Normalmente, los niveles de azúcar en sangre oscilan entre
los 70 y 100 miligramos por decilitro (mg/dL) en ayunas, y poco menos de 140
mg/dL después de comer. Cuando se superan estos números, la salud puede verse
gravemente comprometida. Para que esta afección no pase desapercibida y se
pueda controlar, te contamos qué síntomas se presentan cuando esto ocurre.
Menor peso
Durante los períodos de azúcar alta (antes o después del diagnóstico) el
cuerpo no puede procesar los carbohidratos y las calorías que recibe. Por ello,
se deshace de la glucosa que no puede procesar mediante la orina, y también
empieza a consumir las reservas de grasas.
Necesidad frecuente de orinar
Este es quizás el síntoma más generalizado. Tanto las personas con
diabetes tipo 1 y 2 o gestacional, suelen notarlo. Lo cierto es que el cuerpo
intenta liberar la glucosa a través de la orina, y mientras más azúcar hay en
la sangre, más trabajará para tratar de expulsarla.
Mucha sed
Este síntoma es consecuencia de todo el proceso que ocurre cuando el
cuerpo no puede usar la glucosa como alimento. Los riñones trabajan más de lo
planeado, el cuerpo comienza a deshidratarse, y, como consecuencia, a ‘pedir’
más agua. Esto provoca una sensación de sed todo el tiempo.
Mal aliento y dolor de estómago
El mal aliento ocurre cuando las acetonas comienzan a juntarse en el
cuerpo como resultado de la metabolización de las grasas a falta de glucosa.
Las acetonas son ácidos que intoxican al cuerpo y hacen que el aliento huela
similar a la fruta o sidra, y también provocan dolores estomacales y de cabeza.
Esto se conoce como cetoacidosis y requiere atención médica inmediata.
Cansancio extremo o mucho sueño
El cansancio en las personas con diabetes ocurre debido a varios
factores, entre ellos la deshidratación del cuerpo y la incapacidad de usar el
azúcar como alimento y fuente de energía. Otra señal bastante común es el sueño
constante, muchas veces incluso tras haber dormido los horarios diarios
recomendados.
Agitación
Otros síntomas que suelen apreciarse cuando las concentraciones de
azúcar en sangre son elevadas, son la agitación, falta de aire o sensación de
ahogo. Muchos investigadores se encuentran estudiando estos efectos e informan
que se deben a que la gran cantidad de glucosa dificulta la circulación
sanguínea, y el correcto funcionamiento del organismo.
Visión borrosa
Los expertos explican que la visión borrosa puede deberse a que el nivel
de azúcar alta hace que los fluidos oculares sean menos claros y por lo tanto
dificultan la vista. Además, cuando la diabetes no es controlada, el nervio
óptico se daña y puede llegar a provocar ceguera.
Manchas en la piel
Hay muchas afecciones que pueden causar que la piel se oscurezca en
algunos sectores del cuerpo, un tipo de afección cutánea conocido como
Acanthosis nigricans. Una de ellas, según explican los profesionales de la
salud, es la resistencia a la insulina, lo que generalmente deriva en diabetes
y niveles altos de azúcar en sangre.
Dolor de cabeza
Los altos niveles de glucosa en sangre pueden causar dolores de cabeza
debido a la deshidratación y el cambio de fluidos en el cerebro. También pueden
dificultar la irrigación sanguínea hacia el cerebro, lo que puede profundizar
esta afección o provocar confusión.
Hambre
Cuando las células del cuerpo no pueden alimentarse, envían la señal de
hambre al cerebro para que busquemos alimento. Según los especialistas, esto
ocurre por la resistencia a la insulina en el caso de los diabéticos tipo 2 y
por la ausencia de la insulina entre las personas con diabetes tipo 1.
Cómo controlar el azúcar en sangre
Para monitorear la glucosa se puede recurrir a un medidor de azúcar en
sangre, que permitirá conocer sus niveles. También se puede optar por una
prueba de A1C, y así conocer el promedio de la glucosa en sangre de los últimos
dos o tres meses.
Para evitar que los niveles de azúcar en sangre se
"disparen", los especialistas aconsejan perder peso, realizar ejercicio
regularmente, incorporar una dieta rica en frutas, vegetales, hortalizas,
granos y semillas, evitar los productos grasosos, refinados o procesados, y
limitar o evitar el consumo de alcohol y tabaco. HD
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