sábado, 31 de agosto de 2019

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Virgen... 203


Antonio Lahoz Gan, Beato

Religioso y Mártir, 01 de Septiembre
Martirologio Romano: En diversos lugares de la diócesis de Lleida (Lérida), España, Beatos Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen de las Mercedes, asesinados por odio a la fe. ( 1936-37)
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Nació en Híjar el 22 de octubre de 1858, de Antonio y Rafaela, en la casa de los Espinagueros, de buena posición económica. Fue llevado a la fuente bautismal al día siguiente de nacido. Un sobrino cuenta que ningún domingo faltaba al rosario de la Aurora, frecuentaba los sacramentos, cantaba en el coro parroquial, llevaba una vida muy retirada y recogida, no gustaba de las fiestas. Buena base para un santo.
Ingresó cuarentón en El Olivar, previa la dispensa de edad, vistiendo el hábito el 14 de abril de 1903 de manos del padre Nicolás Paracuellos, ante el padre Felipe Magrazo, y profesando los votos simples el 27 de abril de 1904, ante los padres Mariano Pina y José Gómez. Desde el principio vivió gozosamente su entrega a Dios. Ya venía piadoso, ahora aspiraba a la perfección; por más que no le resultara fácil, teniendo que hacer un esfuerzo supremo para adaptarse a la vida regular. Se acomodó, pues desde el primer día resultó edificante por ser laborioso, penitente, prudente, mesurado, devoto. Tenía claro a qué venía.
Y así ni en él ni en la comunidad hubo titubeos al cumplirse el plazo de la profesión solemne, que emitió el 28 de julio de 1907, ante los padres Manuel Martín, Mariano Pina y Felipe Magrazo. La víspera había hecho su renuncia de bienes: tenía prestadas 555 pesetas al 1% y un hermano le debía otras 80; repartió a sus dos hermanos una casa y 160 pesetas, dejando al Convento el resto del capital, así como la yegua y otras cosas que trajera al enclaustrarse. Era como quemar las naves.
Recalará en El Olivar, y aquí vivió siempre, llevando una existencia sin ninguna notabilidad, sólo se cuenta de él que en 1931 le cayó encima la puerta del huerto que da a la chopera. Mi padre Vicente comenta que era muy retirado y estaba siempre trabajando en el huerto.
Su ministerio fue el huerto, el gallinero, la portería. Y ponía toda su fe, su ilusión y su rancio saber de campesino en sacar buenos tomates, ofrecer óptimos prescos; obtener sabrosos huevos y hermosos conejos… Cavaba, plantaba, regaba, podaba, de sol a sol, con generosidad. Cuando se le invitaba a descansar en la sombra, respondía afectuosamente: Descansar, en el cielo. Aprovechaba el tiempo al máximo, nunca se hallaba ocioso. Eso sí, tenía asediada a la Virgencica de El Olivar: Madrecica, que llueva; Morenica, esos nubarrones… ten en cuenta que hay muchas bocas en casa… esos estudiantes son jóvenes y han de comer.
Rezaba, rezaba a todas horas, en el campo, en los corrales, en la celda. Si sonaba el ángelus, se hincaba de rodillas donde estuviera, aunque el suelo fuera un pedregal, y con quien estuviera; se recogía profundamente; luego se secaba el sudor, y al tajo. Cuando tenía las manos libres, indefectiblemente sus dedos estaban acariciando las cuentas del rosario. Si no podía estar en el agro, si tenía arreglados los animales, se ponía a leer libros piadosos; se iba al coro, al camarín de la Virgen, a la iglesia, siempre arrodillado aún cuando envejeció. Cuánto gozaba con la misa, qué arrobos ante el sagrario, qué confidencias con la Madre.
Su meticulosidad, su observancia regular, la eximia puntualidad a los actos comunitarios… imponderables. Con los superiores se pasaba de reverente, tan respetuoso que ante ellos no hablaba si no era preguntado. ¿Su mortificación? extrema, no se permitía tocar un fruto del huerto, con lo tentadoras que eran las cerezas primerizas, las higas septembrinas, los pepinos que él cultivaba; si alguien lo tentaba, respondía terminante: La Regla, la Regla. Pero es que además, si alguien le solicitaba algún fruto, aunque fuera la Molinerica, aún siendo sumamente amoroso y humilde, decía que lo pidiesen al padre comendador, pues él no podía disponer de nada por su voto de pobreza. Eso es casta.
Siempre alegre, feliz, rebosando paz y felicidad. Dirá de él un sacerdote, que era el perfume de la santidad del Convento, que ciertamente fuera canonizable aunque no hubiera muerto mártir, pues acumulaba todas las virtudes. Y el padre Manuel Sancho aseveraba que fray Antonio a sus ochenta años conservaba la inocencia bautismal.

