Según un informe de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), se estima que en el mundo se desechan alrededor de 1.300 millones de
toneladas de alimentos, aproximadamente el 30% de la oferta alimenticia
mundial.
Estas cifras
alcanzan a toda la cadena agroalimentaria, desde la producción primaria hasta
el consumo en hogares y se traducen en un costo económico, social y ambiental
muy importante para todo el mundo.
Entonces, la
pregunta es ¿cuáles son los hábitos que llevan a que la comida se desperdicie?
y ¿cómo podemos hacer para reducir el número de desechos alimenticios?
El concepto
que se refiere a las pérdidas y el desperdicio está directamente relacionado
con el alimento apto para consumo humano que se descarta, se pierda, se degrade
o afecte a lo largo de la cadena de suministro alimentario, así como el
utilizado para alimentación animal o constituya un subproducto de la
elaboración de alimentos desviado de la alimentación humana.
Las pérdidas
de alimentos hacen referencia a la reducción en cantidad y calidad de productos
comestibles en los eslabones de la cadena de suministro lo que produce que se
disminuya la cantidad global de alimento apto para consumo humano. Esto está
relacionado con la ausencia de un sistema eficiente de gestión de recursos o
deficiencias de la infraestructura disponible, por lo que sería una pérdida no
intencional.
Por otro lado,
el desperdicio de alimentos propiamente dicho es el descarte de alimento apto
para consumo humano o potencialmente apto a través de un proceso de
transformación o industrialización que se da en etapas más avanzadas de la
cadena de suministro, como el consumo en hogares, y se lo considera
intencional.
Para evitar
que se sigan desperdiciando alimentos de estas diferentes maneras, en Argentina
existe la denominada Ley Donal la cual sufrió modificaciones que fueron
aprobadas el pasado 10 de octubre por la Cámara de Senadores. La ley 25.989 que
contempla el régimen especial para la donación de alimentos sufrió una modificación
en su artículo 9 que deslinda de responsabilidad a los donantes por daños y
perjuicios que pudieran producirse siempre y cuando la donación se efectuara
contando con los controles bromatológicos exigidos por el Código Alimentario
Argentino.
La Ley Donal,
estipula quiénes pueden donar, qué productos, cómo debe hacerse y los derechos
y obligaciones de cada parte. La reincorporación del artículo 9 brinda un
resguardo para las empresas con el objetivo de que se animen a donar más,
evitando el desperdicio de millones de alimentos aptos para el consumo humano.
Este nuevo marco legal hará posible la alimentación de miles de niños y adultos
que se encuentran actualmente en situación de pobreza y riesgo alimentario.
En referencia
a este tema, se contactó con trabajadores de las casas de comida del
microcentro, quienes aseguraron que por noche sobra una cantidad importante de
comestibles, incluso sin ser aprovechada por los comensales. Es por ello que
esos alimentos están destinados a determinadas personas que los necesitan y que
no pueden acceder a un plato de comida en el día, hace tiempo que los alimentos
se donan a las mismas personas, quienes luego de la medianoche retiran su
porción.
Además, en
algunas oportunidades, son los mismos empleados los que se llevan esas
porciones que muchas veces no son manipuladas por los clientes, por lo que
representa una suma mayor en cuanto a los alimentos que sobran cada jornada.
Consejos para reducir la cantidad de alimentos
desechados
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible del Gobierno Nacional aconseja algunos ítems a tener en cuenta y
así evitar el desperdicio y los desechos innecesarios de alimentos. En primer
lugar, se propone planificar, es decir, evitar comprar más de lo que se puede
consumir elaborando una lista en función de las necesidades personales.
Por otro lado,
se aconseja reutilizar las sobras guardándolas para otras comidas o usándolas
en un plato diferente. Comprar frutas y verduras irregulares ‘que son igual de
buenas pero un poco diferentes’.
También se
recomienda ordenar porque ‘el orden previene el despilfarro’, y un truco para
organizar la heladera y la despensa es colocar en primera fila los alimentos
que caducan antes. Además, se sugiere consumir pequeñas cantidades ajustando
las recetas al número de comensales, servir raciones moderadas, compartir la
comida en los restaurantes en caso de que las porciones sean muy grandes y
pedir las sobras en caso de que sean muchas, aunque sean para donar. Asimismo,
es importante convertir los restos en abono natural para las plantas
compostando cáscaras, restos de frutas y verduras.
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