Mártires, 08
de Diciembre
Martirologio Romano: Beatos Pablo Yun Ji-Chung y su primo Jaime Kwon, laicos, asesinados
por odio a la fe en Corea. († 1791)
Fecha de beatificación: 15 de agosto de 2014, junto a
otros 122 mártires coreanos, por S.S. Francisco.
Pablo Yun Ji-chung nació en el año 1759 en el seno
de una renombrada y noble familia de Janggu-dong, Jinsan, Jeolla. Su nombre
adulto era Uyong. Francis Yun Ji-heon, quien fue martirizado en Jeonju durante
la Persecución Shinyu de 1801, era su hermano menor.
Pablo Yun, era inteligente y digno de confianza, se
dedicó a estudiar desde muy pequeño Aprobó el primer examen del estado en la
primavera de 1783. Fue en alrededor de esa época en la que Pablo Yun conoció
sobre la fe católica por medio de su primo John Jeong Yak-yong, hijo de la
hermana de su padre.
Comenzó a leer libros acerca de la fe y finalmente
fue bautizado por Peter Yi Seung-hun en 1787, luego de haber estudiado la
doctrina católica por tres años.
Pablo Yun le enseñó el catecismo a su madre, a su
hermano más joven Francis Yun y a Jaime Kwon Sang-yeon, primo suyo por el lado
materno, introduciéndolos así a la Iglesia Católica. También, junto con
Augustine Yu Hang-geom -un pariente político- intentó proclamar el Evangelio.
El Obispo de Pekín, A. Gouvea, en 1790, publicó un
decreto prohibiendo la práctica de los ritos ancestrales, Pablo Yun y su primo
Jaime Kwon quemaron la tableta ancestral. Cuando su madre -tía de Jaime Kwon-
murió en el verano del año siguiente, se realizó la ceremonia fúnebre según el
rito católico en vez del rito confuciano. Esto fue también deseo de su madre.
Muy pronto se esparció la noticia de que Pablo Yun
no había ofrecido el rito fúnebre ancestral y que había quemado la tableta
ancestral. Cuando el rumor llegó a la corte real causó enojo. Al cabo de poco
tiempo la corte real ordenó al magistrado de Jinsan arrestar a Yun Ji-chung y a
Kwon Sang-yeon.
Al conocer la noticia Pablo Yun se ocultó en
Gwangchoen, Chungcheong-Hace y Jaime Kwon en Hansan, Chungcheong-Hace.
Entonces, el magistrado de Jinsan ordenó arrestar al tío de Pablo Yun en lugar
de a ellos. Cuando Pablo Yun y Jaime Kwon oyeron estas noticias, dejaron sus
escondites, y se entregaron al magistrado de Jinsan. Esto ocurrió alrededor de
mediados de octubre de 1791.
Inicialmente el magistrado de Jinsan trató de
persuadirlos de renunciar a su fe. Pero ellos contestaron que eso bajo ninguna
circunstancia lo harían, enfáticamente afirmaron que la verdad tan sólo la
doctrina católica era la verdadera. El magistrado, al ver que no podía hacerlos
cambiar de opinión, ordenó que ellos fueran transferidos a la oficina del
gobernador de Jeonju.
Pablo Yun y Jaime Kwon fueron interrogados al día
siguiente de su llegada a Jeonju. El gobernador usó todos los medios posibles
para conseguir que ellos le dieran nombres de otros católicos, pero su esfuerzo
fue en balde. Defendieron su fe con determinación y no pronunciaron palabra
alguna que pudiera dañar a la Iglesia o a otros católicos. Pablo Yun, en
particular, indicó -artículo por artículo- la irracionalidad de los ritos
ancestrales confucianos, explicando a la vez la doctrina de la Iglesia
Católica. Esto enfureció al gobernador y ordenó que los sean severamente
castigados.
Pablo Yun y Jaime Kwon estaban listos para morir
por Dios. Su única respuesta fue; “servimos a Dios como nuestro ‘Gran Padre’,
por lo tanto, nosotros no podemos venerarlo desobedeciendo Sus Mandamientos”.
El gobernador de Jeonju por último los hizo
escribir sus declaraciones finales y se los sometió a la corte real. Allí los
ministros de la corte exigieron que “Yun Ji-chung y Kwon Sang-yeon debían ser
decapitados”. El rey aceptó la opinión de los ministros, y por último autorizó
la ejecución.
El 8 de diciembre de 1791 (13 de noviembre según el
calendario lunar), fueron decapitados por odio a la fe mientras oraban a Jesús
y María. Pablo Yun tenía 32 años.
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