sábado, 3 de agosto de 2019

Cuida tu prójimo y tu lengua

Malba Tahan ilustra los peligros de la palabra:
Una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón hasta que el muchacho acabó preso. Días después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él procesó a la mujer.
-Hacer unos comentarios no es tan grave - dijo ella al juez.
-De acuerdo -respondió el magistrado-. Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal sobre el joven, después pique el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva para escuchar la sentencia.
La mujer obedeció y volvió al día siguiente. 
-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada a un año de prisión- declaró el magistrado.
-¡Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!
-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho.
Y envió a la mujer a la cárcel. PC

No hay comentarios.:

Publicar un comentario