Hay
una palabra poco conocida, ‘aporía’, vocablo que hace
referencia cuando algo no tiene solución, habla de un camino sin
salida. Pero no es solamente este camino sin salida, sino que incluye las
sensaciones y emociones que este ‘no ver la salida’ generan. ¿Qué
hacer en esos momentos?
Consejos:
En
primer lugar, aceptar que se está en un momento de dificultad, teniendo en
cuenta que esto no significa bajar los brazos y rendirse, sino reconocer
que eso no tiene solución, pero que la vida continúa y que puedo, a pesar
de eso, seguir viviendo y creciendo.
En
situaciones de crisis, por lo general, se buscan respuestas que no se
encuentran, tal vez porque se plantean las preguntas equivocadas o
porque las premisas de las que se parte están erradas. Muchas
veces uno se pregunta ‘por qué’ como si hubiera una sola razón, como
si todo en la vida fuera un concepto lineal de causa y efecto. La vida no
es lineal es circular, cíclica, espiralada, donde cada elemento suma al
anterior.
La aporía puede
ser complicada de gestionar, sobre todo para las personas que se sienten
incómodas navegando en la incertidumbre, pero muchas veces son favorables,
porque permiten replantearnos la realidad, cuando tocamos fondo solo
queda empezar a subir.
A
veces estas situaciones de crisis total, permite a las personas que saben
aprovechar las oportunidades, darse el permiso de replantear sus
creencias, sus valores y poder, en este replanteo, construir una base
más firme para seguir construyendo cosas nuevas. Es importante aprender
a reinventarse y sacar el aprendizaje de cada momento de la vida. En este
replanteo de la realidad, frente a una aporía, es importante el valor de
nuestras interpretaciones.
Desde
la psicología cognitiva se dice que la vida es un 10% lo que sucede y un
90% cómo lo interpretamos. El problema no es el problema sino cómo lo
interpretamos y qué hacemos con él. Si no existieran estos momentos
límites no podríamos desarrollar nuestra fortaleza y, en especial, nuestra
tolerancia a la frustración, que es uno de los elementos más necesarios
para la salud psicológica.
La
aporía también puede ser un gran motivador del cambio personal,
descubrir y aceptar verdades que antes habríamos considerado como
inaceptables o intolerables. Nos ayuda a convertirnos en personas más
humildes, entender que necesitamos abrirnos a otras maneras de comprender
el mundo, haciéndonos más humanos.
De la aporía, asimismo, surge la resiliencia, otro concepto
primordial. Esta es la capacidad de afrontar una crisis, de saltar
un obstáculo y salir de ese encuentro con lo negativo mucho más
fuerte y con mayores recursos que antes. La resiliencia es una virtud
característica de la humanidad.
El
ser humano es una especie capaz de adaptarse a situaciones diferentes y, a
pesar de las dificultades, salir adelante, confiar con certeza en los recursos
internos, para pensarse, desarrollarse y aprovechar esta oportunidad
para crecer. FC
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