El dolor de piernas puede ser un indicador de enfermedad vascular

Hormigueo, caminar cada vez menos o tener que detener la marcha al hacerlo, así como despertarse a la noche como consecuencia de un dolor punzante en las piernas y en los pies son síntomas que se agudizan en los días fríos y que no deben dejarse pasar, ya que pueden estar indicando que el flujo sanguíneo no está llegando correctamente a los miembros inferiores. Pese a que habitualmente al hablar de enfermedad vascular se hace referencia al corazón, el problema no sólo afecta a las arterias coronarias, si no a las de todo el cuerpo. Y las bajas temperaturas empeoran el cuadro.
«El frío empeora la patología vascular porque favorece la vasoconstricción. Es decir, las arterias se contraen, se hacen más pequeñas y por ende la persona puede sufrir dolor», advierte el Dr. Daniel Braver, jefe del Programa de Pie Diabético del Hospital de Clínicas.
«En cuanto al calzado -continúa-, si bien es una afección que se da en hombres como mujeres, estas últimas, deben tener cuidado con el uso de zapatos de taco alto o de punta, ya que pueden agravar la sintomatología».
Diabetes, colesterol, tabaquismo e hipertensión, así como la edad avanzada son los principales factores de riesgo para la enfermedad arterial periférica y las complicaciones que puede acarrear. El médico explica que en el caso de los fumadores está presente el riesgo de infarto, los hipertensos son más proclives a un ACV y las personas diabéticas suelen tener dificultades en la cicatrización, infecciones y hasta 'amputaciones en casos en los que no se acudió a tiempo al especialista'.
Más cuidado en la diabetes
«La posibilidad que una persona con diabetes presente una lesión en sus miembros inferiores es del 15 al 25% a lo largo de toda su vida. La recurrencia de la misma es del 50 al 70% dentro de los 5 años». Y apuntó que toda persona mayor de 45 años con diabetes mayor debe hacerse anualmente estudios periódicamente para descartar la enfermedad vascular. En cuanto a hábitos, aconseja salir a caminar: «Hay que evitar el sedentarismo y caminar por lo menos 30 minutos por día 3 veces a la semana».
Además de pie diabético, las personas con diabetes están en riesgo de desarrollar neuropatía diabética, que se caracteriza por la pérdida total de sensibilidad en miembros inferiores. «Al no sentir dolor, la persona se lesiona y no se da cuenta. La lastimadura puede infectarse, transformándose en una úlcera que si no se controla con un profesional para la adecuada cicatrización, puede terminar en una amputación. En el mundo, cada 20 segundos, se realiza una amputación. El 85% de estas amputaciones son causadas por una úlcera en el pie. Esto se puede prevenir, con control y con la consulta temprana al especialista», puntualiza. En el Hospital de Clínicas funciona un Grupo interdisciplinario de Pie Diabético compuesto por especialistas en cirugía vascular, traumatología, podología, infectología, diabetología y enfermería. Recibe alrededor de 100 consultas semanales.
Señales de alarma
Según la Clínica Mayo de Estados Unidos, los signos y síntomas de la enfermedad de la arteria periférica incluyen:
·        Calambres dolorosos en los músculos de las caderas, muslos o pantorrillas después de realizar ciertas actividades, como caminar o subir escaleras.
·        Entumecimiento o debilidad
·        Sensación de frío en la parte inferior de la pierna o el pie, en comparación con la otra extremidad.
·        Llagas que no sanan en los dedos de los pies, en los pies o en las piernas
·        Un cambio de color en las piernas
·        Pérdida de vello o crecimiento lento del vello en pies y piernas
·        Crecimiento más lento de las uñas del pie
·        Piel brillante en las piernas
·        Falta de pulso o pulso débil en piernas o pies
·        Disfunción eréctil en los hombres
La mejor manera de prevenir complicaciones es mantener un estilo de vida saludable.
·        Si fumas, deja.
·        Si tienes diabetes, mantén bajo control el azúcar en sangre.
·        Haz actividad física con regularidad. Apunta a ejercitar entre 30 y 45 minutos varias veces a la semana, después de recibir la aprobación del médico.
·        Baja los niveles de colesterol y presión arterial si es necesario.
·        Consume alimentos bajos en grasas saturadas.
·        Mantén un peso saludable. BP

