La pandemia ha producido numerosos efectos en la psicología de las
personas, que comienzan a manifestarse ahora que las cosas parecieran empezar a
normalizarse lentamente.
Tanto tiempo, encerrados en casa y pendientes de las últimas noticias
hizo que desarrollemos una serie de manías de las que será difícil
desprendernos en el futuro. Una de ellas es el doomscrolling, que se refiere a
la adicción de consumir información negativa sobre diversos asuntos, pero
especialmente sobre la pandemia.
Tampoco debemos sentirnos culpables, ya que en esta situación
necesitamos más que nunca tener acceso a información veraz y contrastada. Sin
embargo, en la era de la desinformación y las fake news, también hay mucha
trampa. En nuestras manos está la selección de esa información que consumimos,
saber dónde poner el foco para no dejarnos llevar por la ‘conspiranoia’, el
pánico o la negatividad.
Incluso este hábito puede ir mucho más allá del doomscrolling en sí,
cuando consumimos los noticieros en forma pasiva (como hacen muchos adultos
mayores y luego sufren las consecuencias), o simplemente al buscar en google
los síntomas de una enfermedad en un momento de hipocondría.
Qué
es:
Este término hace referencia al consumo desmedido de información
negativa a través de pantallas. Doomscrolling proviene de doom (muerte,
catástrofe o fatalidad) y scrolling (la acción de desplazarse hacia abajo en
las pantallas de dispositivos como móviles o tabletas o con la ayuda del mouse
en las computadoras). Se hizo popular en abril de 2020 con la publicación de un
artículo en Los Ángeles Times, en el que se comentaba que el coronavirus estaba
cambiando nuestra forma de hablar y ampliando nuestro vocabulario.
Consecuencias:
Los especialistas afirman que con este hábito además de la búsqueda de
seguridad y supervivencia, también nos sentimos aliviados, comparándonos con
situaciones peores que las nuestras. Pero el problema de poner el foco en las
noticias negativas es que directamente repercute en nuestra salud mental, tan
afectada en esta pandemia. Por culpa del doomscrolling podemos sufrir los
siguientes efectos:
·
Más síntomas
de estrés
·
Problemas
para dormir
·
Labilidad
emocional (súbitos cambios de humor)
·
Comportamientos
agresivos
·
Depresión
·
Estrés
postraumático
Cómo
dejar de hacerlo:
Estar informado es bueno, pero la sobreinformación no es recomendable,
en especial si se realiza sin una selección. “Puede ser muy nociva y provocar
sensaciones de desasosiego que son absolutamente contraproducentes”, alertan
desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (España) y afirman que “existen
numerosas noticias falsas e informaciones inútiles que afianzan el temor y nos
alejan de la tranquilidad”. Por eso, es importante tomar el control de ellas.
·
Establecer
contacto social. Si estamos trabajando en casa y nos dejamos llevar por este
hábito, dejar internet o de ver el noticiero y hablar con otras personas.
Tratar de conversar por teléfono, chatear…, que no todo sea mirar información.
·
Exteriorizar
las emociones positivas y negativas. De esa forma nos sentiremos acompañados y
no solos frente a algún peligro.
·
Ser
conscientes de cuánto tiempo estamos en línea y poner límites. Para ello, es
muy útil fijar momentos de desconexión de cualquier tipo de aparato: salir a
caminar, hacer deporte, tomar algo con los amigos, etc.
De esta manera realizamos conductas compensatorias y que son
recompensantes en sí mismas. Si no dedicamos a otras cosas el tiempo que
solemos estar mirando estas noticias negativas, tendremos a la mente pensando
en esas ‘catástrofes’ todo el día.
·
Seleccionar
la información que consumimos. En la actualidad se suele dar autoridad a
cualquiera que anuncia que es coach y explica cómo llevar la vida. No se puede
dar autoridad a todas las noticias. Es importante desarrollar pensamiento
crítico y relativizar. También seleccionar los sitios donde informarnos, que
sean entidades de salud oficiales, en especial cuando se buscan enfermedades.
·
Es importante
controlar lo que consumimos por nuestra salud mental. Si las noticias negativas
nos hacen mal, evitarlas.
Falsas
creencias:
·
Es un mito
creer que leer más noticias nos hará sentir mejor. Muchas veces pensamos que
buscar información, aunque sepamos que es negativa como en el caso de la
COVID-19 o los síntomas de enfermedades, es una herramienta para mitigar la
ansiedad que nos produce. Lejos de esto, es una herramienta que genera más
ansiedad y malestar, puesto que dicha información, al ser negativa, es una
fuente inagotable de pensamientos negativos.
·
Lo mejor es
no utilizar los descansos en el trabajo para buscar información. Esta práctica
podría acrecentar los problemas en aquellos con doomscrolling, por lo que
fomentar la vida exterior puede ser un buen paso para darse cuenta de que la
realidad no es tan terrible como parece en las noticias ni la gente está tan
mal como muestra en redes sociales. BP
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