jueves, 2 de septiembre de 2021

¿Dios es un elefante?

Existe una popular analogía filosófica usada para comprobar que todas las religiones son caminos válidos para describir a Dios. Muchos profesores de religión la utilizan pues equipara todas las religiones y hace que se vean como si todas tuvieran la misma ‘verdad’ sobre Él.
La analogía es esta:
Hay cuatro hombres ciegos que descubren un elefante (pero obviamente ellos no lo ven). Dado que los hombres nunca se han encontrado con un elefante van a tientas alrededor de este buscando entender y describir este nuevo fenómeno. Uno agarra la trompa y concluye que es una serpiente. Otro explora una de las patas del elefante y lo describe como un árbol. El tercero encuentra la cola y anuncia que es una cuerda. Y el cuarto hombre ciego, después de descubrir un lado del elefante, concluye que es (a pesar de todo lo que han dicho los otros ciegos), una pared.
Analogía del elefante
Cada uno de estos ciegos describe la misma cosa: un elefante, pero lo hacen de forma radicalmente diferente.
De acuerdo con muchos esta es la analogía a las distintas religiones en el mundo… Todas describen lo mismo pero en formas diferentes. Por lo tanto se debe concluir que ninguna religión individual tiene el monopolio de la verdad, sino que todas deben ser vistas, en esencia, como igualmente válidas. Esta es una imagen poderosa y provocativa y, ciertamente captura algo de la verdad.
Si Dios es infinito y nosotros somos finitos es razonable creer que ninguno de nosotros puede captar plenamente su naturaleza. ¿Pero esta analogía filosófica demuestra la verdad de que todas las religiones conducen a Dios? Para concluir que no, consideraremos varios puntos…
1. El punto en materia: el elefante. Lo que los ciegos están tratando de describir es, de hecho algo que existe: un elefante, no otra cosa. Haciendo la analogía podríamos de igual modo afirmar: Dios existe, es una cuestión de hecho. Es como preguntarse si Abraham Lincoln fue alguna vez presidente. Si es así es verdad independientemente si alguien lo cree o no, y sería un error negarlo. Así, todas las opiniones sea de elefantes o de la naturaleza de Dios, no son iguales.
2. Todos los hombres ciegos están equivocados: Es un elefante y no una pared, o una cuerda, o un árbol o una culebra. Sus opiniones no son verdaderas, son igual y realmente falsas. Por eso, la analogía sobre el pluralismo en todas las religiones, no es verdadera.
3. Lo más importante: esta analogía filosófica no contiene ninguna revelación especial. Si un quinto hombre llegara a la escena (un hombre que pudiera ver, y que fuera capaz de demostrarlo), y que está ahí para describir que el elefante es un elefante, nos obligaría a todos a cambiar totalmente el significado de la analogía.
Jesucristo es el único entre todos los líderes religiosos de la historia que afirmó ser el ‘quinto hombre’ la definitiva revelación de Dios (y lo pudo comprobar con su muerte y resurrección). Sin embargo muchas personas vieron sus milagros, lo oyeron declarar que era Dios pero se sintieron ofendidas y no creyeron: “Por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios” Juan 8,15.
Jesús, sin embargo nos invitó a creer en Él, no para demostrarnos nada sino para responder a nuestra búsqueda de Dios
“Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” Juan 6,35. LR

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