Eremita, 08
de Diciembre
Martirologio Romano: Conmemoración de san Patapio, solitario, el cual, oriundo de la
Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el
monasterio de los egipcios (s.
V/VI).
Nació en Tebas, Egipto, de joven dejó a sus
piadosos padres, su herencia y a sus conocidos para vivir en el desierto
egipcio, devoto de la oración incesante. Después de muchos años, a pesar de su
deseo por la soledad, muchísimos peregrinos le pedían sus oraciones y consejo.
Para librarse de las atenciones de los hombres, hizo una cosa sorprendente:
abandonó el desierto y se mudó a Constantinopla, se instalando en Blachernae,
donde, por el alboroto de la ciudad, podía pasar inadvertido.
Cuando creció en la obediencia a los mandamientos
de Cristo, la gracia de obrar milagros creció en él, y otra vez se hizo muy
conocido. Una vez un hombre ciego se lanzó ante Patapios en la calle, y el
santo lo curó en un instante invocando el nombre de Cristo. Una vez sanó a un
hombre lisiado por la hidropesía, ungiéndolo con el aceite de un candil.
Después de haber sido una bendición para la iglesia
por años con sus oraciones y milagros, San Patapios se durmió en paz, y fue
enterrado en la iglesia del Monasterio de los Egipcios cerca de Constantinopla.
En 1904 sus reliquias preciadas e incorruptas fueron descubiertas en una
construcción de un monasterio pequeño cerca de Corintio. Desde ese momento el
monasterio ha estado dedicado a San Patapios, y muchos milagros son obrados allí.
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