viernes, 5 de noviembre de 2021

Los contaminantes del aire podrían aumentar el riesgo de demencia…

Una nueva investigación ofrece pruebas contundentes de un vínculo entre la contaminación del aire y el riesgo de desarrollar demencia. 
Un estudio reciente ha encontrado que las mujeres mayores que respiran aire contaminado por los gases de escape de los vehículos y otras partículas finas de otras fuentes tienen casi el doble de probabilidades de desarrollar demencia. Además, los efectos cognitivos de la contaminación del aire son mucho más pronunciados en las mujeres portadoras del gen APOE-e4, lo que las pone en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. 
Un estudio de diez años a nivel nacional, realizado en los Estados Unidos, exploró la salud cognitiva de las mujeres de entre 65 y 79 años. Encontró que aquellos que portan el gen APOE-e4 tienen casi tres veces más probabilidades de desarrollar demencia si se exponen a altos niveles de contaminación del aire que los portadores de APOE-e4 que no lo son. 
Si bien los científicos siempre han relacionado la contaminación del aire con el asma, las enfermedades pulmonares y las enfermedades cardiovasculares, el impacto negativo de los contaminantes del aire en la salud del cerebro acaba de pasar a primer plano. El estudio antes mencionado proporciona una nueva perspectiva sobre cómo el smog urbano revuelve el cerebro envejecido. 
La investigación analizó una gran población de mujeres estadounidenses, ratones de laboratorio y tejido cerebral en placas de Petri para ver si había un vínculo entre el deterioro cognitivo y las pequeñas partículas de contaminación que emiten los vehículos de motor, las centrales eléctricas y la quema de productos de biomasa como la madera. 
Los tres métodos de investigación sugirieron que la exposición a altos niveles de contaminantes del aire aumenta la desorientación y la pérdida de memoria, dos signos de comportamiento clásicos de la demencia. 
Un estudio publicado en 2011 encontró que aquellos que viven cerca de carreteras con mucho tráfico tienen mucho más riesgo de desarrollar demencia o sufrir un derrame cerebral que aquellos que no lo hacen. En 2012, un equipo dirigido por el Dr. Samuel Gandy, investigador de la enfermedad de Alzheimer en Mt. Sinai en Nueva York, descubrió que los contaminantes del aire inducían la muerte celular, la inflamación y la acumulación de proteína amiloide en el cerebro de los ratones. 
Este nuevo estudio se basa en estos hallazgos y estima que antes de que la EPA (Agencia de Protección Ambiental) decidiera establecer nuevos estándares de contaminación del aire en 2012, alrededor del 21% de los nuevos casos de demencia y el deterioro cognitivo acelerado podrían atribuirse a la contaminación del aire. 
La contaminación del aire ha disminuido constantemente desde 2012. Sin embargo, el Dr. Jiu-Chiuan Chen, especialista en salud ambiental de la Facultad de Medicina Keck de la USC y autor principal del estudio, ha declarado que, aunque ha habido una disminución en los niveles de contaminación del aire en los últimos cinco años, todavía no está claro si los estándares actuales son seguros para los cerebros que envejecen o para aquellos cerebros que son genéticamente vulnerables a la enfermedad de Alzheimer. JQR

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