Su padre, Fracan, era un jefe bretón que ante los invasores sajones huyó a la Bretaña, donde nació el santo. Después de muchas dificultades por las objeciones de su padre, Winwaleo entró en la vida religiosa bajo la dirección de san Budoc, en la isla de Lavres, cerca de Isleverte. Después de que residiese aquí algún tiempo, se decidió a ir a Irlanda a ponerse bajo el gran san Patricio, pero fue disuadido por un sueño en el que el santo se le apareció prohibiéndole el viaje, pero a la vez le dijo que pronto debería abandonar a san Budoc. De acuerdo con ello, salió con once compañeros, y, después de un tiempo pasado entre extraordinarias austeridades en la isla de Tibidi, en la desembocadura del río Aven, finalmente se estableció en Landevennec, donde fundó un monasterio en un promontorio rocoso cerca de Brest.
Después de su muerte, se atribuyeron a él muchos milagros. Su cuerpo fue llevado a Flandes en época de las incursiones normandas. Las reliquias se conservan en Montreuil-sur-Mer (donde hay una iglesia dedicada a él bajo el nombre de San Walow), pero también hay reliquias en San Pedro de Gante, y en otros lugares. Su tumba aun estaba en la iglesia de Landevennec hasta principios del siglo XIX. La Abadía de Landevennec se convirtió en benedictina en el siglo IX, y estaba en manos de la Congregación de San Mauro, hasta la supresión definitiva. Las fechas propias de san Winwaleo son el 3 de marzo, y el de la traslación de sus reliquias, el 28 de abril.
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