domingo, 19 de enero de 2020

Cáncer - En Argentina sólo se registran los casos de menos del 15% de la población

Oncólogos y profesionales de la salud de otras especialidades vinculadas al cáncer, autoridades sanitarias, representantes de obras sociales, prepagas y financiadores del Estado, además de organizaciones de pacientes, se reunieron para determinar los principales desafíos que atraviesan los sistemas de salud respecto de la atención del cáncer y sus posibles abordajes. Las enfermedades asociadas podrían convertirse en la primera causa de muerte en 2040. El evento, convocado por la 'Iniciativa Integrada para el Control del Cáncer en América Latina' (ICCI-LA) de la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC) incluyó también la visita de referentes de la Universidad de Harvard, la Universidad de Miami y de distintos países de la región.
Este primer encuentro sirvió de lanzamiento a nivel regional de la iniciativa, pero será replicado luego en Chile y Colombia, y ambas universidades mencionadas se encargarán de sistematizar toda la información que se obtenga en estas reuniones para proponer abordajes para la implementación de políticas para mejorar el cáncer en nuestro país y en la región. El objetivo de la reunión fue identificar qué aspectos pueden ser mejorados, hacer el sistema más eficiente y que proteja a la mayoría de nuestra población en todo el territorio nacional.
Uno de los primeros ejes que surgió entre los participantes fue la necesidad de contar con un registro obligatorio del cáncer para tener datos concretos, actuales y a nivel nacional del estado de situación de los pacientes con cáncer en el país, porque afirman que sólo así se podrá diseñar e implementar políticas públicas eficientes y que respondan a los desafíos prioritarios que enfrente el sistema de salud.
Según la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), en la Argentina se producen por año más de 125 mil nuevos casos de cáncer. No obstante, «estos datos podrían ser mayores, ya que los registros actuales sólo abarcan lo que le sucede a entre 9 y el 13% de la población. Para que sea un registro representativo, internacionalmente se estipula que debe alcanzar al menos al 42% de la gente. De lo contrario, es demasiado incompleta la foto que se mira a la hora de intentar interpretar el estado de situación», subrayó Zulma Ortiz, subdirectora Ejecutiva del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina.
El senador Mario Fiad ya elevó un proyecto de ley para un Registro Nacional de Cáncer que incluya en forma completa, continua y sistemática los datos de todos los casos de cáncer atendidos. Prevé que la notificación sea obligatoria y la realicen 'los médicos de todas las instituciones que brindan servicios de salud a pacientes oncológicos, públicos, privados o de la seguridad social'.
«Esto nos daría claridad sobre si están siendo efectivas o no determinadas intervenciones que se llevan adelante. De momento, no podemos afirmar si el hecho de que bajen o que suban los números año a año es fruto de políticas sanitarias acertadas o de las limitaciones del registro», apuntó Ortiz.
Rifat Atun, profesor de Sistemas Globales de Salud de la Universidad de Harvard, fue invitado especialmente para participar como disertante del evento. El experto manifestó que el cáncer es la segunda causa de muerte en el país. Para él, «la Argentina no es un país pobre y, sin embargo, su desempeño para combatir el cáncer es insuficiente, dado que presenta la tasa más alta de cáncer de toda América Latina. El cáncer conlleva una gran carga económica, pero se debe invertir en los lugares correctos».
Sobre este punto, Ortiz cuestionó que «el Instituto Nacional del Cáncer para toda su actividad y programas a nivel federal tenga un presupuesto similar al que asigna para el cáncer una provincia como Mendoza».
«Según datos de la Universidad de Harvard, la carga económica global que representaba el cáncer en 2010 era de 2,5 billones de dólares. En Argentina no se sabe cuánto cuesta el cáncer, no se conoce el costo médico por paciente, ni por año, tampoco el beneficio que aportaron las políticas implementadas. Sin estos datos, no se pueden establecer prioridades, lo que es inaceptable», subrayó Atun.
«En Salud, el problema no es necesariamente que el presupuesto asignado sea limitado, pero el desafío es que su uso sea eficiente. Se reciben alrededor de 10 centavos por cada peso que genera la Argentina, es aproximadamente el 10% del Producto Bruto Interno. Si la asignación de esos fondos no responde a políticas concretas a partir de estrategias que sean fruto de un diagnóstico de situación preciso y claro, se corre el riesgo de que sea como intentar llenar un balde agujereado», sentenció Eduardo Cazap, presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica (SLACOM).
Necesidad de más equidad
Otro eje abordado fue el desafío de acortar la brecha entre quienes acceden sin complicaciones al manejo de su cáncer y aquellos que no reciben ningún tipo de prestación de salud. Oscar Sagaz, subsecretario de Salud de la provincia de Mendoza, sugirió que «actualmente en Argentina existe -por ejemplo- una diferencia de sobrevida en cáncer de mama de 22 meses entre las provincias centrales y las no centrales; hay personas con acceso a sistemas semejantes a los del primer mundo en términos de prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y cuidados paliativos, mientras que otros no y ni siquiera se tiene registro de ellos».
Respecto de cómo mejorar la eficiencia de los sistemas de salud, Felicia Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados de las Américas de la Universidad de Miami y presidente de la Fundación 'Tómatelo a Pecho', de México, sugirió que «un sistema de salud debe ofrecer una cobertura universal e incluir la voz del paciente. Hay que pensar transversalmente, sistémicamente. Hace falta evaluación de proyectos y programas con un seguimiento en el tiempo, midiendo aquellos indicadores relevantes».
La prevención como eje
Cazap indicó que «la prevención del cáncer debe ser integrada con la prevención de las enfermedades crónicas en general tienen que participar los Ministerios de Salud, de Educación, de Economía y de Ciencia y Técnica. Es fundamental educar a personas sanas, sobre todo niños en edad escolar. El tabaquismo empieza a los 10 años. Con la obesidad ocurre lo mismo».
«Siete de cada 10 argentinos conviven con una enfermedad crónica no transmisible, entre las que se destacan las cardiovasculares, diabetes y cáncer. Hoy la primera causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, pero para 2040 se prevé que ésta sea el cáncer», aseveró Ortiz.
Para el Académico Gonzalo Recondo, se debe hacer foco en la prevención primaria como línea prioritaria. Se necesitan mayores esfuerzos para comprender los factores de riesgo, mejorar la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento, y Argentina -que ya cuenta con la Encuesta de Factores de Riesgo- puede hacerlo.
El 40% de los casos de cáncer puede prevenirse con cambios en el estilo de vida; puede modificarse la incidencia del 25% de los casos con educación y prevención y se puede intervenir epidemiológicamente en 2 de cada 3 casos. El 94% de la población registra bajo consumo de frutas y verduras, el 61% tiene exceso de peso, el tabaquismo aumentó en las mujeres, el consumo de alcohol se duplicó, sobre todo en la población de entre 10 y 17 años y se realiza poca actividad física. Todo esto significa personas con obesidad, diabetes, EPOC y cáncer. BP

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