Estás trabajando frente al computador, leyendo un
libro o caminando en la calle y de repente uno de tus ojos o ambos comienzan a
llorar, sin motivo alguno. Veamos cuáles podrían ser las causas.
En principio podría tratarse de una alergia. En
este caso podrían presentarse algunos estornudos y debería ocurrir en la
temporada cuando eres más sensible, como el invierno o inicios de la primavera.
Pero las alergias no son las únicas responsables de los ojos llorosos.
Lo más probable es que esa explosión inesperada de
lágrimas ocurra después de que los ojos se hayan secado mucho. La sensación
previa suele ser de ardor, y eso pasa porque la película lagrimal que cubre la
superficie del ojo ha perdido su hidratación.
¿Existe el
mal de ojo?
“Los aceites (de las lágrimas) provienen de las
glándulas sudoríparas de los párpados que se activan por la presión mecánica
del parpadeo, por lo que si tu visión es borrosa, a veces el parpadeo ayuda a
aclararlo. Con el tiempo, estas glándulas sebáceas pueden obstruirse, y cada
parpadeo produce menos aceite para cubrir las lágrimas y asegurarse de que no
se evaporen”, explica en un artículo el optometrista de la Clínica Cleveland,
Weston Tuten.
Con la evaporación del agua viene la sensación de
ardor y ardor en los ojos. Se trata de una señal para que tu cerebro envíe más
lágrimas, entonces el exceso de estas se derramará y correrá por tu cara.
5 consejos
para el cuidado de los ojos
Usar lentes de contacto, las condiciones climáticas
e incluso las alergias, pueden propiciar los ojos llorosos. Pero si es muy
frecuente y persistente, lo mejor es acudir al médico: podría ser un conducto
lagrimal bloqueado.
Weston Tuten explica que una forma natural de
aumentar la cantidad de lágrimas y evitar la resequedad del ojo es poner
compresas tibias sobre los ojos durante unos cinco minutos, así se derriten los
aceites solidificados en los párpados. También puedes usar lágrimas artificiales,
pues estas proporcionan una barrera lubricante para tus ojos. HD
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