Además de impedirte un buen rendimiento físico y
mental a lo largo de tu rutina, la apnea del sueño es un factor de riesgo de la
enfermedad ocular diabética, que podría conducir a la pérdida total o parcial
de la vista. Así lo encontraron investigadores de Taiwán tras examinar los
datos de 51 pacientes a lo largo de ocho años, en el Hospital Conmemorativo Chang Gung, en Taipéi.
La diabetes es una enfermedad que surge cuando los
niveles de azúcar en sangre son elevados. El páncreas, que ayuda en la
digestión, produce diferentes hormonas, como la insulina, que contribuyen a la
regulación de estos niveles.
Cuando la insulina no es suficiente o no funciona
adecuadamente, lo que ocurre en la diabetes tipo 1 y 2 respectivamente, la
glucosa permanece en la sangre y puede causar graves problemas, como daños en
la visión, los nervios, los riñones, el corazón, el cerebro y en la circulación
de los miembros. Las personas con diabetes tipo 1, y algunas que padecen tipo
2, necesitan recibir tratamientos de insulina para poder vivir.
Un mal control de la diabetes puede generar daño
sobre los minúsculos vasos sanguíneos que se encuentran en la parte posterior
del ojo. Este problema se llama retinopatía diabética y es la principal causa
de disminución de la visión o ceguera en los estadounidenses de entre 20 y 74
años.
En algunos casos, unos pequeños bultos salen de los
vasos sanguíneos y filtran fluido y sangre en la retina, provocando una
inflamación en el área que permite la visión clara y generando así lo que se
conoce como edema macular.
Los investigadores del nuevo estudio encontraron
que los pacientes con edema macular diabético tenían una tasa mucho más alta,
alrededor de 80.6%, de apnea del sueño que aquellos que no sufrían la afección
ocular, un 45.5%. Sus hallazgos se publicaron en la reunión anual de la Academia Americana de Oftalmología (AAO),
que tuvo lugar en San Francisco entre el 12 y 15 de octubre.
La Clínica Mayo informa que la apnea del sueño es
un trastorno potencialmente grave en que la respiración se detiene y recomienza
repetidas veces. Esta afección se caracteriza por ronquidos fuertes, episodios
en los que se deja de respirar durante el sueño, jadeos al respirar, problemas
para dormir, irritabilidad, sensación excesiva de sueño durante el día, incluso
si se durmió durante toda la noche, y dolores de cabeza.
El peligro
de un mal sueño
Los investigadores fueron claros: “Mientras peor
era la apnea del sueño, más grave era el edema macular”. Además, señalaron que
la apnea del sueño grave era más común en los pacientes que requirieron más
tratamiento para controlar su edema macular. Esos necesitaron al menos tres
intervenciones médicas o terapias de láser.
“Basándonos en estos resultados, esperamos que más
profesionales de la salud aborden la apnea del sueño como factor de riesgo del
edema macular diabético”, planteó en un comunicado de prensa de la AAO el
doctor Juifan Chiang, investigador principal del trabajo. Y agregó: “Esto
podría permitir una intervención médica más temprana, de forma que los
pacientes puedan mantener un mayor nivel de vista y preservar de la mejor
manera su salud general”.
Según los expertos, las personas con apnea del
sueño dejan y vuelven a respirar de forma repetida durante toda la noche, lo
que altera su sueño y hace que los niveles de oxígeno en la sangre se reduzcan.
Este declive podría desencadenar cambios en el
cuerpo que resultan en un daño en los vasos sanguíneos y aumentan el riesgo de
todo tipo de problemas, como presión arterial alta, síndrome metabólico,
problemas hepáticos, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y resistencia a la
insulina.
Si bien se recomienda consultar a un médico para
que desarrolle un diagnóstico y tratamiento adecuado para las personas que
sufren este trastorno del sueño, algunos especialistas recomiendan incorporar
cambios simples. Por ejemplo, evitar el alcohol, cafeína o somníferos antes de
acostarse, no dormir boca arriba, realizar ejercicio regularmente y bajar el
exceso de peso. HD
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