Deterioro cognitivo leve: qué es, síntomas, causas y factores de riesgo

El deterioro cognitivo leve (DCL) es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo esperado debido al envejecimiento normal y el deterioro más grave de la demencia. Puede implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio que son más significativos que los cambios normales relacionados con el envejecimiento.
Si tienes un deterioro cognitivo leve, puedes notar que tu memoria o tus funciones mentales se han 'reducido'. Tu familia y amigos cercanos también podrán notar un cambio. No obstante, estos cambios no son tan graves como para que interfieran significativamente en tu vida diaria y actividades habituales. Es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia en el futuro, causada por la enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurológico. Pero algunas personas con deterioro cognitivo leve nunca empeoran y algunas mejoran con el tiempo.
Síntomas
El cerebro, como el resto del cuerpo, cambia a medida que envejeces. Muchas personas notan una reducción gradual de la memoria a medida que envejecen. Puede tomar más tiempo pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona.
Sin embargo, la preocupación consistente o creciente sobre tu desempeño mental puede sugerir un deterioro cognitivo leve. Los problemas cognitivos pueden ser mayores de lo que se espera e indicar un posible deterioro cognitivo leve si presentas algunos de los siguientes síntomas o todos ellos:
·        Te olvidas de las cosas con más frecuencia.
·        Te olvidas de eventos importantes como consultas o compromisos sociales.
·        Pierdes el hilo del pensamiento o de las conversaciones, los libros o las películas.
·        Te sientes cada vez más abrumado al momento de tomar decisiones, planificar pasos para realizar una tarea o comprender instrucciones.
·        Comienzas a tener dificultades para ubicarte en entornos familiares.
·        Te vuelves más impulsivo o muestras un sentido de la realidad cada vez más deteriorado.
·        Tus familiares y amigos notan todos estos cambios.
Si padeces un deterioro cognitivo leve, puedes presentar lo siguiente:
·        Depresión
·        Irritabilidad y agresión
·        Ansiedad
·        Apatía
Causas
No existe una única causa del deterioro cognitivo leve, como tampoco existe un único resultado para el trastorno. Los síntomas del DCL pueden permanecer estables durante años, progresar a la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, o mejorar con el tiempo.
La evidencia actual señala que el DCL por lo general, pero no siempre, se desarrolla a partir de un grado menor de los mismos tipos de cambios cerebrales que se observan en la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia. Algunos de estos cambios se han identificado en estudios de autopsias de personas con deterioro cognitivo leve. Entre estos cambios se incluyen los siguientes:
·        Acumulaciones anormales de proteína beta amiloide (placas) y de proteínas microscópicas de tau características de la enfermedad de Alzheimer (ovillos)
·        Cuerpos de Lewy, que son acumulaciones microscópicas de otra proteína asociadas con la enfermedad de Parkinson, la demencia con cuerpos de Lewy y algunos casos de enfermedad de Alzheimer
·        Pequeños ACV o flujo sanguíneo reducido a través de vasos sanguíneos
Los estudios por diagnóstico por imágenes muestran que los siguientes cambios pueden estar asociados con el deterioro cognitivo leve:
·        Encogimiento del hipocampo, una región cerebral importante para la memoria
·        Agrandamiento de los espacios cerebrales llenos de líquido (ventrículos)
·        Uso reducido de glucosa, el azúcar que es la fuente principal de energía para las células, en regiones cerebrales claves
Factores de riesgo
Los factores de riesgo más importantes para el DCL son los siguientes:
·        Una mayor edad
·        Tener una forma específica de un gen conocido como APOE-e4, relacionado con la enfermedad de Alzheimer (aunque tener el gen no garantiza que padecerás una disminución de la capacidad cognitiva)
Se han relacionado otras enfermedades y factores del estilo de vida con un mayor riesgo de cambios cognitivos, entre los que se incluyen los siguientes:
·        Diabetes
·        Tabaquismo
·        HTA
·        Colesterol elevado
·        Obesidad
·        Depresión
·        Falta de ejercicio físico
·        Bajo nivel educativo
·        Poca participación en actividades que sean estimulantes desde el punto de vista mental o social
Complicaciones
Las personas con DCL tienen un riesgo importante (aunque no con certeza) de padecer demencia. En general, alrededor de 1 a 3 % de los adultos mayores padece demencia todos los años. Los estudios indican que alrededor de 10 a 15 % de las personas con trastorno cognitivo leve desarrolla demencia todos los años. BP

