Tener
confianza en la Divina Providencia, es
confiar en que Dios es nuestro Creador, nuestro Padre, nuestro Dueño, y El está
atento a todas nuestras necesidades.
Dios, en su
Divina Providencia, conoce
todas nuestras necesidades mejor que nosotros mismos y se ocupa de ellas. Tener confianza en su Divina
Providencia es saber que todo está en sus Manos.
CIC #301 “Reconocer esta dependencia
completa con respecto al Creador es fuente de sabiduría y de libertad,
de gozo y de confianza”.
Jesucristo nos
explicó el atento cuido de Dios nuestro Padre:
“No anden tan preocupados ni
digan: ¿Tendremos alimento? ¿Qué beberemos?, o ¿Tendremos ropas para
vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por eso, pero el Padre del Cielo, Padre de
ustedes, sabe que necesitan todo eso” (Mt. 6, 31-32).
“Fíjense en las aves del cielo,
que no siembran, ni cosechan, ni guardan alimentos en graneros. Sin
embargo, el Padre
del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que
las aves? (Mt. 6, 26).
Pensamos: pero
Dios a veces no responde, a veces se tarda en responder… Es que Dios atiende nuestras
verdaderas necesidades, no las que nosotros creemos que son necesidades o
aquellas que nos inventamos.
Y las atiende a su tiempo,
que casi nunca coincide con el nuestro:
“Todas esas
creaturas de Ti esperan que les des a su tiempo el alimento. Apenas se lo
das, ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes” (Sal 104, 27-28).
Y se ocupa de
lo grande y de lo pequeño, y de grandes y pequeños: “El hizo a los pequeños y a
los grandes; El se preocupa por todos” (Sab. 6, 7b).
“¿Acaso un par de pajaritos no se venden por
unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro
Padre” (Mt. 10, 29).
Dios está
pendiente de todo. Por eso continúa Jesucristo explicándonos:
“Entonces no
teman, pues hasta
los cabellos de sus cabezas están contados. Con todo,
ustedes valen más que los pajaritos” (Mt.
10, 30-31).
“No anden preocupados por su
vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No
es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la
ropa?” (Mt. 6, 25).
“Miren cómo
crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero Yo les digo que
ni Salomón, con todo su lujo, pudo vestir como una de ellas. Y si Dios
viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará
mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen!” (Mt. 6, 28).
“Por tanto,
busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se les dará por
añadidura” (Mt. 6, 33).
Mt 6 (texto completo): 25. Por eso Yo
les digo: No anden preocupados por su vida con
problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más
importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa?
26. Fíjense en las
aves del cielo: no siembran, ni
cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo,
el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?
27. ¿Quién de
ustedes, por más que se preocupe, puede
añadir algo a su estatura?
28. Y ¿por qué
se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo
crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen.
29. Pero Yo les
digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como
una de ellas.
30. Y si Dios
viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará
mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen!
31. No anden tan
preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o
¿tendremos ropas para vestirnos?
32. Los que no
conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre
de ustedes, sabe que necesitan todo eso.
33. Por lo tanto,
busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán
también todas esas cosas.
34. No se
preocupen por el día de mañana, pues el mañana se
preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas. BN
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