero aun cuando las
personas estén vacunadas con las 2 dosis ¿cómo prevenirse en eventos sociales,
como una salida a un restaurante, una visita a familiares o en el gimnasio?
El gobierno dispuso a comienzos de agosto una moderación de las medidas
restrictivas, ante la tendencia a la baja en los números de contagios,
hospitalizaciones y muertes, por lo que es posible, en espacios cerrados, la
práctica de deportes, eventos sociales, culturales, recreativos y religiosos y
las actividades realizadas en cines, teatros, clubes, locales gastronómicos,
centros culturales, gimnasios, casinos y bingos, con un aforo del 70%.
También está permitida la asistencia a centros de día y clubes de
adultos mayores con un aforo del 70%, cuyos asistentes cuenten con el esquema
completo de vacunación contra la COVID-19, y hayan transcurrido 14 días desde
entonces. Están permitidas también las reuniones sociales en domicilios
particulares de hasta 10 personas si se realizan en espacios interiores, y de
hasta 20 personas si se realizan al aire libre.
En Argentina hasta el 30/08 había 14.132.981 personas con las 2 dosis de
vacunas, según datos del Monitor Público de Vacunación, en tanto que otras
27.797.557 tenían una sola dosis.
Pero cuando se espera que pronto la variante Delta, mucho más contagiosa
que las anteriores, comience a circular en forma comunitaria en poco tiempo
más, es posible protegerse adoptando algunas acciones que recomiendan
especialistas. Más allá de la
prevención que implica la vacunación, es necesario adoptar otras acciones para
evitar los contagios. Las gotitas con patógenos que expelen las personas
contagiadas viajan por el aire en interiores cuando las personas hablan,
respiran o comen.
En los últimos meses se supo que la transmisión por el aire juega un
papel muy importante en la propagación de la COVID-19, en comparación con los
primeros tiempos de la pandemia, cuando el lavado de manos se consideraba la
principal recomendación para evitar la transmisión.
«El SARS-CoV-2 es un virus que se multiplica en las vías respiratorias,
las actividades respiratorias emiten gotitas muy pequeñas con carga viral
(aerosoles) y podemos contagiarnos inhalando directamente estos aerosoles hacia
nuestros pulmones», explicó Sandra Myrian Cordo, doctora en Ciencias Químicas e
investigadora del Conicet.
«Hay personas infectadas que no se enferman, no presentan ningún tipo de
síntoma, llamados asintomáticos, personas que se enferman manifestando síntomas
leves o intermedios y, por último, están los que se enferman con una
sintomatología grave, que requiere hospitalización y, frecuentemente,
asistencia respiratoria que en su mayoría son personas adultas que no han sido
vacunadas», dijo.
«En los tres casos, todos producen partículas virales, todos tienen
virus multiplicándose en sus sistemas respiratorios, esto quiere decir que
todas estas personas contagian», advirtió la Dra. Cordo.
Por otra parte, la Dra. Leana Wen, médica de urgencias y de política y
gestión sanitaria en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la
Universidad George Washington (EEUU), señaló que «si en un hogar todas las
personas están vacunadas con las dos dosis y se encuentran sanas, es posible
que estén dispuestos a asumir más riesgos. Podría concluir que incluso si fuera
probable que ocurriera una infección por COVID-19 después de estar vacunado,
este sería un caso leve y estaría de acuerdo con asumir ese riesgo para
continuar con sus actividades prepandémicas”.
«Alguien más podría decidir que, debido a que vive en casa con niños más
pequeños no vacunados o familiares inmunodeprimidos, quiere ser más cauteloso»,
precisó.
«Creo que ambas opciones son igualmente razonables. La gran mayoría de
la propagación de COVID-19 se debe a personas que no están vacunadas. Las
personas vacunadas no son una amenaza para la salud pública y deben poder
ejercer su propio juicio sobre qué actividades son lo suficientemente seguras
para ellos», subrayó.
