La
inmunización que ofrecen las vacunas contra la COVID-19 disminuye con el
tiempo. Para extender esos períodos de inmunidad, se han desarrollado dosis
adicionales, conocidas como refuerzos. Sin embargo, y al igual que ocurre con
las primeras o segundas dosis, algunas personas pueden experimentar efectos
secundarios tras su aplicación.
¿Qué son las vacunas de refuerzo?
Antes
que nada, es necesario diferenciar los refuerzos de las terceras dosis.
Las vacunas son las mismas, pero el término es diferente dependiendo quién la
reciba. En ciertas personas las vacunas pueden no producir suficientes
anticuerpos, por lo que son particularmente vulnerables a contraer la
infección, especialmente con variantes más contagiosas circulando, como la Delta.
En este grupo de mayor riesgo podemos encontrar:
·
Personas que recibieron un
órgano a través de un trasplante.
·
Personas que recibieron
trasplantes de células madre en los últimos dos años.
·
Pacientes de quimioterapia por
tumores en la sangre o por formas de cáncer que afectan al sistema inmunitario.
·
Personas con deficiencia
inmune severa.
·
Personas con VIH avanzado o no
tratado.
·
Pacientes bajo tratamiento con
corticoesteroides u otros medicamentos que impactan sobre el funcionamiento del
sistema inmunitario.
Las terceras
dosis están destinadas a estos grupos, que ya están vacunados, pero tienen
una inmunidad comprometida. Los expertos recomiendan que la aplicación sea tras
28 días de haber recibido la segunda dosis (o la única en el caso de J&J).
En
cambio, el refuerzo funciona como una especie de recordatorio para el sistema
inmunitario, para que siga reconociendo al SARS-CoV-2 y logre combatirlo con
mayor efectividad. Los especialistas señalan que los refuerzos no necesitan
administrarse tan cerca de la segunda dosis, y están destinados a:
·
Mayores de 65 años.
·
Residentes de centros de
cuidados a largo plazo.
·
Persona de 18 a 64 años con
enfermedades subyacentes.
·
Personas de 18 a 64 años que
tienen un mayor riesgo de exposición y trasmisión a la COVID-19 debido a su
profesión, como trabajadores de la salud, empleados de supermercados o
maestros.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
Normalmente,
se cree que los efectos secundarios provienen directamente de la vacuna, cuando
en realidad, según explican los expertos, son consecuencia de la reacción del
sistema inmunitario. Tras realizar ensayos clínicos, los diferentes fabricantes
de vacunas en EEUU presentaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos
de EEUU (FDA) los siguientes datos:
Moderna: A
pesar de que el refuerzo de Moderna consiste en la mitad de la dosis de la
serie primaria (50 microgramos) los efectos secundarios tuvieron una frecuencia
similar a las de las primeras aplicaciones.
Los
síntomas que se presentaron (del más al menos común) fueron:
·
Dolor en la zona de la
inyección.
·
Cansancio.
·
Dolor de cabeza.
·
Dolor muscular.
·
Dolor articular.
Estos
síntomas se apreciaron más en persona de 18 a 64 años, que entre los adultos
mayores. No se experimentaron eventos adversos graves.
Pfizer-BioNTech: A diferencia de Moderna, el refuerzo de Pfizer es la
misma fórmula y tiene la misma concentración que las primeras dosis. Según
muestran los ensayos clínicos, la frecuencia de los efectos secundarios fue
similar a la de las primeras aplicaciones. Los efectos secundarios que se
presentaron (del más al menos común) fueron:
·
Dolor en la zona de la
inyección.
·
Cansancio.
·
Dolor de cabeza.
·
Dolor muscular.
·
Escalofríos.
No
se reportaron eventos adversos graves, aunque se destacó la inflamación de
ganglios linfáticos en las axilas con mayor frecuencia que en las primeras
aplicaciones.
Johnson & Johnson: A diferencia de las vacunas antes mencionadas, el
refuerzo de J&J es una segunda dosis, ya que esta vacuna originalmente
consiste en una única aplicación. Los expertos indican que puede
administrarse aproximadamente 2 meses tras la primera aplicación. Los efectos
secundarios que se presentaron (del más al menos común) fueron:
·
Dolor en la zona de la
inyección.
·
Cansancio.
·
Dolor de cabeza.
·
Dolor muscular.
·
Náuseas.
La
frecuencia de estos síntomas fue similar a la de la primera dosis.
¿Por qué debes vacunarte?
Si
tras las primeras aplicaciones de las vacunas experimentaste efectos
secundarios severos, esto no significa que necesariamente vuelvan a ocurrir con
el refuerzo. Los expertos explican que luego de vacunarnos por primera vez, el
cuerpo se familiariza con la fórmula, por lo que puede estar mejor preparado
para los síntomas esperables. Las autoridades sanitarias recuerdan que los
efectos secundarios no son preocupantes, y que es muy importante la vacunación
masiva para alcanzar la inmunidad colectiva, es decir, a mayor cantidad de
personas vacunadas, mayor es la protección contra el virus.
La
vacunación protege al vacunado, protege a otros, y logra que la circulación del
virus se debilite, porque deja de encontrar organismos a los que infectar. Las
vacunas disponibles contra la COVID-19 protegen hasta un 95% y más de contraer
el coronavirus y desarrollar la enfermedad.
La
información existente hasta el momento, producto de las investigaciones
científicas, muestra que, si la persona se vacuna y de todas formas se infecta,
tendrá un menor riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad. Esto se
debe a que la vacuna contiene sustancias que actúan neutralizando la acción de
una proteína que ayuda al coronavirus a infectar el cuerpo humano. Además, al
inmunizarse, el cuerpo se queda con un suministro de linfocitos T y linfocitos
B que recordarán cómo combatir a este virus en el futuro. TV
No hay comentarios.:
Publicar un comentario