Este medicamento universal nació en 1962 tras 10
años de investigaciones realizados por el químico británico Stewart Adams, todo
un referente del sector que ha fallecido esta semana a los 95 años de edad.
Pero no fue hasta 1969 que el ibuprofeno apareció en el mercado farmacéutico, concretamente
en Gran Bretaña.
Aparece en la lista de Medicamentos Esenciales de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde también se encuentran otros clásicos
de los botiquines, el paracetamol y la aspirina. Sin embargo, su enorme
popularización en los últimos años entraña riesgos para la salud si no se toma
bajo supervisión médica o se hace excediendo las dosis recomendadas, en ningún
caso se deberían superar los 2.400 mg diarios.
Uno de los principales problemas viene porque el
envase más extendido es de comprimidos de 600 mg., pese a que requiere de
receta médica, pues según los expertos en muchos casos no es necesaria tanta
dosis.
A las advertencias previas se ha sumado en los
últimos días un estudio, publicado en el Journal of the American College of
Cardiology, que muestra problemas entre las personas que toman
simultáneamente ibuprofeno con anticoagulantes orales. En estos casos se ha
registrado un mayor riesgo de sufrir infartos y mayores posibilidades de sangrado.
El Dr. Alfonso Vidal, coordinador de las unidades
del Dolor de Hospital Quirónsalud Sur y Hospital La Luz de Madrid, en España,
responde a los siguientes interrogantes:
¿Cuáles son sus
indicaciones?
El ibuprofeno es un analgésico antiinflamatorio y
antipirético que actúa como inhibidor no selectivo de la ciclooxigenasa, por
tanto, se utiliza en el tratamiento del dolor leve o moderado en procesos
inflamatorios, traumatismos o dolor posoperatorio y en cuadros febriles leves.
¿400 o 600 miligramos?
La dosis habitual es 400 mg hasta 4 veces al día
pero se puede usar 600 mg 4 veces al día como dosis máxima en pacientes
seleccionados y controlados por el médico.
¿Qué se considera abuso
de ibuprofeno: muchos días seguidos, dosis elevadas, etc.?
Abuso es utilizar el ibuprofeno de una manera
inadecuada o excesiva. Y esto quiere decir usarlo cuando no es necesario usar
más dosis de la necesaria, por ejemplo 600 en vez de 400, utilizarlo más del
tiempo recomendado, que no suele superar 10 a 15 días en cuadros agudo, y en
todo caso no se debe utilizar de forma continua o sin control.
¿Qué alternativas hay?
Probablemente el paracetamol es la alternativa más
extendida, aunque hay otros antiinflamatorios de otras familias como el
desketoprofeno, el diclofenaco o el etorecoxib. Y otros analgésicos como el
Tramadol o la Dipirona como alternativas terapéuticas.
¿Cuándo no tomarlo?
En pacientes con hipersensibilidad conocida o
problemas relacionados con patología preexistente, hipertensión arterial,
gastritis, alteraciones renales o hepáticas.
¿Antes o después de
comer?
Por la posible acción sobre la mucosa gástrica
sería mejor evitar tomarlo con el estómago completamente vacío, aunque tampoco
es adecuado tomarlo después de comer, pues podría disminuir su absorción.
¿Contraindicaciones y
uso con otros medicamentos?
Está contraindicado en pacientes con alergia o
hipersensibilidad, con patología renal grave, hipertensión arterial mal controlada
y problemas graves gastrointestinales, úlcera de estómago; tampoco en pacientes
tratados con anticoagulantes.
¿Y si se toma más de lo
aconsejado?
Puede tener problemas relacionados con alteraciones
en el estómago o la tensión arterial o el riñón -quizá esta sea la más grave,
puede producir insuficiencia renal aguda por sobredosis-.
¿Cuáles son sus
principales efectos adversos?
Ya lo hemos apuntado, problemas renales, problemas
gastrointestinales, úlceras, hipertensión arterial, hemorragias gástricas.
¿Por qué se dispensa sin
receta?
Su margen terapéutico es muy amplio, es un fármaco
que usado ocasionalmente incluso a la dosis completa es bastante seguro y es
muy adecuado para su uso ocasional; con todo y con eso si se usa en exceso
acaba dando problemas, por eso se aconseja control médico.
¿Podemos combinar
ibuprofeno y paracetamol?
Naturalmente son fármacos que tienen acciones
analgésicas y antitérmicas por mecanismos distintos, por lo que su uso
combinado puede mejorar los resultados y en la medida de lo posible se debe
evitar abusar de uno, de otro, o de los dos. BP
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