Respecto de algunas preguntas en concreto, la especialista precisó:
¿Qué riesgo existe al comer en un local gastronómico? «Comer en el
interior de un restaurante definitivamente tiene más riesgos que cenar al aire
libre. ¿Cuál es ese riesgo? Depende de varios factores. Para empezar, ¿cuál es
la configuración del espacio en el restaurante? Un lugar muy concurrido y mal
ventilado tendrá un riesgo mayor que un lugar en el que podría haber más
espacio de separación entre comensales», precisó.
«Además, ¿con quién vas a cenar? Si se sabe que todos los miembros de tu
grupo están completamente vacunados, y estas son las únicas personas que
estarán cerca de ti, ese es un escenario más seguro que si los miembros de tu
propio grupo no estuvieran vacunados. También analizaría la tasa de transmisión
de virus en tu comunidad. Cuanto menor sea la tasa, potencialmente más segura
es», consideró la especialista.
Respecto de la asistencia o no a un gimnasio, la Dra. Wen señaló que
«también depende de las circunstancias porque si no hay nadie cerca de ti,
entonces es bastante seguro. Si estás tomando clases de gimnasia al aire libre,
el riesgo también es bajo. Pero si vas, por ejemplo, a una clase de ejercicio
de alta intensidad en la que muchas personas respiran con dificultad, cerca unas
de otras, y no sabes si están vacunadas, el riesgo es sustancialmente mayor»,
aseguró.
Al ser consultada acerca del riesgo de contagio que implican los viajes,
remarcó «que al desplazarse en avión es bastante bajo y puede reducirse aún más
si usas una mascarilla de alta calidad como una N95 o KN95. La mayor
preocupación es lo que sucede una vez que llegas a tu destino porque depende
mucho de la circulación de virus en cada lugar».
En cuanto a las reuniones privadas, si todas las personas están vacunadas
«el riesgo es mucho menor que si las mismas personas estuvieran juntas, pero no
estuvieran vacunadas. Un estudio de los CDC (Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades de EEUU) de esta semana encontró que aquellos que no
están vacunados tienen 5 veces más probabilidad de contraer COVID-19 que los
vacunados y una probabilidad 29 veces mayor de ser hospitalizados o morir de
coronavirus».
«El nivel de riesgo de contagio, aunque sean personas vacunadas con 2
dosis no es cero, pero es bastante bajo. Eso es particularmente cierto si las
otras personas en la reunión tienen un nivel similar de tolerancia al riesgo y
no participan en actividades de alto riesgo, por ejemplo, si siempre usan
cubrebocas cuando están en espacios públicos en interiores y si evitan lugares
de mayor riesgo como bares y restaurantes llenos de gente», puntualizó.
La especialista también señaló que «es seguro mantener las burbujas
pandémicas, es decir socializar solo con personas en el mismo grupo dentro de
interiores».
Cuando se le preguntó si los adultos mayores vacunados con 2 dosis
pueden reunirse con sus nietos no vacunados, la Dra. Wen respondió
afirmativamente: «Aconsejaría a los abuelos que están preocupados por
transmitir COVID-19 a sus nietos no vacunados que pueden optar por reducir su
propio riesgo en los 3 a 5 días antes de ver a sus nietos. Podrían abstenerse
de reuniones en interiores con otras personas durante este período».
«Mi consejo es el mismo al revés, para los nietos, si los abuelos son
particularmente vulnerables. Los nietos siempre pueden asegurarse de usar
mascarillas en interiores alrededor de otros en los 3 a 5 días antes de
reunirse», agregó. También es posible verse con los seres queridos al aire
libre, «el exterior sigue siendo mucho más seguro que el interior», manifestó.
