Jaume Mir Vime, Beato

Sacerdote y Mártir, 29 de Julio

Martirologio Romano: En Tarragona, España, asesinado por odio a la fe. (1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El P. Jaume (Jaime) Mir Vime era hijo de Ciutadilla, provincia de Lleida y comarca del Urgell. Nació el día 22 de diciembre de 1889. Sus padres Jaime y Filomena eran unos ejemplares cristianos. Tuvieron dos hijos y cuatro hijas. La más pequeña fue religiosa Carmelita de la Caridad. Jaume estudió dos años en el Seminario Conciliar de Tarragona.

Lo tuvo que dejar cuando murió su madre. Más tarde ingresó en el postulantado claretiano de Barbastro. Lo recibió el Beato Felipe de Jesús Munárriz. El día 18 de agosto de 1906 se trasladó al Noviciado Claretiano de la Universidad de Cervera con sus condiscípulos y Empezó el Noviciado, dirigido por el P. Mariano Fernández. El 25 de agosto de 1907 profesó en la Capilla Real como Claretiano. Terminada la carrera fue ordenado sacerdote el día 20 de julio de 1915 en Solsona por el Obispo Valentín Comellas.

El apostolado del P. Jaume Mir fue la cátedra. Especialista en ciencias exactas, fue un muy brillante profesor de Metafísica. El recuerdo de sus alumnos en Cervera (1915-1925), en Solsona (1925-1932) y en Tarragona (1932-1936) es de un profesor excepcional. Los superiores enviaron el P. Jaume Mir en las Universidades de Friburgo, de París y de Roma.

El P. Mir obtuvo las máximas calificaciones en sus estudios. Y gracias a sus conocimientos, pudo mejorar el nivel científico tanto de los Colegios claretianos como del mismo Seminario Conciliar de Tarragona desde 1932, cuando suplió el P. José Puigdessens. El. P. Jaume Mir trabajó en otros ministerios, predicador, confesor, director de tandas de ejercicios, director de asociaciones, y encargado de la numerosa Archicofradía del Corazón de María. Siempre tuvo mucha aceptación.

El P. Jaume Mir Vime formaba parte de la Comunidad Claretiana de Tarragona el mes de julio de 1936. Aquella primera quincena de julio había predicado Ejercicios Espirituales a las Hermanas Carmelitas de la Caridad en su Colegio de la Espluga del Francolí. Durante estos Ejercicios hizo muchas referencias a la posibilidad de dar testimonio de la propia fidelidad a la Causa de Jesús. Los ponía como ejemplo el amor a Jesucristo de los primeros cristianos cuando donaban por Él la propia vida. Y aseguraba a las religiosas que aquellas escenas de dolor y heroísmo de los primeros cristianos se repetirían en nuestro tiempo.

Los Ejercicios comenzaron el día 17 de julio y terminaron truncados día 21 al mediodía, cuando vieron que la puerta del Colegio estaba ocupada por centinelas. El P. Mir, después de comer, tomó el Santísimo Sacramento y lo llevó a una casa vecina, la del capellán. El día 22 todas las religiosas tuvieron que abandonar el Colegio. Cuatro de ellas se refugiaron también en aquella casa donde el P. Mir aún les predicó algunos sermones.

El P. Mir los días que estuvo en la casa del capellán desde el día 21 al 27, pasaba muchas horas en su habitación haciendo oración y leyendo la Vida de Jesús. El día 27 supo que el Comité de la Espluga del Francolí había dado pases a los religiosos Paúles. El día 28 él también lo intentó. Le concedieron el pase que pedía para volver a Tarragona.

Pero a medianoche los del Comité le dijeron que devolviera el pase, porque valía tan sólo para la fecha en que se lo habían concedido. Al día siguiente 29 el P. Mir volvió a pedir el pase. Le respondieron que había que ir a Montblanc. Subió al coche del Comité. Y el mismo día 29 fue asesinado en el cerro de la Oliva de Tarragona. Consta en el Sumario n. 164 del registro de defunciones de la ciudad, de 29 de julio de 1936. Se hizo la autopsia pocas horas después. Llevaba algunas pertenencias para identificarlo: Breviario con su nombre, una epacta (librito que cada año sale para el régimen y orden del rezo divino), dos pañuelos numerados, y una reliquia del P. Claret, entre otros. El cuerpo del P. Mir fue enterrado en el cementerio de Tarragona. No se pudo saber el lugar para recuperarlo.