domingo, 28 de noviembre de 2021

En el país más de un millón de personas conviven con hepatitis y pueden desarrollar cirrosis…

Sin diagnóstico puede resultar mortal 
Es una etapa avanzada de la cicatrización del hígado muchas veces producto de la hepatitis y el alcoholismo. Si no se diagnostica puede llevar a la muerte del paciente. Profesionales del Hospital de Clínicas dan pautas de cómo detectarla a tiempo. 
«Pese a ser altamente prevenible, la cirrosis es una patología más frecuente de lo que se cree. El consumo en abuso de bebidas alcohólicas y los virus de Hepatitis B y C son las causas principales de la cirrosis hepática. Una afección que en el pasado tenía los peores pronósticos hoy es altamente tratable, la clave es un diagnóstico temprano para evitar lesiones graves», dice el Dr. Esteban Gonzalez Ballerga, jefe de la División Gastroenterología del Hospital de Clínicas. 
Uno de los principales problemas es que se estima que en Argentina más de un millón de personas conviven o ya tuvieron Hepatitis B y C pero no todas están diagnosticadas lo que puede generar un daño muchas veces irreparable. 
«La clave es el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno, antes de llegar a una lesión severa del hígado. Se calcula que el 1% de la población tiene hepatitis C. De esa cifra solo están diagnosticados y tratados el 1% de ellos. El resto no lo sabe, esto hace que la prevención de la cirrosis sea más compleja. Lo principal es acudir al médico. A todas las personas mayores de 50 años, tengan o no antecedentes, se recomienda realizarse estudios para detectar infección por hepatitis C, al menos una vez en la vida», sostiene el especialista del Hospital de Clínicas. 
«La Hepatitis C es una enfermedad grave en la que puede curarse hasta el 98% de los casos en pocas semanas. El hospital de Clínicas está implementando un proyecto de revinculación con pacientes con diagnóstico de hepatitis C, revisando el archivo de historias clínicas de la División de Hepatología para contactar a los que no hayan regresado a la consulta y no estén curados, para que lo hagan lo antes posible. Además, redujeron prácticamente de 7 a 2 la cantidad de visitas necesarias desde el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento y se digitaliza la solicitud de medicación, lo que simplifica todo el proceso y evita que muchos pacientes vayan quedando en el camino, como venía sucediendo», sostiene el médico. 
El programa se inició el 1° de enero de este año y se encuentra en pleno desarrollo. Se examinaron más de 700 historias clínicas, de las cuales el 71,2% se encontraba sin seguimiento. De ese grupo, se logró contactar telefónicamente a 240 y 48 fueron candidatos a recibir tratamiento, 2 fueron diagnosticados con hepatocarcinoma y otros 2 fueron derivados a trasplante (otros se encontraban con seguimiento en otras instituciones, algunos habían fallecido y otros no quisieron volver a la consulta). 
Acortar el camino a la cura 
¿Por qué alguien con diagnóstico de hepatitis C se dejaría estar ante una enfermedad que se cura en pocas semanas? El Dr. González Ballerga explicó los motivos: «algunos ignoran la gravedad de su cuadro y el daño que va haciéndole a su hígado; otros se abrumaron ante los múltiples obstáculos burocráticos y rechazos sistemáticos de su prestador de salud; algunos creen que el abordaje terapéutico actual sigue siendo como hace 15 años, con tratamientos prolongados, con muchos efectos adversos y bajas chances de curación y desconocen que existen drogas nuevas que son gratuitas y curan en 8 o 12 semanas a todos», asegura. 
Por eso, como complemento a la estrategia de revincular pacientes, la División de Hepatología del Servicio de Gastroenterología y el de Inmunología y Virología Clínica del Clínicas, en conjunto con el Instituto Malbrán y la Coordinación de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación, están desarrollando el ‘test reflejo’, una estrategia piloto para reducir significativamente los pasos (y la cantidad de veces que el paciente debe ir a la consulta) desde el diagnóstico hasta el acceso a los tratamientos. 
Asimismo, se aconseja a toda la población sexualmente activa y/o en estado fértil que esté estudiada y vacunada contra el virus de la Hepatitis B. En cuanto al alcoholismo, la prevención es la abstinencia o la contención profesional, en los casos más severos. Cabe destacar, además, que estas afecciones no generan síntomas hasta que es demasiado tarde. 
«El avance de la medicina en la actualidad brinda excelentes perspectivas, con los tratamientos médico-farmacológicos que funcionan muy bien. A su vez, resalta que un paciente con cirrosis, que esté compensado, no tiene el peor pronóstico, como sucedía tiempo atrás. Si se retira la causa de la lesión, es decir, si se combate el virus o se evita el consumo de alcohol, la lesión puede incluso retrogradar. Si el paciente no está compensado, es un poco más difícil desandar el camino, pero aún así hay perspectivas de tratamiento», finaliza el Dr. Gonzalez Ballerga. BP

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