Mártires, 05 de Febrero
Elogio: En el Ponto,
conmemoración de muchos santos mártires que murieron en la persecución
desencadenada bajo el emperador Maximiano. Unos fueron rociados con plomo
derretido, otros atormentados con cañas puntiagudas clavadas bajo las uñas y
los restantes vejados con repetidos tormentos, hasta merecer del Señor, con su
gloriosa pasión, la palma y la corona del martirio.
Esta
celebración no aparece en los martirologios antiguos, sino que es introducida
por el Cardenal Baronio en su redacción del Martirologio Romano. La novedad,
sin embargo, es pertinente, ya que hace justicia a innumerables mártires que,
aunque desconocemos sus nombres, edades, en fin, los datos que los
individualizan, sabemos que padecieron por el nombre de Cristo tormentos
inenarrables, que están apenas referidos en la Historia Eclesiástica de Eusebio
de Cesarea. Dice allí el historiador:
«Otros, por su
parte, sufrieron en el Ponto tormentos que, con sólo oírlos, hacen estremecer.
A unos les traspasaron los dedos con cañas puntiagudas, clavadas por la punta
de las uñas; a otros, después de fundir plomo al fuego, hirviendo y candente
como estaba, se lo vertían sobre las espaldas y les abrasaban las partes más
necesarias del cuerpo; y otros sufrieron en sus miembros secretos y en sus
entrañas tormentos vergonzosos, implacables e imposibles de expresar con
palabras, tormentos que aquellos nobles y legítimos jueces imaginaban con el
mayor celo, mostrando su crueldad como un alarde de sabiduría y tratando a
porfía de superarse los unos a los otros en la invención de suplicios, siempre
más nuevos, como en un certamen con premios.»
Aunque sus
nombres se nos hayan perdido, es justo rendir este pequeño homenaje en una
memoria colectiva, un día del año que el Card. Baronio eligió, como en tantos
otros casos, de manera arbitraria.
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