La vida no
existe en el aire. La vida es algo que pertenece a cada viviente. Trabajar por
la vida, entonces, es ayudar a cada hombre, a cada mujer, que de algún modo ven
amenazadas su salud o su misma existencia.
Las amenazas
contra la vida son numerosas. Violencia e injusticias provocan cada año
millones de muertes. Enfermedades y accidentes de trabajo o de otro tipo
provocan en miles de personas días o meses de sufrimiento e incluso la muerte.
El aborto cercena cada día la existencia de miles de víctimas anónimas en una
estadística interminable (y nunca del todo conocida).
Frente a
tantos peligros, el “pueblo de la vida”, como lo llamara el beato Juan Pablo
II, se compromete seriamente para una movilización general a favor del débil,
del anciano, del enfermo, del hambriento, del hijo antes de nacer.
Es cierto que
nuestras acciones pueden parecer insignificantes. Sin embargo, frente a los
millones de dólares o de euros que disponen las industrias de la muerte
(clínicas abortistas, fábricas de armas, empresas orientadas a la explotación
de los pobres), es posible dar pequeños pasos, construir diques contra el mal,
tender la mano a personas concretas que recibirán no sólo una ayuda sino, sobre
todo, cariño y justicia.
La invitación
a una movilización general a favor de la vida, lanzada por Juan Pablo II en su
encíclica “Evangelium vitae”, vale hoy como vale siempre. En todas las épocas
ha habido peligros y amenazas. Pero quizá hoy, frente al poder de armas cada
vez más sofisticadas, frente a la perversión de cientos de médicos que sirven a
la muerte en vez de ayudar a la vida, hace falta unir fuerzas.
Entonces será
posible que hombres y mujeres de buena voluntad, creyentes de distintas
religiones o incluso buscadores que no han encontrado todavía a Dios, pondrán
un dique a las fuerzas del mal. Con su compromiso, humilde pero decidido,
ayudarán a quienes, pequeños, débiles o enfermos, esperan encontrar manos
amigas con las que poder sobrevivir en un mundo en el que nadie sobra y en el
que todos podemos colaborar en la búsqueda del bien, de la verdad y de la
justicia. FP
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