Respecto de los espacios abiertos, el gobierno argentino permitió desde
comienzos de este mes la realización de excursiones y actividades turísticas de
acuerdo a los protocolos y normativa vigente, que se efectúen exclusivamente en
transportes que permitan mantener ventilación exterior adecuada de manera
constante y cruzada, lo mismo que las reuniones y actividades en espacios
públicos de hasta 100 personas.
Los profesores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Martin
Bazant, que dicta ingeniería química y matemáticas aplicadas, y John Bush,
experto en matemáticas aplicadas, desarrollaron un método, publicado en mayo
pasado, para calcular el riesgo de exposición a la COVID-19 en un entorno
interior que tiene en cuenta una variedad de problemas que podrían afectar
transmisión, incluida la cantidad de tiempo que se pasa en el interior, la
filtración y la circulación del aire, la inmunización, las cepas variantes, el
uso de barbijos y hasta la actividad respiratoria como respirar, comer, hablar
o cantar.
Ante esto permanecer a 2 metros de distancia puede no ser suficiente
cuando las personas están adentro por períodos prolongados de tiempo. Por
ejemplo, «20 personas reunidas en el interior durante un minuto probablemente esté
bien, pero no en el transcurso de varias horas. Los espacios pequeños y mal
ventilados donde muchas personas pasan mucho tiempo juntas ponen a las personas
en mayor riesgo», alertó.
«A menudo, el espacio es lo suficientemente grande, la ventilación es lo
suficientemente buena, la cantidad de tiempo que las personas pasan juntas es
tal que esos espacios se pueden operar de manera segura incluso a plena
capacidad y el apoyo científico para la capacidad reducida en esos espacios
realmente no es muy bueno», advirtió Bazant.
El SARS-CoV-2 causante de la actual pandemia de coronavirus se propaga y
contagia al inhalar aerosoles cargados con partículas virales que pueden
acumularse y permanecer en el aire durante horas, algo que también ocurre con
otros virus respiratorios como la gripe, el MERS-CoV, el sarampión o los
rinovirus que causan el resfriado común.
Es una conclusión importante porque antes los especialistas creían que
los virus respiratorios (también el SARS-CoV-2) se propagaban a través de
superficies contaminadas o con las gotitas que las personas infectadas expelían
con la tos o los estornudos, una teoría que no explicaba ni los numerosos
eventos de superdifusión observados en esta pandemia, ni las grandes tasas de
transmisión y contagio detectada en interiores.
Un equipo multidisciplinario de investigadores de Estados Unidos, Israel
y Taiwan, liderados por la investigadora Chia C. Wang, de la Universidad
Nacional de Sun Yat-sen (Taiwan), recopiló y analizó información científica
sobre cómo se propagan el coronavirus y otros virus respiratorios.
Los detalles del estudio se publicaron en la revista Science.
Los investigadores revisaron abundante documentación sobre eventos de
superdifusión observados durante la pandemia, y descubrieron que todos los estudios
mostraban sistemáticamente que la transmisión aérea es la vía de propagación
más probable, no los contactos superficiales o el contacto con grandes gotas.
Además, en todos los eventos de superdifusión, los casos se produjeron
al inhalar el aire de una misma habitación de lugares muy concurridos en los
que permanecían una hora o más, que estaban mal ventilados y en los que las
mascarillas se usaban mal o no se usaban.
También revisaron pruebas recogidas en otro tipo de estudios -muestras
de aire, estudios basados en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y/o
en cultivos celulares, análisis epidemiológicos, estudios clínicos y de
laboratorio, y trabajos de modelización- y concluyeron que la transmisión por
vía aérea es una vía de transmisión importante, o incluso dominante, para la
mayoría de las enfermedades respiratorias, no sólo para la COVID-19.
«La transmisión por inhalación de aerosoles cargados de virus se ha
infravalorado durante mucho tiempo. Toca revisar los modelos de prevención
convencionales y adaptarlos a los aerosoles para proteger contra esta vía de
transmisión», concluyó la líder del estudio, Chia C. Wang. BP
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