Cada 31 de mayo la OMS y sus
asociados mundiales celebran el Día Mundial Sin Tabaco.
La campaña anual es una
oportunidad para concientizar sobre los efectos nocivos y letales del consumo
de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno, además para disuadir el
consumo de tabaco en cualquiera de sus formas. La epidemia mundial de tabaco
causa cada año más de 7 millones de muertes, de las cuales aproximadamente
900.000 corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno.
Cerca del 80% de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos
medianos y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad
relacionada con este producto.
Según los resultados preliminares
de la 4° Encuesta Nacional sobre los Factores de Riesgo publicada en abril de
este año por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la
prevalencia de consumo de tabaco continúa en descenso desde 2005 y se evidencia
un 25% de reducción desde entonces. En esta edición, el total de personas
fumadoras alcanzó al 22,2 % de la población, presentando una disminución
significativa respecto de la encuesta anterior que arrojaba un total de 25.1 %.
Entre otros datos significativos, la encuesta reveló por primera vez la
prevalencia de consumo de cigarrillo electrónico: el 1,1 % de la población
manifestó consumirlo. Además, la exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar
y en el trabajo, durante los últimos 30 días, se redujo significativamente
respecto de la edición anterior, mientras que la exposición al humo de tabaco
en bares y/o restaurantes se mantuvo estable.
«No hay un umbral de consumo por
debajo del cual los riesgos para la salud desaparezcan: fumar cualquier
cantidad de cigarrillos genera riesgos. Las enfermedades cardiovasculares son
la principal causa de muerte en el mundo, siendo el consumo de tabaco su
segundo factor causal más importante, después de la hipertensión arterial.
Además, fumar duplica el riesgo de padecer muerte súbita», explica el Dr.
Hernán Provera, médico cardiólogo y Jefe del Departamento de Riesgo
Cardiovascular de INEBA.
Las personas fumadoras tienen un
50% de probabilidades de morir como consecuencia del consumo del tabaco. En
promedio, viven entre 8 y 10 años menos que la población no tabaquista. El humo
ajeno puede causar graves trastornos cardiovasculares y respiratorios en
adultos, mientras que en lactantes puede ocasionar muerte súbita y en las
mujeres embarazadas, afectar el peso de los niños al nacer.
«Al conocer lo compleja que es
esta adicción y a pesar de contar con mucha información sobre los peligros
derivados de su consumo, quien fuma no encuentra una salida fácil para
abandonar el vicio. El éxito en el abandono está en relación directa con la
motivación que se tenga para dejarlo. Por ello, antes de iniciar un proceso de
abandono el fumador debe buscar todo tipo de motivación para dejar de serlo.
Sin duda el motivo relacionado a la salud es el más importante. Dejar de fumar es
la decisión más saludable que un fumador puede tomar a lo largo de su vida»,
explica el especialista.
Los beneficios de abandonar el
consumo de tabaco comienzan a experimentarse apenas se deja de fumar y
continúan el resto de la vida. Entre ellos podemos destacar que:
·
incrementa la expectativa y la calidad de vida,
·
mejora el rendimiento físico,
·
reduce en forma importante el riesgo de padecer
enfermedades graves,
·
se recuperan los sentidos del olfato y el gusto,
·
aumenta su capacidad respiratoria durante el
ejercicio.
Tabaco y pulmón
Este año, el Día Mundial Sin
Tabaco centra su campaña en el impacto del tabaco y la salud pulmonar con el
fin de concientizar sobre las consecuencias negativas del cigarrillo en estos
órganos. A nivel pulmonar, el humo del tabaco está relacionado con una amplia
variedad de patologías dentro de las cuales las más preponderantes son la
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el cáncer, además de haber
quedado demostrada la incidencia del mismo en pacientes con Fibrosis Pulmonar
Idiopática.
«Este tóxico inhalatorio no es
solo el causante directo de estas enfermedades antes mencionadas, son que
también es uno de los factores desencadenantes del empeoramiento de otras
enfermedades basales como, por ejemplo, el asma bronquial. Los pacientes que
sufren de asma y fuman tienen crisis asmáticas más frecuentes, lo que aumenta
en consecuencia sus consultas hospitalarias», explica el Dr. Gastón De Stefano,
médico neumonólogo de INEBA. Aproximadamente el 80 % de los casos de EPOC son
debido al consumo de tabaco y, a su vez, el 20 % de los fumadores en algún
momento de su vida desarrollará esta enfermedad. Si bien en Argentina el consumo está en descenso, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS) para el año 2030 fumar será la tercera causa de
muerte a nivel mundial, responsable del 8 % de los fallecimientos.
«El cáncer de pulmón es hoy la
principal causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres, por
encima del cáncer de colon, de mama y de próstata. En el 90% de los pacientes
este se desarrolla como consecuencia directa del consumo de tabaco. Los
fumadores tienen un riesgo 20 veces mayor de desarrollar la enfermedad, siendo
peor cuanto más temprano se inicie el hábito y más cantidad de cigarrillos fume
por día», agrega el especialista.
Las medidas más importantes que
deben aplicarse son las de prevención del tabaquismo con estrategias políticas
y programas integrales por medio de los cuales se logre una educación temprana,
principalmente sobre la población adolescente que es la que tiene el primer
contacto con el tabaco, además de hacer hincapié en la importancia de los
espacios libre de humo para disminuir la prevalencia del tabaquismo pasivo.
Chau pucho
Entre el 5% y 10% de los fumadores
logran el cese completo solamente con el consejo médico y el acceso a
información completa acerca de los riesgos de esta adicción. La terapia
farmacológica con drogas como la Vareniclina o el Bupropion, sumadas a una terapia
sustitutiva con nicotina (parches y chicles) son tratamientos más efectivos que
el placebo, aunque siempre deben acompañarse de acompañamiento profesional.
INEBA lleva adelante un Programa
de Cesación Tabáquica especialmente diseñado para todas aquellas personas que
deseen dejar de fumar y quieran incorporarse al tratamiento. El mismo es
personalizado, abordando las diferentes etapas de la cesación y el seguimiento
posterior.
El mismo comienza con entrevista
médica que tiene por objetivo evaluar al paciente y su grado de adicción a la
nicotina. Luego se determina el nivel motivacional para ingresar al programa y
se adecua la medicación de manera personalizada. BP
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