Advertencia por el crecimiento dramático de las alergias

‘Dramático’. Así definió el aumento de los casos de alergia el especialista británico Adnan Custovic durante su visita a la Argentina. Y sostuvo que se trata de una emergencia mundial explicada en parte por el exceso de higiene.
“Los casos de rinitis, asma o alergias alimentarias aumentaron en todo el mundo. Muchos se preguntan si es porque vivimos en un medio ambiente más tóxico o si somos nosotros más susceptibles a ese medio, y la realidad es que se trata de una combinación de ambas cosas”, destacó Custovic, también profesor de Alergia Pediátrica en el Imperial College de Londres, quien brindó una conferencia en el XLII Congreso Anual de la Asociación Argentina de Alergias e Inmunología Clínica (Aaaeic).
La susceptibilidad de los humanos al medio en el que viven -continuó- se explica en parte por la ‘hipótesis de la higiene’, que dice que el exceso de limpieza favorece la aparición de alergias. Si bien la higiene en la praxis médica y en la cotidianeidad ‘redujo las muertes drásticamente’, el especialista alertó que un sistema inmune con ‘poco trabajo’ puede reaccionar de forma exagerada y errónea.
“Los humanos evolucionaron durante millones de años en contacto muy estrecho con el medio ambiente. Pero mientras nuestro sistema inmune apenas cambió desde hace miles de años, nuestro comportamiento sí lo hizo, ya que hoy nos lavamos, evitamos alimentos en mal estado y cuidamos los animales que criamos, hábitos que redujeron el trabajo de nuestras defensas”, precisó.
El sistema inmune humano necesita un tipo determinado de ambiente para desarrollarse, y son los microbios los que lo ‘educan’, añadió.
“Sin esos microbios nuestro sistema inmune no madura, y el exceso de higiene redujo la exposición a esos microorganismos. Además, la disminución de la natalidad durante el siglo XX, el descubrimiento de los antibióticos y el desarrollo de infraestructuras redujeron los contagios, lo que hace que vivamos más, pero con más patología alérgica”.
Y completó: “Cuando uno va a pueblos con estilos de vida tradicionales, ve muy pocas alergias. En cambio, en el Reino Unido de hoy, si se consideran todas las alergias, se estima que la mitad de los niños tendrá una o varias de esas patologías. Las alergias se están convirtiendo en una emergencia mundial”.
Cambio climático y estilos de vida
Argentina no es ajena al aumento de las alergias, dijo por su parte Daniel Vázquez, ex presidente y actual miembro de la Aaaeic.
“En nuestro país hubo un aumento dramático de casos de alergia en los últimos años, y parece ser que está relacionado con el cambio climático y también con cambios en el estilo de vida, más otros factores que todavía no están muy claros”, señaló.
En el país, más de 5,5 millones de habitantes de entre 5 y 44 años (es decir, uno de cada 5) sufre rinitis alérgica, según el primer estudio de prevalencia realizado a nivel local, pero uno de cada tres no lo sabe. La patología es más frecuente en mujeres y personas que viven en casas mal ventiladas o cerca de la vía pública. En tanto, también crecen las alergias alimentarias. “Uno de cada 20 niños argentinos menores de un año es alérgico a algún alimento, aunque en el 99% de los casos las reacciones son a ocho productos: leche, huevos, trigo, soja, pescado, frutos secos, frutos de mar y maní”, puntualizó.
Y completó: “Las enfermedades alérgicas siempre se minimizaron. A un paciente hipertenso no se le ocurriría no tomar la medicación, sin embargo las personas alérgicas muchas veces están subdiagnosticadas o se automedican, lo que impacta negativamente en su calidad de vida”. BP

