El Dr. Matías Bonanni, psiquiatra, director médico del Instituto de Neurociencias aplicadas a
la Clínica (INAC), de Buenos Aires, asegura que «hay una pérdida de
memoria que está dentro de lo normal con el correr de los años y que a veces
asusta a las personas, pero justamente la preocupación por esas fallas nos da
cierta seguridad de que esta persona está todavía sana. En general en las
demencias las personas no registran sus fallas cognitivas, y muchas veces cuando
existe este registro, el paciente busca ocultarlo y disimularlo» Hay buenas noticias,
porque la memoria se puede ejercitar y mantener aún con ventajas con respecto a
la edad biológica. También hay otra buena
noticia. Contra lo que se suponía hace unos años, las neuronas tienen
plasticidad. Esto significa que, si una parte del cerebro se daña, otra puede
‘aprender’ la función que llevaba a cabo esa zona afectada, estableciendo
nuevas conexiones neuronales, que son la base del aprendizaje... y esto puede suceder
a cualquier edad.
Cuando
ir al médico enseguida
En realidad, cuando notamos que nuestra memoria ya no funciona como
antes y esto se prolonga en el tiempo, deberíamos consultar sí o sí al médico.
«Los olvidos frecuentes pueden responder a diferentes causas, por ejemplo, la
ansiedad y la depresión, y si bien se asocian a alteraciones del funcionamiento
cerebral y a modificaciones microscópicas de las neuronas en áreas puntuales,
estos cambios estructurales son reversibles».
Los
ejercicios mentales que entrenan el cerebro
Realizar ejercicio físico regular, mantener una buena alimentación,
regular la exposición al estrés, dormir bien, controlar cuadros como diabetes,
hipertensión, ansiedad y depresión son los consejos básicos que no solo
mantienen en buen estado la memoria, sino todo el organismo.
El Dr. Gary Small, que dirige el UCLA
Center of Aging en Estados Unidos, enseña 3 mnemotécnicas básicas
para mejorar la memoria cotidiana.
·
Observar. Centrar la atención es clave para recordar. La información no llega a
nuestro cerebro adecuadamente cuando hacemos varias cosas a la vez o estamos
distraídos. Estar presente y atento, observando, no solo mejora los recuerdos
sino toda nuestra vida cotidiana.
·
Visualizar. Cree en su imaginación una foto mental de lo que desea recordar. A la
mayoría les resulta más sencillo retener imágenes visuales.
·
Asociar. Dele un significado especial a lo que quiere recordar, asociándolo con
otra cosa. Todos buscamos referencias en la calle cuando tememos extraviarnos
en un barrio desconocido: un comercio, un monumento, por ejemplo. De eso se
trata. Es un secreto interesante, se pueden hacer asociaciones para apellidos,
nombres de calles, ubicaciones, turnos médicos, cumpleaños.
Hay otras
actividades que ayudan a mantener la memoria más alerta:
·
Los
crucigramas y sopas de letras
·
Las listas
escritas (favorecen la fijación de los recuerdos)
·
Los
rompecabezas
·
Los juegos de
mesa
·
Las
artesanías y tareas manuales de tipo artístico. BP
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