Una de cada 7 personas en el mundo
padece migraña. Se trata de la tercera enfermedad más común y una de las más
incapacitantes que produce dolor intenso de cabeza, acompañado de náuseas,
vómitos, e hipersensibilidad extrema a la luz y a ruidos, síntomas que pueden
durar de unas pocas horas a días.
Por el momento, no existe ninguna
cura ni tampoco tratamiento efectivo a largo plazo. Y es que, a pesar de que se
sabe que tanto determinadas mutaciones genéticas como factores ambientales
desempeñan un papel crítico en el comienzo de las migrañas, se desconocen los
mecanismos subyacentes que la desencadenan.
En este sentido, un nuevo
descubrimiento de un equipo de investigadores franceses arroja luz sobre el
posible origen de esta patología y abre la puerta a desarrollar nuevos fármacos
antimigraña efectivos.
Según un estudio que publican en
la revista Neuron, los científicos del CNRS, la Universidad de la Costa Azul, y
del Inserm, han descubierto una mutación en el gen TRESK que produce que la
proteína que codifica funcione mal, no inhiba la actividad neuronal eléctrica e
induzca la migraña.
Cuando el gen está mutado, una de
las copias produce una gran estimulación o hiperexcitación de la actividad neuronal,
lo que dispara la migraña. Cuando el gen no está mutado, provoca una excitación
normal de las neuronas.
Este trabajo parte de los
resultados de otro anterior, también recogido en Neuron,
que explicaba por qué algunas familias son más susceptibles de padecer migraña
y cómo, además, determinadas mutaciones genéticas influenciaban el tipo de
migraña que padecían, con o sin aura.
Se sabe que las migrañas con aura
se deben a la activación de las neuronas trigémicas, que a su vez disparan
pequeñas proteínas o péptidos proinflamatorios que probablemente inicien y
transmitan el dolor. Y se ha visto que TRESK, en su forma TRESK-MT, tiene un
papel clave en las auras.
Los investigadores franceses
estaban intrigados por los efectos que tenían las mutaciones de TRESK y
decidieron estudiarlas en ratones. Es así como identificaron que una de las
copias aumenta la excitabilidad de las neuronas, lo que potencialmente
desencadena las migrañas.
El descubrimiento abre la puerta a
una nueva vía de investigación de fármacos dirigidos a inhibir esta proteína
para prevenir los episodios de migraña. BP
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