Queridos
hermanos y hermanas:
Este miércoles,
con el ayuno y el rito de las cenizas, entramos en la Cuaresma.
Pero, ¿qué
significa ‘entrar en la Cuaresma’?
1. Significa
comenzar un tiempo de particular compromiso en el combate espiritual que nos
opone al mal presente en el mundo, en cada uno de nosotros y a nuestro
alrededor.
2. Quiere decir
mirar al mal cara a cara y disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo
contra sus causas, hasta la causa última, que es Satanás.
3. Significa
no descargar el problema del mal sobre los demás, sobre la sociedad, o sobre
Dios, sino que hay que reconocer las propias responsabilidades y asumirlas
conscientemente. En este sentido, resuena entre los cristianos con particular
urgencia la invitación de Jesús a cargar cada uno con su propia «cruz» y a
seguirle con humildad y confianza (Cf.
Mateo 16, 24).
La «cruz», por
más pesada que sea, no es sinónimo de desventura, de una desgracia que hay que
evitar lo más posible, sino una oportunidad para seguir a Jesús y de este modo
alcanzar la fuerza en la lucha contra el pecado y el mal.
4. Entrar en la
Cuaresma significa, por tanto, renovar la decisión personal y comunitaria de
afrontar el mal junto a Cristo. La Cruz es el único camino que lleva a la victoria
del amor sobre el odio, de la generosidad sobre el egoísmo, de la paz sobre la
violencia.
Desde esta
perspectiva, la Cuaresma es verdaderamente una ocasión de intenso compromiso
ascético y espiritual fundamentado sobre la gracia de Cristo. SS
B.XVI
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