martes, 5 de febrero de 2019

Dejaron todo y lo siguieron

San Lucas nos manifiesta cómo Jesús provoca un verdadero impacto entre la gente sencillas de Galilea. Sorpresa y curiosidad serían el primer paso, esperanza y entusiasmo brotarían enseguida.
No es difícil acercarse a Jesús porque habla al aire libre, abiertamente, se agolpan las multitudes y Jesús no duda en subir a una de las barcas para desde ahí proclamar su Evangelio. La mayor parte de los que se mueven tras Jesús es gente sencilla, humilde, pobre y no siempre la curiosidad o la admiración se traducen en una adhesión más profunda y duradera. Muchos escuchan su mensaje, disfrutan sus palabras, admiran sus curaciones pero se resisten a un compromiso más serio.
En un determinado momento, Jesús elige de entre estos discípulos a un grupo especial de doce que forman el círculo más íntimo en torno a Él. Son con quienes comparte más su tiempo, quienes lo acompañan y asumen una responsabilidad mayor. La mayoría de ellos no tienen una personalidad relevante de por sí, sino que se mueven a su sombra. ¿Cómo fue el llamado? Quizás de una manera paulatina, pero hoy San Lucas nos deja entrever que es un llamado decisivo, que trastoca toda la vida, que exige un cambio de postura y de actividad.
Pedro y sus compañeros serían pescadores que viven al día, ganando el sustento con el esfuerzo y la ganancia de su pesca… y lo tienen que dejar todo.
Quizás alguien argumente que Pedro y sus compañeros tendrían poco que dejar, poco que perder, pero ese poco era toda su vida y es trastocada por el mensaje de Jesús. Dejar sus redes cuando son pobres y miserables parecería fácil, pero es dejar la vida que hasta ese momento habían llevado y cambiar de perspectiva toda su actividad. Hoy también Jesús sigue impactando e invitando a todos a seguirlo.
Tenemos que dejar las redes que nos atrapan y nos impiden ser libres. Serán redes pobres y miserables pero con capacidad de esclavizarnos e inmovilizarnos. Dejar redes, cambiar mentalidad, mirar no sólo peces y economía, descubrir dignidad de personas e hijos de Dios… es la invitación que nos hace Jesús. ¿También de nosotros se podrá decir: “dejándolo todo, lo siguieron”? ED

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