lunes, 22 de noviembre de 2021

Una presión arterial óptima ayuda a nuestro cerebro a envejecer más lentamente…

Las personas con una presión arterial elevada que se encuentra dentro del rango normal recomendado corren el riesgo de sufrir un envejecimiento cerebral acelerado, según una nueva investigación de la Universidad Nacional de Australia publicada en Frontiers in Aging Neuroscience. La investigación también revela que una presión arterial óptima ayuda a nuestro cerebro a mantenerse al menos 6 meses más joven que nuestra edad real.
Los autores comprobaron que los participantes con presión arterial alta tenían cerebros más viejos y, por tanto, menos sanos, lo que aumentaba su riesgo de enfermedades cardiacas, ictus y demencia. Incluso los participantes con una presión arterial elevada, pero dentro del rango normal, también tenían cerebros de apariencia más antigua y corrían mayor riesgo de problemas de salud.
La idea de que el cerebro se vuelve insano a causa de la hipertensión arterial a una edad más avanzada no es del todo cierta -afirmó el autor principal, Nicolas Cherbuin-. Empieza antes y se inicia en personas que tienen una presión arterial normal”.
La nueva investigación sucede a un amplio estudio internacional en el que se mostró que el número de personas mayores de 30 años con hipertensión arterial se ha duplicado en todo el mundo. El cardiólogo y coautor del estudio, Walter Abhayaratna, aseguró que si mantenemos una presión arterial óptima, nuestro cerebro seguirá siendo más joven y saludable a medida que envejecemos.
Es importante que introduzcamos cambios en el estilo de vida y en la dieta desde una edad temprana para evitar que nuestra presión arterial aumente demasiado, en lugar de esperar a que se convierta en un problema -alertó-. En comparación con una persona con una presión arterial alta de 135/85 mmHg, se descubrió que alguien con una lectura óptima de 110/70 mmHg tiene una edad cerebral que parece más de 6 meses más joven al llegar a la mediana edad”.
El equipo de la ANU, en colaboración con colegas de Australia, Nueva Zelanda y Alemania, examinó más de 2.000 TAC cerebrales de 686 individuos sanos de entre 44 y 76 años. La presión arterial de los participantes se midió hasta 4 veces a lo largo de un periodo de 12 años. Los datos del TAC y de presión arterial se utilizaron para determinar la edad cerebral de una persona,
Cherbuin subrayó que los resultados ponen de relieve una preocupación particular para los jóvenes de entre 20 y 30 años, ya que los efectos del aumento de la presión arterial tardan en repercutir en el cerebro.
Al detectar el impacto del aumento de la presión arterial en la salud del cerebro de personas de 40 años o más, tenemos que asumir que los efectos de la presión arterial elevada deben acumularse durante muchos años y podrían comenzar a los 20 años. Esto significa que el cerebro de una persona joven ya es vulnerable”, advirtió. BP

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