Las 6 batallas de la juventud que ningún adulto debe olvidar

La vida pasa rápido. De pronto estás jugando en la calle con apenas una decena de años y hoy ya eres un hombre entrando en los grandiosos cuarenta años.
¿Qué pasó con tus ilusiones de juventud, con tus sueños y tus ideales?, ¿aún los recuerdas, los conservas? ¿Pasaste por la vida siguiendo lo que el camino te iba trayendo?, ¿o te abrazaste a tus ideales y no perdiste la fe? Es a esta reflexión a la que nos invita José Martín Descalzo con este hermoso texto que hoy presentamos.
Lejos de querer mostrar una visión negativa de la vida, José Martín, advierte sobre los peligros de vivir una vida arrastrada por el mundo. Ilustra claramente las batallas, que sin saber, el hombre adulto va perdiendo en la vida. Es como un llamado de atención a no vivir a tientas sino a tomar la vida que se nos ha regalado en nuestras manos y responder a los anhelos del corazón, que llevan inscritos como un código, ese plan maestro que el creador  ha confiado a cada uno de nosotros.
¿A qué derrota llegas muchacho?
“Me ha angustiado tu carta de hoy, muchacho. ¡Te muestras tan seguro de ti mismo, te sientes tan gozoso de «haber madurado»! Te juro que he temblado al percibir esa punta de desprecio con la que hablas de tus años juveniles, de tus sueños, de aquellos ideales que —dices— «eran, si, hermosos, pero irrealizables». Ahora, me explicas, te has adaptado a la realidad y, con ello, has triunfado. Tienes un nombre, una buena casa, un cierto capital, una familia… Exhibes todo eso como si fueran joyas en el escote de una dama. Sólo, en medio de tanto orgullo, se te escapa un diminuto relámpago de nostalgia al reconocer que: «aquellos absurdos sueños eran, cuando menos, hermosos».
Tu carta ha evocado en mí un viejo texto del doctor Schweitzer que desde hace veinte años me persigue.  Me gustaría que te lo aprendieras de memoria, porque puede ser tu última tabla de salvación:
Lo que comúnmente nos hemos acostumbrado a ver como madurez en el hombre es, en realidad, una resignada sensatez. Uno se va adaptando al modelo impuesto por los demás al ir renunciando poco a poco a las ideas y convicciones que le fueron más caras en la juventud. Uno creía en la victoria de la verdad, pero ya no cree. Uno creía en el hombre, pero ya no cree en él. Uno creía en el bien y ahora no cree. Uno luchaba por la justicia y ha cesado de luchar por ella. Uno confiaba en el poder de la bondad y del espíritu pacífico, pero ya no confía. Era capaz de entusiasmos, ya no lo es. Para poder navegar mejor entre los peligros y las tormentas de la vida se ha visto obligado a aligerar su embarcación. Y ha arrojado por la borda una cantidad de bienes que no le parecían indispensables. Pero que eran justamente sus provisiones y sus reservas de agua. Ahora navega, sin duda, con mayor agilidad y menos peso, pero se muere de hambre y de sed.
Leí estas palabras cuando yo era poco más que un muchacho. Y no me han abandonado nunca. Porque he visto en ellas el retrato exactísimo de cientos de vidas. ¿Es cierto, entonces, que crecer es tan terrible? ¿Vivir es simplemente ir abandonando? ¿Eso que llamamos «madurez» es casi siempre puro envejecimiento, simple resignación, ingreso en los cuarteles de la mediocridad? Me gustaría, amigo, que antes de exhibir tanto orgullo te atrevieras a repasar esa lista de seis batallas y te preguntaras a ti mismo ¿a qué derrota llegas?, seguro de que de ahí deducirás lo que te queda de humano:
