31 de mayo: Día Mundial sin Tabaco
La Asociación Argentina de
Tabacología (ASAT), advierte que una estrategia conjunta entre asesoría médica
y terapias de reemplazo de nicotina es un método efectivo para abandonar el
hábito. Sin embargo, es muy bajo el índice de consulta en el país.
Las ventajas de abandonar el
hábito de fumar son indiscutidas, comienzan apenas se abandona y continúan el
resto de la vida. Tan solo en las primeras 24 horas de hacerlo, la presión
arterial y la frecuencia cardíaca vuelven a la normalidad y el monóxido de carbono
es eliminado del organismo. La 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo
(ENFR) realizada en 2018, informó que afortunadamente la tasa de fumadores en
la Argentina descendió de un 25,1% a un 22,2% del 2013 al 2018, dando cuenta de
una disminución ininterrumpida del tabaquismo en el país en los últimos 10
años.
Sin embargo, a pesar de las
alentadoras cifras, el tabaquismo constituye la primera causa prevenible de
muerte en el país y la morbimortalidad vinculada a este factor de riesgo
continúa siendo una de las más elevadas de la región.
Muchos de los fumadores, prueban
distintos métodos sin éxito hasta lograr efectivamente dejar de fumar. Según
los datos arrojados en la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (EMTA)
realizada en 2012, un 89,9% de fumadores que intentaron dejar de fumar en los
últimos 12 meses o que estuvieron menos de 1 año sin fumar, hicieron el intento
sin ayuda y volvieron a fumar. En este sentido, Raúl Guillermo Espinosa,
Presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT) explica que, para
iniciar un proceso efectivo, es recomendable combinar estrategias conjuntas de
consejería profesional de salud y una terapia de reemplazo de nicotina.
«El papel de los médicos es muy
importante a la hora de motivar y derivar a los fumadores para abandonar
definitivamente el tabaco. Utilizando estas dos estrategias conjuntas, aumenta
cerca de un 40% las posibilidades de cesación comparada con el uso de
medicación sola», advierte. En Argentina solo un 10% busca ayuda y de ese
porcentaje solo un 2,5% consulta a un médico especialista a la hora de encarar
el proceso de dejar de fumar a pesar de que en el país hay 378 centros para
dejar fumar a los que se puede recurrir para realizar distintos tipos de
tratamientos y recibir asesoramiento sobre el uso apropiado de productos de
reemplazo de nicotina u otros medicamentos. 268 de estos centros son gratuitos.
La terapia de reemplazo de nicotina (TRN) es una forma probada y efectiva en el
tratamiento para abandonar el hábito de fumar, que alivia los síntomas de
abstinencia durante el período de cesación, sin incorporar los 7.000 compuestos
tóxicos de los cigarrillos. Por su parte, el Dr. Espinosa explica que la TRN
permite reemplazar la nicotina faltante, de manera segura desde el punto de
vista de la salud y brindar una sensación de alivio de los síntomas de
abstinencia para que la persona pueda, en primera instancia, desprenderse del
cigarrillo y, posteriormente, de la nicotina.
«La mayoría de los pacientes que
abandonan el tabaco sin estas estrategias, recaen en las primeras semanas,
justamente a causa de los síntomas de abstinencia. El uso de sustitutos de
nicotina en sus distintos formatos como parches o chicles o el uso de fármacos
como el Bupropion o la Vareniclina, duplica o hasta triplica el porcentaje de
éxito de cualquier intervención para dejar de fumar pero para que esto
realmente sea efectivo es necesario del soporte de un equipo médico
multidisciplinario con atención y seguimiento sostenido que aborde los
problemas de cada fumador desde distintos enfoques», concluye el especialista. BP
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