viernes, 3 de septiembre de 2021

Las grandes pandemias son más probables de lo que se pensaba…

La COVID-19 ha sido la pandemia más letal que ha visto el mundo en más de un siglo, pero en realidad estos brotes infecciosos no son tan raros, según un nuevo análisis estadístico realizado con datos de los últimos 400 años.
Un equipo internacional ha utilizado el registro de grandes epidemias ocurridas en los últimos cuatro siglos para estimar su intensidad y probabilidad de que se repitan en los años posteriores al brote inicial.
Según las conclusiones del estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la probabilidad de que en el futuro surja una pandemia con un impacto similar a la COVID-19 es de un 2% en cualquier año, lo que significa que actualmente una persona nacida en el año 2000 tiene un 38% de probabilidad de experimentar una.
Y esa probabilidad no hace más que aumentar, lo que, según los autores, pone de manifiesto la necesidad de ajustar la percepción del riesgo de pandemias y las expectativas para prepararse frente a ellas.
«La conclusión más importante es que grandes pandemias como la COVID-19 y la gripe española son relativamente frecuentes -advirtió William Pan, de la Universidad de Duke (Estados Unidos) y uno de los coautores del trabajo-. Entender que los brotes pandémicos no son tan raros debería reconfigurar nuestra lista de prioridades en el futuro, en cuanto a la prevención y control de este tipo de eventos infecciosos».
Grandes pandemias cada vez más frecuentes
El estudio, liderado por Marco Marani, de la Universidad de Padua (Italia), usó un nuevo método estadístico para medir la escala y frecuencia de brotes infecciosos, para los que en su momento no había un tratamiento médico, a lo largo de los últimos cuatro siglos.
El análisis, que cubrió patógenos como los de la peste, la viruela, el cólera, el tifus o nuevas variantes del virus de la gripe, demostró que hay una gran variabilidad en la frecuencia con la que las pandemias han ocurrido en el pasado, pero también permitió identificar patrones para calcular la probabilidad de que este tipo de eventos vuelvan a ocurrir.
En el caso de la pandemia más mortal de la historia moderna, la mal llamada gripe española -que mató a más de 30 millones de personas entre 1918 y 1920-, la probabilidad de que apareciera una enfermedad de las mismas características varió entre un 0,3 y un 1,9% al año durante el período estudiado. Dicho de otra manera, es estadísticamente probable que una pandemia tan extrema como la gripe española ocurra en los próximos 400 años. Pero los datos también muestran que el riesgo de brotes intensos crece rápidamente. Basándose en el ritmo con el que nuevos patógenos como el SARS-CoV-2 se han desatado en las poblaciones humanas en los últimos 50 años, el estudio estima que la probabilidad de que se produzcan brotes de nuevas enfermedades probablemente se triplique en las próximas décadas.
Usando este factor de riesgo creciente, los investigadores estimaron que la aparición de una enfermedad de escala similar a la de la COVID-19 es probable en los próximos 59 años, un resultado «mucho más bajo de lo esperable», según indicaron los autores.
Cálculos para una gran pandemia final
«Esto no quiere decir que podamos contar con una prórroga de 59 años para una pandemia similar a la de la COVID-19, sino que la probabilidad del brote es la misma cada año durante ese tiempo», advirtió Gabriel Katul, de la Universidad de Duke, otro de los autores del estudio.
Según este investigador, «cuando un fenómeno excepcional, como una gran inundación, sucede estadísticamente cada 100 años, no implica que dentro de ese tiempo el evento ocurrirá otra vez, si no que uno puede experimentar la misma ‘riada del siglo’ al año siguiente».
Como científico especializado en salud medioambiental, W. Pan especula sobre las razones por las que los brotes sean cada vez más frecuentes, indicando que el crecimiento de población, los cambios en la alimentación, la degradación medioambiental y los cada vez más frecuentes contactos entre humanos y animales portadores pueden ser factores importantes.
También subraya que el análisis estadístico solo pretende caracterizar los riesgos, no explicar los motivos por los que se presentan. Pan confía en que el estudio fomente nuevos análisis sobre los factores que pueden hacer más probables las grandes pandemias y cómo contrarrestarlas.
«Es importante dar una rápida respuesta a estas pandemias y desarrollar procedimientos que nos permitan controlarlas mejor a escala local y global, así como establecer una agenda de investigación que permita entender por qué los grandes brotes son cada vez más frecuentes», concluyó el autor. BP

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