La primera batalla se da en el campo del amor a la verdad. Suele ser la primera que se pierde. Uno ha asegurado en sus años de estudiante que vivirá con la verdad por delante. Pero pronto descubre uno que, en esta tierra, es más útil y rentable la mentira que la verdad; que, con ésta, «no se va a ninguna parte» y que, aunque diga el refrán que la mentira tiene las piernas muy cortas, los mentirosos saben avanzar muy bien en coche. Abres los ojos y ves cómo a tu lado progresan los babosos, los lamedores. Y un día tu también, muchacho, sonríes, tiras de la levita, abres puertas, sirves de alfombra, tiras por la borda la incómoda verdad. Ese día, muchacho, sufres la primera derrota, das el primer paso que te aleja de tu propia alma.
La segunda batalla tiene lugar en los terrenos de la confianza. Uno entra en la vida creyendo que los hombres son buenos. ¿Quién podría engañarnos? Si de nadie somos enemigos, ¿cómo lo sería alguien nuestro? Y ahí está, ya esperándonos el primer batacazo. Es una zancadilla estúpida o, incluso, una traición que nos desencuaderna el alma precisamente porque no logramos entenderla. Y nuestra alma, herida, bascula de punta a punta. El hombre es malo, pensamos. Rodeamos de hilo espinado nuestro castillo interior, ponemos puente levadizo para llegar a nuestra alma, a nuestro corazón ya no se podrá entrar si no es con pasaporte. El alma forrada de cuchillos es la segunda derrota.
La tercera es más grave porque ocurre en el mundo de los ideales. Uno ya no está seguro de las personas, pero cree aún en las grandes causas de su juventud: en el trabajo, en la fe, en la familia, en tales o cuales ideales políticos. Se enrola bajo esas banderas. Aunque los hombres fallen, éstas no fallarán. Pero pronto se ve que no triunfan las banderas mejores, que la demagogia es más «útil» que la verdad y que, con no poca frecuencia, bajo una gran bandera hay un cretino más grande. Se descubre que el mundo no mide la calidad de las banderas, sino su éxito. ¿Y quién no prefiere una mala causa triunfante a una buena derrotada? Ese día otro trozo del alma se desgaja y se pudre.
La cuarta batalla es la más romántica. Creemos en la justicia y la santa indignación se nos sube a los labios. Gritamos. Gritar es fácil, llena nuestra boca, da la impresión de que estamos luchando. Luego descubrimos que el mundo nunca cambia con gritos y que, si alguien quiere estar con los despellejados, ha de perder su piel. Y un día descubrimos que no se puede conseguir la justicia completa y empezamos a pactar con pequeñas injusticias, con grandes componendas. Ese día caemos derrotados en la cuarta pelea.
No pasará mucho tiempo sin que decidamos «imponer» nuestra paz violenta, nuestras santísimas coacciones. Todavía creemos en la paz. Pensamos que el malo es recuperable, que el amor y las razones serán suficientes. Pero pronto se nos eriza el alma, comenzamos a desconfiar de la blandura, decidimos que puede dialogarse con éstos sí, pero no con aquéllos. No pasará mucho tiempo sin que decidamos «imponer» nuestra paz violenta, nuestras santísimas coacciones. Es la quinta derrota. ¿Queda aún algo de nuestra juventud? Quedan aún algunas ráfagas de entusiasmo, leves esperanzas que rebrotan leyendo un libro o viendo una película. Pero un día las llamamos «ilusiones», un día nos explicamos a nosotros mismos que «no hay nada que hacer», que «el mundo es así», que «el hombre es triste».
Perdida esta sexta batalla del entusiasmo, al hombre ya sólo le quedan dos caminos: engañarse a sí mismo creyendo que ha triunfado, taponando con placer y dinero los huecos del alma en los que habitó la esperanza, o conservar algo de corazón y descubrir que nuestro barco marcha a la deriva y que estamos hambrientos y vacíos, sin peso de ilusiones, sin alma. Me gustaría que, al menos, te quedara esta angustia, amigo que hoy me escribes. Y que tuvieras aún el valor suficiente para preguntarte ¿a qué derrota has llegado, muchacho?” JMD

Día litúrgico: Domingo XXII (C) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 14,1.7-14): Un sábado, habiendo ido a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».
Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos».

