Mártir
Laico, 28 de Agosto
Martirologio Romano: En la región de Valencia, España, beatos mártires Juan Bautista
Faubel Cano y Arturo Ros Montalt, padres de familia que, durante la persecución
contra la Iglesia, recibieron la muerte por parte de los hombres, pero la vida
eterna por parte de Dios (1936).
Fecha de beatificación: El 11 de marzo del año 2001, el
papa Juan Pablo II beatificó a 233
mártires de la persecución religiosa en España.
Nació el 3 de enero de 1889 en la ciudad de Liria,
provincia y diócesis de Valencia, y fue bautizado en la iglesia parroquial de
la Asunción de Nuestra Señora de la ciudad de Liria. Recibió el sacramento de
la Confirmación y el sacramento de la Eucaristía en la iglesia arciprestal de
Liria. Frecuentó la escuela nacional y aprendió la profesión de pirotécnico de
sus padres y completó su formación estudiando privadamente. Estaba considerado
uno de los mejores pirotécnicos de la región. Obtuvo premios en Valencia y
Zaragoza. Contrajo matrimonio con Patrocinio Beatriz Olba Martínez. De dicho
matrimonio nacieron tres hijos: Patrocinio, Josefina y Juan Bautista.
Vivió auténticamente su vocación laical, tratando
de impregnar de espíritu evangélico las realidades temporales en las cuales
vivió su condición de esposo y padre de familia y su profesión de pirotécnico,
destacándose siempre por su integridad moral en la profesión y como excelente
ciudadano católico. Hombre de fe profunda, participaba a la Misa y recibía la
comunión diaria. Tenía su momento de meditación, rezaba el Rosario en familia,
era devoto del Sagrado Corazón de Jesús y de la Madre de Dios.
En esta intensa vida de piedad fue disponiendo su
persona a una respuesta generosa a la acción Espíritu Santo que la lanzó al
apostolado organizado siendo desde su juventud miembro de las asociaciones
católicas locales, participando en ellas de una manera activa. En ellas se
formó y esta condición cristiana tuvo a gala confesarla en los momentos más
graves de su vida.
Pertenecía a la Acción Católica, a la Cofradía del
Santísimo Sangre, a la Corte de María, a las Cofradías de la Virgen de los
Dolores, de la Virgen del Remedio, de San Vicente Ferrer, a la Orden Terciaria
Franciscana y a la Adoración Nocturna. Apóstol social ejercía la caridad
ayudando a los pobres en sus necesidades. Era presidente de la Derecha llevando
una sección de socorro de pobres.
Por la intensa actividad apostólica que realizaba,
era considerado por los enemigos de la Iglesia como un católico ferviente, por
ello lo arrestaron y asesinaron.
El 6 de Agosto de 1936, a medianoche, llegaron a su
casa milicianos armados de pistolas a detenerle. En este momento, después de
tranquilizar a su esposa, tomó el crucifijo y salió de su casa. Los milicianos
lo llevaron, junto con otros detenidos, a una zona del término de Liria llamado
Els Olivarets y allí lo atormentaron pinchándolo con una aguja y disparando al
aire para aterrorizarlos. Después lo llevaron a la cárcel de Liria donde estuvo
un par de días, y posteriormente fue trasladado a la prisión de San Miguel de
los Reyes; así lo testimonian su esposa y su hija.
La vida en prisión estuvo caracterizada por malos
tratados y vejaciones morales que él supo llevar con entereza cristiana. Pocos
días después de su detención, cuando su familia le visitó en la cárcel, les
dijo que le habían hecho sufrir mucho en Los Olivarets; así lo testimonia la
hija y el primo del Beato, Sr. José María Cano Novella. La hija de Juan
Bautista, afirma: “Tanto en Liria como en San Miguel de los Reyes, vi a mi
padre muy sereno. He oído decir que en San Miguel de los Reyes recibió la
comunión varias veces”.
El Sr. Luis Soler Pérez, compañero de prisión,
llegó a encontrarse ante el pelotón para ser fusilado, afirma: “El día 28 de
agosto de 1936, a la una de la madrugada estando durmiendo, los milicianos
llamaron al Beato Juan Bautista y a once más, entre ellos dos sacerdotes, un
diputado republicano llamado Ángel Puig y a mí. Subimos a un autobús y
custodiados por tres coches con milicianos rojos. Desde el penal de San Miguel
de los Reyes nos condujeron por la carretera de Liria a la Cañada y frente a la
misma Cañada en un montículo nos colocaron en fila para fusilarnos. El citado Ángel
Puig se destacó de la fila haciendo protestas de republicanismo y distrajo la
atención de los asesinos y cuando fueron a darle el tiro de gracia aproveché
esa circunstancia para escapar aprovechando la obscuridad de la noche”.
La Sra. Carmen Silvestre Izquierdo, vecina de Juan
Bautista, relata “Estando yo limpiando la acera de mi casa un miliciano que
salía del local de la CNT situado enfrente y a quien no conozco me dijo:
Liriana, esta noche han matado a cuatro paisanos tuyos, uno es el pirotécnico,
el otro un cura con una mano enguantada, yo pensé que sería el Beato Juan
Bautista y el sacerdote D. Miguel Aliaga... mi padre me confirmó que cuando los
llevaban al martirio iban gritando: ¡Viva Cristo Rey!”.
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