Lo que
bebemos puede ser tan importante como lo que comemos cuando se trata de la
salud de los riñones. Consumir ciertas bebidas con
regularidad puede afectar la función renal, y hacer que se acumulen desechos y
líquidos en el organismo. Conoce aquí cuáles son las bebidas que más dañan a
los riñones y por qué debes evitarlas.
¿Qué es la enfermedad renal?
Los riñones son
dos órganos, cada uno con un tamaño similar al de un puño, que se encuentran en
la mitad de la espalda, justo debajo de las costillas. Dentro de cada riñón hay
un millón de pequeñas estructuras llamadas nefrones, que se encargan de filtrar
los desechos y excesos de agua de la sangre, que eventualmente se terminan
convirtiendo en orina.
Se
conoce como enfermedad renal crónica, nefropatía crónica o insuficiencia
renal crónica, a una afección que implica la pérdida gradual de la función
renal. Esto puede provocar la acumulación de niveles peligrosos de desechos,
líquidos y electrolitos en el organismo, que, a la larga, pueden causar:
·
Anemia.
·
Daño en los nervios.
·
Debilidad ósea.
·
Disminución del deseo
sexual.
·
Enfermedad cardíaca.
·
Menor respuesta
inmunitaria.
Ciertos
factores pueden aumentar el riesgo de que ocurra una enfermedad renal crónica:
·
Antecedentes familiares de
enfermedad renal.
·
Diabetes.
·
Estructura renal anormal.
·
Fumar.
·
Presión arterial alta.
·
Sobrepeso u obesidad.
·
Uso frecuente de medicamentos
que pueden dañar los riñones.
¿Qué bebidas debes evitar?
Además
de los factores de riesgo antes desarrollados, los profesionales de la salud
advierten que el consumo frecuente de determinadas bebidas puede afectar la
función de los riñones y con ello aumentar la probabilidad de que ocurra una
enfermedad renal. Las más dañinas son:
Bebidas alcohólicas
Una bebida
alcohólica es toda aquella que en su composición se presenta etanol,
también conocido como alcohol etílico. Este puede encontrarse de forma natural
o adquirida, lo importante es que sea igual o superior al 1% del volumen de la
bebida. Entre las sustancias dañinas que los riñones se encargan de filtrar, se
encuentra el alcohol. Cuando se consume en exceso, este puede afectar la
función renal de distintas formas, ya que:
·
Altera la capacidad de los
riñones para mantener una cantidad adecuada de agua en el organismo. Esto puede
derivar en deshidratación, y, con ello, alterar el funcionamiento de las
distintas células del cuerpo.
·
Aumenta la presión arterial.
·
Dificulta la capacidad de los
riñones para filtrar la sangre.
·
Eleva el riesgo de sufrir
enfermedad hepática, lo que significa una mayor carga para los riñones, ya que
se altera el flujo de sangre que fluye hacia ellos.
Jugos de fruta industriales
Generalmente,
los jugos de frutas suelen ser vistos como bebidas nutritivas y sencillas de
incorporar a la dieta para obtener todos los beneficios de las frutas. Sin
embargo, los expertos alertan sobre los tipos de jugo que tomamos, ya que no es
lo mismo el recién exprimido, que no lleva agua ni otras sustancias agregadas,
que los industriales o comerciales. A estos últimos se les suelen añadir
colorantes, conservantes, y azúcares, entre otras sustancias, para hacerlos más
atractivos y extender su vida útil. Por ello, cuando este tipo de jugos se
consume en exceso, existe un mayor riesgo de sufrir enfermedad renal. Los
expertos también advierten que se debe tener cuidado con aquellos jugos, tanto
industriales como recién exprimidos, que son muy ácidos, como el de limón,
naranja o toronja, ya que pueden irritar la vejiga y terminar por dañar a los
riñones.
Refrescos
Los
refrescos o gaseosas son bebidas que se fabrican con agua carbonatada,
edulcorantes (naturales o sintéticos), colorantes, y conservantes, entre otros
aditivos. Estos ingredientes, así como la presencia de cafeína, hace que su
consumo regular se vincule a distintas afecciones, como caries, pérdida de
densidad ósea, o niveles de azúcar en sangre elevados.
Consumir
refrescos regularmente también puede elevar el riesgo de desarrollar enfermedad
renal. Los expertos creen que esto se debe al importante nivel de azúcares y
fósforo que aportan estas bebidas. Si bien el fósforo es un mineral necesario
para la salud, en estos productos se usa fósforo agregado, que se utiliza para
mejorar el sabor, prolongar la vida útil y evitar la decoloración. A diferencia
del fósforo natural, el que se usa como aditivo no se une a las proteínas por
lo que es mayormente absorbido por el tracto intestinal, lo que representa una
mayor carga para la función de los riñones.
Cuando consultar al médico
A
la enfermedad renal se la suele conocer como ‘la afección silenciosa’, dado que
no manifiesta síntomas durante su etapa temprana. Dependiendo de su gravedad,
la pérdida de la función renal puede causar:
·
Calambres musculares.
·
Disminución de la agudeza mental.
·
Dolor en el pecho, si se
acumula líquido en el revestimiento del corazón.
·
Falta de aire, si se acumula
líquido en los pulmones.
·
Fatiga y debilidad.
·
Hinchazón de pies y tobillos.
·
Micción más o menos abundante.
·
Náuseas.
·
Pérdida de apetito.
·
Picazón y sequedad de la piel.
·
Presión arterial alta
(hipertensión) que es difícil de controlar.
·
Problemas de sueño.
·
Vómitos.
Es
importante realizar chequeos médicos regulares, ya que, aunque suele ser
asintomática, esta enfermedad se puede identificar en etapas tempranas a través
de análisis de sangre u orina. Para proteger los riñones y mantenerlos sanos
por más tiempo, los expertos aconsejan, además de evitar o limitar el consumo
de bebidas alcohólicas, jugos industriales o refrescos, incorporar los
siguientes hábitos:
·
Mantener una dieta saludable,
rica en frutas, vegetales, granos integrales y productos lácteos bajos en
grasa.
·
Consumir alimentos con poco o
nada de sal.
·
Controlar regularmente la
presión arterial.
·
Controlar los niveles de
azúcar en sangre, especialmente si se tiene diabetes.
·
No fumar.
·
Perder el sobrepeso.
·
Realizar ejercicio
frecuentemente. HD
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