«Los invitados elegían los primeros puestos»

Comentario: Rev. D. Enric PRAT i Jordana (Sort, Lleida, España)

Hoy, Jesús nos da una lección magistral: no busquéis el primer lugar: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto» (Lc 14,8). Jesucristo sabe que nos gusta ponernos en el primer lugar: en los actos públicos, en las tertulias, en casa, en la mesa... Él conoce nuestra tendencia a sobrevalorarnos por vanidad, o todavía peor, por orgullo mal disimulado. ¡Estemos prevenidos con los honores!, ya que «el corazón queda encadenado allí donde encuentra posibilidad de fruición» (San León Magno).
¿Quién nos ha dicho, en efecto, que no hay colegas con más méritos o con más categoría personal? No se trata, pues, del hecho esporádico, sino de la actitud asumida de tenernos por más listos, los más importantes, los más cargados de méritos, los que tenemos más razón; pretensión que supone una visión estrecha sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea. De hecho, Jesús nos invita a la práctica de la humildad perfecta, que consiste en no juzgarnos ni juzgar a los demás, y a tomar conciencia de nuestra insignificancia individual en el concierto global del cosmos y de la vida.
Entonces, el Señor, nos propone que, por precaución, elijamos el último sitio, porque, si bien desconocemos la realidad íntima de los otros, sabemos muy bien que nosotros somos irrelevantes en el gran espectáculo del universo. Por tanto, situarnos en el último lugar es ir a lo seguro. No fuera caso que el Señor, que nos conoce a todos desde nuestras intimidades, nos tuviese que decir: «‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto» (Lc 14,9).
En la misma línea de pensamiento, el Maestro nos invita a ponernos con toda humildad al lado de los preferidos de Dios: pobres, inválidos, cojos y ciegos, y a igualarnos con ellos hasta encontrarnos en medio de quienes Dios ama con especial ternura, y a superar toda repugnancia y vergüenza por compartir mesa y amistad con ellos.

viernes, 30 de agosto de 2019

Antártida 12


Antártida 11


Recompensa...


Santa Rosa de Lima... 09


Antonio Torres García, Beato

Sacerdote y Mártir, 31 de agosto 
Beato José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros asesinados por «odio a la fe» entre 1936 y 1939, en Almería, España.
Fecha de beatificación: 25 de marzo de 2017, durante el pontificado de S.S. Francisco.

En la Parroquia de santa María y san Pedro de la villa de Caniles, (Granada), se celebró su Bautismo a los tres días de su nacimiento. Brillante seminarista de san Torcuato de Guadix, fue enviado al Colegio Español de Roma para completar estudios. Allí se doctoró en Filosofía y Teología por la Universidad Gregoriana.
El venerable siervo de Dios Cardenal Merry del Val lo ordenó presbítero el catorce de marzo de 1915, celebrando su primera Misa en la inmediata solemnidad de san José. Vuelto a España, no cesó de impartir clases a los seminaristas accitanos. Ecónomo primero de su Parroquia natal, lo fue después de santa Ana de Guadix y, desde el treinta de septiembre de 1926, Párroco de Santiago de la misma ciudad. Además, fue director de la Alianza en Jesús por María.
Obligado a retornar a Caniles al comienzo de la Persecución Religiosa, fue multado y detenido en numerosas ocasiones para privarle de la totalidad de sus bienes. El treinta de agosto de 1936 se produjo la detención definitiva. Junto a seis presos, fue llevado en una camioneta hasta el Polvorín de Serón. Al registrarlo los milicianos, encontraron su Rosario y esgrimiendo la Cruz le preguntaron: «Y esto, ¿qué es?». Respondió: «La imagen de Cristo, en él confío y espero». Fue martirizado a sus cuarenta y seis años.
El venerable siervo de Dios don Antonio Amundarain, fundador de la Alianza en Jesús por María, escribió: «El ilustre y piadosísimo Párroco de Santiago, don Antonio Torres, fue martirizado cruelmente en Caniles en defensa de su celibato y castidad sacerdotal, virtud que sus verdugos trataron de arrebatarle y que le mereció la gloria de ser mártir de la pureza».