La hipersensibilidad
electromagnética, según la OMS es “una intolerancia ambiental idiopática con
atribución a los campos magnéticos”. Podemos hablar de una enfermedad rara,
medioambiental que comienza a manifestarse en este siglo.
Dichas alteraciones producen mala calidad de vida y
pueden definir ciertas enfermedades electromagnéticas. Las radiaciones son no
ionizantes, y actúan por acumulación, por estrés oxidativo. Y quienes la sufren
presentan síntomas como dolores de cabeza, mala higiene del sueño, fatiga,
irritabilidad, neuralgias inespecíficas, náuseas, vértigo, alteración del
equilibrio, alteraciones auditivas, prurito, entre otras.
Las dolencias están dadas
por la exposición a los campos electromagnéticos (CEM) que son derivados de las
antenas de telefonía móvil, redes WiFi, electrodomésticos, tablets,
computadoras, etc.
Preocupados por esto, desde la Comisión Europea
encargaron a un Comité Científico la evaluación de los datos existentes y fue
en marzo de 2015 que publicó un informe en el que se indicó que aún no se
tenían pruebas concluyentes de que la exposición a los CEM sea peligrosa,
aunque consideró la necesidad de seguir investigando, más aún en lo que se
refiere a la exposición a muy largo plazo y a los posibles riesgos de
exposición a múltiples fuentes.
La OMS y el Instituto
Nacional del Cáncer (INC) las categorizaron como “posiblemente cancerosas”, pero hay muchos estudios que están tratando de llegar a la
probabilidad (medible) y otros estudios que dicen que son directamente
cancerígenos.
Se debe recordar que la exposición a los campos electromagnéticos
no es un fenómeno reciente ni nuevo, pues vivimos en un campo magnético
terrestre (con radiación solar, la misma que nos llega es mucho mayor que la
que se recibe a causa de cualquier antena de telefonía móvil, tormentas
eléctricas, y todos los artefactos internos dentro de nuestro hogar, trabajo,
colegios, y hasta hospitales, lugar donde debería prohibirse su uso ya que las
señales de radiofrecuencia pueden interferir con ciertos aparatos médicos
electrónicos).
Pero recordemos que vivimos continuamente
conectados y mucho se habla y escucha acerca de la agresividad que ocasionan
las tablets y teléfonos celulares. El uso de teléfonos móviles se universalizó.
Y literalmente nos despertamos con el teléfono, nos comunicamos a través de él
y trabajamos con él, y son muchas las noches que nos desvelamos, por alguna
consulta, o duda y en el caso de perderlo o no tener señal la agresión, la
histeria y la obsesión nos invade.
Los daños que pueden ocasionar las nuevas
tecnologías en nuestra salud constituyen una real preocupación. Hay estudios y muchos más están en curso para
analizar a fondo los posibles efectos a largo plazo, por lo que es importante
investigar, comprender y seguir de cerca también las repercusiones en la salud
pública en general.
Entre la energía radioeléctrica y el cuerpo humano
surge una interacción, que es el calentamiento de los tejidos, la mayor parte
de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales.
Tips para tener en cuenta
- El aparato sólo transmite energía cuando está
encendido, por lo que se recomienda apagarlo durante el descanso.
- La exposición del usuario a las radiofrecuencias
desciende rápidamente al aumentar la distancia con el dispositivo. Se
recomienda por tal motivo como mínimo una distancia de 30 a 40 centímetros del
cuerpo. Para ello se sugiere usar manos libres, cuidando además la audición.
- En hospitales se debería restringir su uso, ya
que las señales de radiofrecuencia podrían interferir con ciertos aparatos
médicos electrónicos y producir más daño.
- La prohibición del uso a bordo de los aviones, es
porque podrían interferir también con los sistemas de navegación aérea.
- Limitar el número de llamadas y la duración.
El neurinoma del acústico
es un tumor poco frecuente, no maligno, que crece dentro de la cabeza en el
nervio auditivo y del equilibrio y puede
dañar otras estructuras del cerebro a medida que crece, pero afortunadamente su
crecimiento es muy lento.
Se desarrolla en el nervio principal que va desde
el oído interno hasta el cerebro. Este nervio es llamado nervio
vestibulococlear y se encuentra detrás del oído, exactamente bajo el cerebro y
es el que se encarga del equilibrio y de la audición. El síntoma más común es
disminución de la audición, zumbidos, dolor o adormecimiento del lado de la
tumoración.
El neurinoma del acústico
es el tumor más frecuente del ángulo pontocerebeloso (90%), afecta más a
mujeres, siendo más frecuente entre los 50 y 60 años de edad. Cuando no se realiza un diagnóstico oportuno, crece en el interior del conducto
auditivo interno y se extiende al ángulo pontocerebeloso, y en casos extremos
comprime el tronco cerebral.
Generalmente deben ser extraídos quirúrgicamente o
evaluado su crecimiento de forma periódica.
Las personas que han usado teléfonos celulares por
lo menos por diez años pueden haber incrementado el riesgo de desarrollarlo, de
acuerdo a un estudio publicado en la Revista
Internacional de Epidemiología de la Universidad de Oxford.
Un equipo de investigadores del Instituto de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska
en Estocolmo, Suecia, encontró un incremento
de estos tumores en el lado del rostro donde se suele usar el celular.
El estudio abarcó a 150 pacientes con neurinoma del acústico y 600 personas
saludables. Ésa es sólo una, de al menos seis investigaciones sobre la relación
entre el uso de celulares y esta enfermedad.
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