Comer a altas horas de la
noche es algo que ocurre en todos los países y en todos los géneros. Todo el
mundo, en cualquier lugar y a cualquier edad, lo ha experimentado. Incluso hay
algunos mitos relacionados con ello. Algunas historias populares dicen que si
te vas a dormir con hambre, no tendrás un sueño tranquilo porque tu alma saldrá
a buscar comida. Otro mito más moderno sugiere que si comes justo antes de
acostarte, ganarás peso porque la comida se almacenará en tu cuerpo en forma de
grasa.
No podemos decir nada sobre el
primer mito, pero sí podemos acabar con el segundo. La dietista Sarah Remmer
explica que lo importante no es la hora en la que consumes calorías, sino el
total de calorías que consumes durante todo el día. Los consejos obvios para picar
a última hora son evitar la cafeína o los alimentos fritos justo antes de
acostarse. Queremos promover una relación sana con la comida, así que si el
hambre ataca por la noche, te aconsejamos que hagas caso en lugar de sentirte
culpable por ello.
Estos son los alimentos a los
que deberías recurrir cuando te asalte el hambre nocturna. Ten en cuenta que no
favorecen necesariamente el sueño profundo, pero tampoco lo interrumpen.
1. Nueces
Esta merienda nocturna te
proporcionará la nutrición suficiente sin que suponga un gran esfuerzo para tu
sistema digestivo. Gracias a su contenido en minerales y en omega-3, que son
saludables para el corazón, se ha descubierto que las nueces ayudan a combatir
la diabetes de tipo 2. Puede que te sorprenda, pero la dietista Tracy Lockwood
Beckerman dice que incluso las nueces cubiertas de chocolate son una buena
opción. La “proteína estabilizadora de la sangre y la grasa saludable que viene
de las nueces”, dice, “asegurará que te sientas lleno sin interrumpir tu
sueño”.
2. Yogur griego con nueces y
frutas
Esta merienda puede
considerarse una comida ligera, por lo que puede tomarse incluso una hora antes
de acostarse. También es un buen desayuno. Somos grandes fans del yogur griego
por su alto valor proteico y su contenido en probióticos. Como toda comida
completa, ésta tiene un buen equilibrio de proteínas, carbohidratos y grasas.
Las almendras y las bayas son un gran dúo, por ejemplo, pero si no te gustan
las almendras, cualquier fruto seco te servirá. Recomendamos especialmente las
nueces y las pacanas. Cualquier tipo de baya será excelente por su componente
antioxidante, pero cualquier otra fruta también servirá. Si te apetece una
merienda más grande pero estás demasiado cansado para prepararlo, los copos de
avena son otra gran opción. Puedes añadirle lo que quieras o comerla tal cual.
3. Tortas de arroz con
mantequilla de maní
Esta es otra opción basada en
el trío proteínas-carbohidratos-grasas. El pastel de arroz aporta los
carbohidratos (y un crujido muy satisfactorio) mientras que la mantequilla de
maní se encarga de las proteínas y las grasas. Sin embargo, hay que tener en cuenta
la lista de ingredientes del tarro de mantequilla de cacahuete. Presta mucha
atención al contenido de azúcar, asegurándote de que sea lo más bajo posible.
La mantequilla de cacahuete con maní crujiente funciona tan bien como la
variedad suave.
4. Setas shiitake secas
Por inverosímil que parezca,
estas setas ofrecen una gran cantidad de vitaminas y minerales, además de un
buen contenido en fibra y carbohidratos. Su sabor picante no es para todo el
mundo, pero si te gustan, su contenido en fibra te mantendrá lleno hasta la
mañana, sin forzar demasiado tu sistema digestivo. Una ventaja añadida es su
alto contenido en vitamina D, crucial para un sueño reparador y de calidad. SF
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