sábado, 20 de noviembre de 2021

Niveles altos de azúcar en sangre ¿cuáles son los síntomas?

Normalmente, los niveles de azúcar en sangre oscilan entre los 70 y 100 miligramos por decilitro (mg/dL) en ayunas, y poco menos de 140 mg/dL después de comer. Cuando se superan estos números, la salud puede verse gravemente comprometida. Para que esta afección no pase desapercibida y se pueda controlar, te contamos qué síntomas se presentan cuando esto ocurre. 
Menor peso 
Durante los períodos de azúcar alta (antes o después del diagnóstico) el cuerpo no puede procesar los carbohidratos y las calorías que recibe. Por ello, se deshace de la glucosa que no puede procesar mediante la orina, y también empieza a consumir las reservas de grasas. 
Necesidad frecuente de orinar 
Este es quizás el síntoma más generalizado. Tanto las personas con diabetes tipo 1 y 2 o gestacional, suelen notarlo. Lo cierto es que el cuerpo intenta liberar la glucosa a través de la orina, y mientras más azúcar hay en la sangre, más trabajará para tratar de expulsarla. 
Mucha sed 
Este síntoma es consecuencia de todo el proceso que ocurre cuando el cuerpo no puede usar la glucosa como alimento. Los riñones trabajan más de lo planeado, el cuerpo comienza a deshidratarse, y, como consecuencia, a ‘pedir’ más agua. Esto provoca una sensación de sed todo el tiempo. 
Mal aliento y dolor de estómago 
El mal aliento ocurre cuando las acetonas comienzan a juntarse en el cuerpo como resultado de la metabolización de las grasas a falta de glucosa. Las acetonas son ácidos que intoxican al cuerpo y hacen que el aliento huela similar a la fruta o sidra, y también provocan dolores estomacales y de cabeza. Esto se conoce como cetoacidosis y requiere atención médica inmediata. 
Cansancio extremo o mucho sueño 
El cansancio en las personas con diabetes ocurre debido a varios factores, entre ellos la deshidratación del cuerpo y la incapacidad de usar el azúcar como alimento y fuente de energía. Otra señal bastante común es el sueño constante, muchas veces incluso tras haber dormido los horarios diarios recomendados. 
Agitación 
Otros síntomas que suelen apreciarse cuando las concentraciones de azúcar en sangre son elevadas, son la agitación, falta de aire o sensación de ahogo. Muchos investigadores se encuentran estudiando estos efectos e informan que se deben a que la gran cantidad de glucosa dificulta la circulación sanguínea, y el correcto funcionamiento del organismo. 
Visión borrosa 
Los expertos explican que la visión borrosa puede deberse a que el nivel de azúcar alta hace que los fluidos oculares sean menos claros y por lo tanto dificultan la vista. Además, cuando la diabetes no es controlada, el nervio óptico se daña y puede llegar a provocar ceguera. 
Manchas en la piel 
Hay muchas afecciones que pueden causar que la piel se oscurezca en algunos sectores del cuerpo, un tipo de afección cutánea conocido como Acanthosis nigricans. Una de ellas, según explican los profesionales de la salud, es la resistencia a la insulina, lo que generalmente deriva en diabetes y niveles altos de azúcar en sangre. 
Dolor de cabeza 
Los altos niveles de glucosa en sangre pueden causar dolores de cabeza debido a la deshidratación y el cambio de fluidos en el cerebro. También pueden dificultar la irrigación sanguínea hacia el cerebro, lo que puede profundizar esta afección o provocar confusión. 
Hambre 
Cuando las células del cuerpo no pueden alimentarse, envían la señal de hambre al cerebro para que busquemos alimento. Según los especialistas, esto ocurre por la resistencia a la insulina en el caso de los diabéticos tipo 2 y por la ausencia de la insulina entre las personas con diabetes tipo 1. 
Cómo controlar el azúcar en sangre 
Para monitorear la glucosa se puede recurrir a un medidor de azúcar en sangre, que permitirá conocer sus niveles. También se puede optar por una prueba de A1C, y así conocer el promedio de la glucosa en sangre de los últimos dos o tres meses. 
Para evitar que los niveles de azúcar en sangre se "disparen", los especialistas aconsejan perder peso, realizar ejercicio regularmente, incorporar una dieta rica en frutas, vegetales, hortalizas, granos y semillas, evitar los productos grasosos, refinados o procesados, y limitar o evitar el consumo de alcohol y tabaco. HD

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