Los especialistas advierten que la fiebre es un síntoma, no el problema principal. Por eso, se debe tratar aquello que la causa y no necesariamente la temperatura en sí misma.
Un niño tiene fiebre cuando su temperatura está por encima de:
· 38° C / 100.4° F, medida en las nalgas (rectal).
· 37.5° C / 99.5° F, medida en la boca (oral).
· 37.2° C / 99° F, medida bajo el brazo (axilar).
En los adultos hay fiebre cuando la temperatura está por encima de los 37.2 - 37.5° C / 99 - 99.5° F, dependiendo la hora del día.
Normalmente, la temperatura corporal puede cambiar en el mismo día, por lo general es más alta durante la noche, aunque existen otros factores que pueden influir sobre ella:
· Ciclo menstrual.
· Usar determinada ropa.
· Realizar actividad física.
· Encontrarse en ambientes cálidos o húmedos.
· Consumir ciertos medicamentos.
La fiebre viral es aquella causada por la infección por un virus. Estos son antígenos muy pequeños que, como no son capaces de reproducirse por sí mismos, recurren a las células de nuestro cuerpo, liberando su material genético en ellas para fabricar sus componentes.
Muchos virus son sensibles a los cambios de temperatura, por eso un aumento repentino de la temperatura corporal dificulta las condiciones para que prosperen.
Existen muchas formas de contraer un virus que pueda desencadenar una fiebre:
· Intercambiar fluidos corporales con alguien que tiene una infección viral, por ejemplo, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o la hepatitis.
· Inhalar las pequeñas gotas que los contienen, generalmente expulsadas cuando una persona infectada tose o estornuda. Este es el caso de los resfriados o la gripe.
· Consumir bebidas o alimentos contaminados, como ocurre con las infecciones por enterovirus o norovirus.
· Recibir la picadura o mordedura de algún animal o insecto. Tal es el caso del dengue o la rabia.
Si esto ocurre, rápidamente se podrán apreciar, junto con la fiebre, otros síntomas como dolores o molestias musculares y de cabeza, deshidratación, pérdida de apetito, sensación de debilidad, transpiración, y resfriados.
Qué debo hacer
Aunque existen parámetros para determinar cuándo una persona tiene fiebre, los expertos advierten que no todos reaccionamos ante ella de la misma manera. Por eso, se aconseja tener en cuenta el comportamiento o el estado general de una persona para determinar cómo actuar.
En el caso de los niños, la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU explica que, si tienen fiebre, pero todavía están interesados en jugar, comen y beben bien, están despiertos, sonríen, y tienen un color de piel normal, el problema no es serio. Sin embargo, se deberán tomar medidas si se incomodan, vomitan, presentan signos de deshidratación o no duermen bien.
En estos casos se suele optar por algunos medicamentos antifebriles, como el paracetamol cada 4 a 6 horas, o el ibuprofeno cada 6 a 8 horas. Estos fármacos no se deben utilizar en niños menores de 6 meses.
Si los adultos tienen fiebre de 39,4° C / 103° F o superior, se ven enfermos y se comportan como tal, pueden optar por los medicamentos antifebriles. Además, para tratar la fiebre en casa deberán beber mucho líquido para mantenerse hidratados, y usar ropa liviana.
También se puede recurrir a ciertos remedios que solemos tener en casa. Por ejemplo, infusiones, como de canela, jengibre, fresno, salvia o moringa, comprensas de vinagre, y baños de agua tibia. No se aconseja abrigar a quien tiene escalofríos, o colocar exceso de ropa. El cuarto debe encontrarse en una temperatura media, ni demasiado frío ni muy caluroso, y tampoco se aconsejan baño fríos ni fricciones con alcohol.
Si el niño tiene menos de 3 meses y una temperatura rectal de 38° C / 100.4° F o superior, si tiene de 3 a 12 meses y una fiebre de 39° C / 102.2° F o superior, si es adulto y mide por encima de 40.5° C / 105° F, o si la fiebre dura más de 24 o 48 horas, deberás consultar a un profesional de la salud. También deberás consultar a con un médico si la persona presenta:
· Dolor abdominal, de cabeza, espalda o de pecho intenso y prolongado.
· Dificultades para respirar.
· Confusión.
· Agitación.
· Vómitos reiterados.
· Sequedad de la boca.
· Disminución de la orina.
· Orina oscura.
· Dolor al orinar.
· Erupciones en la piel.
· Problemas para tragar. TV
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