La cola en la
farmacia puede ser molesta, pero es larga por una razón. El farmacéutico tiene
un montón de cosas que hacer, y lleva tiempo hacerlas correctamente. “El
trabajo de un farmacéutico para un profano puede parecer simplista, pero hay
muchas funciones, desde revisar tu perfil hasta verificar las interacciones y
asegurarse de que estés obteniendo el medicamento y las dosis correctas”, dice
Fernando González, inspector de salud pública, profesor asistente de la
Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud Arnold & Marie Schwartz de la
Universidad de Long Island. La gente debería darse cuenta de que apresurar una
receta es como decirle a un piloto que no necesita revisar el tren de
aterrizaje antes de despegar. A continuación hay 9 cosas que tu farmacéutico
quiere que sepas:
1. No engañes a tu farmacéutico
Puede ser
conveniente a veces usar la farmacia cercana al trabajo y otras veces, la más
cercana a tu hogar, pero separar tus recetas en múltiples ubicaciones elimina
la tutela y control que puede ejercer un farmacéutico de confianza. Lo contario
podría hacer que tus recetas sean menos efectivas, o incluso mortales. Las
interacciones entre medicamentos son reales, y eso incluye a todos los
medicamentos, incluso con algunos que no requieren recetas.
“Asegúrate de que
todos tus médicos estén al tanto de todos los medicamentos que tomas, incluidos
los medicamentos de venta libre, las vitaminas y las hierbas”, dice Brian R.
Malone, farmacéutico registrado, director de Servicios Farmacéuticos y Oficial
de Seguridad de Medicamentos de la Universidad de Nueva York. Ten en cuenta que
algunos medicamentos se anulan entre sí y otros son peligrosos de mezclar.
2. No asumas tú solo la responsabilidad de los
asuntos médicos
Los medicamentos
pueden ser costosos, pero no permitas que el costo ponga en peligro tu salud.
Según González, los pacientes deben recibir una mejor educación acerca de sus
opciones de medicamentos, incluidos los costos, pero deben ser proactivos y
pedir consejo, si esa información vital no está disponible.
“Las medicinas de
hoy son tan potentes y tan caras. Tomarlas correctamente es la clave para el
manejo de la enfermedad. Muchos pacientes que han alcanzado o sobrepasado su
límite económico máximo ahora tienen que pagar una tarifa más alta por sus
recetas y tienden a comenzar a extender el tiempo que dura la caja de
medicamentos que tienen al no tomarlos según lo prescrito, o al no tomarlos en
absoluto. Esta es una práctica muy peligrosa”, dice. Debes hablar con tu médico
o farmacéutico sobre los planes que puedes pagar y averiguar si alguna
administración o asociación te puede ayudar y qué fabricantes de
medicamentos proporcionan los de menor costo.
3. Haz preguntas
Tus farmacéuticos
están para ayudar. Son un recurso increíble que debes usar, especialmente si
tienes un médico que vigila el reloj durante las citas. “Siempre solicita la
información sobre tus medicamentos en los términos que puedas entender”, dice
Malone, quien sugiere hacer estas preguntas cada vez que tengas una nueva
receta:
• ¿Para qué sirve la
medicina?
• ¿Cómo se supone
que debo tomarlo y por cuánto tiempo?
• ¿Hay algún efecto
secundario? ¿Qué debo hacer si ocurren?
• ¿Es seguro tomar
este medicamento junto con otros medicamentos o suplementos dietéticos?
• ¿Qué alimentos,
bebidas o actividades deben evitarse mientras se toma este medicamento?
4. Deja internet para estar conectado, no para
comprar medicinas
Los pacientes deben
comprender que es peligroso comprar medicamentos de fuentes no aprobadas. Si
ves que los medicamentos se venden a precios dramáticamente bajos, es más
probable que sean falsificados. “La Administración de Alimentos y Medicamentos
de los Estados Unidos tiene los estándares más altos de aprobación de
medicamentos en el mundo, y todos los fabricantes deben cumplirlos para obtener
su aprobación. Eso no sucede con respecto a los medicamentos que compras de
fuentes no autorizadas, incluidas las personas que afirman estar vendiendo
medicamentos recetados que ya no necesitan”, dice González. En muchos casos,
esto es realmente ilegal.
5. Comprueba y vuelve a comprobar
Los pacientes deben
revisar sus medicamentos antes de salir de la farmacia. Debes verificar el
nombre del paciente, el medicamento, el médico y las instrucciones. También si
tu medicamento se ve diferente a lo habitual, ya sea en forma o color, consulta
con el farmacéutico.
6. Pide ayuda cuando la necesites
Si sigues olvidando
tomar tus medicamentos, pídele a un familiar o amigo que organice previamente
tus medicamentos en un planificador de medicamentos. Esto también puede
ayudarte a evitar una sobredosis, ya que evitarás tomar accidentalmente dos
dosis.
7. Comprueba las fechas de caducidad
“Los medicamentos
obsoletos no solo pierden su fuerza, sino que también pueden volverse tóxicos y
enfermarte”, dice Malone. Por lo tanto, una o dos veces al año, debes verificar
las fechas de vencimiento de tus medicamentos recetados y de venta libre, y
deshacerte de todo lo que haya caducado. Algunas personas hacen esto cuando
cambian las baterías de sus detectores de humo, o como parte de un ritual anual
de limpieza de primavera, lo asocian a otra costumbre programada para que no se
les olvide.
8. Personaliza tus frascos de medicamentos
Si vives con otras
personas, separad los medicamentos de todos, si es posible, y mantenedlos en
diferentes lugares. Si esto no es factible, busca una manera de identificar los
medicamentos de cada persona. Todos los frascos de pastillas se parecen, y
también muchas pastillas, pero puedes intentar codificar por colores o signos
los frascos de cada uno.
9. No machuques las pastillas
Aunque a veces las
pastillas pueden ser difíciles de tragar, nunca se deben triturar sin el
permiso de tu médico. Esto se debe a que algunos medicamentos se liberan con el
tiempo y se han diseñado para ingresar lentamente en el torrente sanguíneo.
Aplastarlos elimina esa capacidad de trabajar como deberían y puede ser
peligroso.
Si tienes dificultad
para tragar sus pastillas, no dejes de tomar tu medicamento. En su lugar, habla
con tu médico sobre medicamentos alternativos, como los líquidos, que te serán
más fáciles de tolerar. LDG
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