sábado, 18 de septiembre de 2021

Doomscrolling: Adicción a las malas noticias…

La pandemia ha producido numerosos efectos en la psicología de las personas, que comienzan a manifestarse ahora que las cosas parecieran empezar a normalizarse lentamente. 
Tanto tiempo, encerrados en casa y pendientes de las últimas noticias hizo que desarrollemos una serie de manías de las que será difícil desprendernos en el futuro. Una de ellas es el doomscrolling, que se refiere a la adicción de consumir información negativa sobre diversos asuntos, pero especialmente sobre la pandemia. 
Tampoco debemos sentirnos culpables, ya que en esta situación necesitamos más que nunca tener acceso a información veraz y contrastada. Sin embargo, en la era de la desinformación y las fake news, también hay mucha trampa. En nuestras manos está la selección de esa información que consumimos, saber dónde poner el foco para no dejarnos llevar por la ‘conspiranoia’, el pánico o la negatividad. 
Incluso este hábito puede ir mucho más allá del doomscrolling en sí, cuando consumimos los noticieros en forma pasiva (como hacen muchos adultos mayores y luego sufren las consecuencias), o simplemente al buscar en google los síntomas de una enfermedad en un momento de hipocondría. 
Qué es: 
Este término hace referencia al consumo desmedido de información negativa a través de pantallas. Doomscrolling proviene de doom (muerte, catástrofe o fatalidad) y scrolling (la acción de desplazarse hacia abajo en las pantallas de dispositivos como móviles o tabletas o con la ayuda del mouse en las computadoras). Se hizo popular en abril de 2020 con la publicación de un artículo en Los Ángeles Times, en el que se comentaba que el coronavirus estaba cambiando nuestra forma de hablar y ampliando nuestro vocabulario. 
Consecuencias: 
Los especialistas afirman que con este hábito además de la búsqueda de seguridad y supervivencia, también nos sentimos aliviados, comparándonos con situaciones peores que las nuestras. Pero el problema de poner el foco en las noticias negativas es que directamente repercute en nuestra salud mental, tan afectada en esta pandemia. Por culpa del doomscrolling podemos sufrir los siguientes efectos: 
·        Más síntomas de estrés 
·        Problemas para dormir 
·        Labilidad emocional (súbitos cambios de humor) 
·        Comportamientos agresivos 
·        Depresión 
·        Estrés postraumático 
Cómo dejar de hacerlo: 
Estar informado es bueno, pero la sobreinformación no es recomendable, en especial si se realiza sin una selección. “Puede ser muy nociva y provocar sensaciones de desasosiego que son absolutamente contraproducentes”, alertan desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (España) y afirman que “existen numerosas noticias falsas e informaciones inútiles que afianzan el temor y nos alejan de la tranquilidad”. Por eso, es importante tomar el control de ellas. 
·        Establecer contacto social. Si estamos trabajando en casa y nos dejamos llevar por este hábito, dejar internet o de ver el noticiero y hablar con otras personas. Tratar de conversar por teléfono, chatear…, que no todo sea mirar información. 
·        Exteriorizar las emociones positivas y negativas. De esa forma nos sentiremos acompañados y no solos frente a algún peligro. 
·        Ser conscientes de cuánto tiempo estamos en línea y poner límites. Para ello, es muy útil fijar momentos de desconexión de cualquier tipo de aparato: salir a caminar, hacer deporte, tomar algo con los amigos, etc. 
De esta manera realizamos conductas compensatorias y que son recompensantes en sí mismas. Si no dedicamos a otras cosas el tiempo que solemos estar mirando estas noticias negativas, tendremos a la mente pensando en esas ‘catástrofes’ todo el día. 
·        Seleccionar la información que consumimos. En la actualidad se suele dar autoridad a cualquiera que anuncia que es coach y explica cómo llevar la vida. No se puede dar autoridad a todas las noticias. Es importante desarrollar pensamiento crítico y relativizar. También seleccionar los sitios donde informarnos, que sean entidades de salud oficiales, en especial cuando se buscan enfermedades. 
·        Es importante controlar lo que consumimos por nuestra salud mental. Si las noticias negativas nos hacen mal, evitarlas. 
Falsas creencias: 
·        Es un mito creer que leer más noticias nos hará sentir mejor. Muchas veces pensamos que buscar información, aunque sepamos que es negativa como en el caso de la COVID-19 o los síntomas de enfermedades, es una herramienta para mitigar la ansiedad que nos produce. Lejos de esto, es una herramienta que genera más ansiedad y malestar, puesto que dicha información, al ser negativa, es una fuente inagotable de pensamientos negativos. 
·        Lo mejor es no utilizar los descansos en el trabajo para buscar información. Esta práctica podría acrecentar los problemas en aquellos con doomscrolling, por lo que fomentar la vida exterior puede ser un buen paso para darse cuenta de que la realidad no es tan terrible como parece en las noticias ni la gente está tan mal como muestra en redes sociales. BP

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