A lo largo de nuestras vidas pasamos muchas horas
dentro del auto. Para ir al trabajo, a la escuela, de viaje, en los
embotellamientos, etcétera. Para algunas personas el automóvil es el lugar en
el que más tiempo se pasa, junto con el trabajo o la vivienda.
La falta de ergonomía, el estrés o la tensión que
se llega a vivir en el auto puede tener consecuencias que afecten a nuestra
salud. Lesiones de espalda, dolores cervicales, problemas digestivos,
trastornos de sueño o alteraciones oculares.
Estos son algunos síntomas que puede desencadenar
el pasar muchas horas dentro del vehículo, pero eso pasa a ser mucho más grave
si las personas al volante sufren ciertas patologías que disminuyen su
capacidad al volante y ponen en peligro su seguridad y la del resto de usuarios
en la vía pública.
Con motivo del Día Mundial de la Salud, que
se celebró el fin de semana pasado, un concesionario multimarca de internet,
elaboró un informe en el que agrupa las enfermedades que pueden hacer que los
conductores sean más vulnerables.
Fobias
Hay un porcentaje de la sociedad que padece algún
tipo de fobia, y una de ellas afecta a la conducción: la amaxofobia. Sufrir
ansiedad al volante es más común de lo que parece a primera vista, de hecho
algunos informes señalan que 1 de cada 9 conductores sufren este síntoma, y que
incluso el 20 % deja de conducir debido a ello. Este tipo de trastorno aparece
como consecuencia de haber sufrido algún accidente o situación trágica al
conducir. Las personas que lo padecen suelen acudir a sesiones de relajación,
hipnosis o reestructuración cognitiva.
Alergias
La primavera es el peor enemigo de los que padecen
alergias. Se calcula que 2 de cada 10 argentinos sufren algún tipo de alergia.
Picor y destilación nasal, estornudos o enrojecimiento y picor de ojos son
algunos de los síntomas que afloran con mayor virulencia en quienes padecen estas
afecciones respiratorias. Además de ser molestas para quienes las sufren,
también pueden representar un riesgo para la conducción. Teniendo en cuenta que
una serie de estornudos continuados puede provocar la pérdida de atención al
volante hasta 30 segundos, lo que si circulamos a 100 km/h se traduciría en 800
metros.
Depresión
Los trastornos depresivos son una patología
frecuente que genera un gran sufrimiento a quienes la padecen. Según la OMS,
más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren de este tipo de
enfermedad. Desgano, apatía, tristeza, sensación de malestar, trastornos del
sueño o perdida de interés son algunos de los síntomas que se manifiestan, y
que pueden afectar la capacidad de conducir. Se recomienda evitar la conducción
al principio del tratamiento ya que suele incluir medicamentos que pueden
resultar perjudiciales a la hora de manejar. De la misma forma que el consumo
de alcohol y drogas pueden agravar los síntomas.
Diabetes
La diabetes es una patología muy frecuente e
importante, ya que en determinadas circunstancias puede interferir con la
conducción segura. Se cree que los diabéticos de tipo I tienen mayor riesgo de
accidente. El factor que tiene más riesgo de accidentalidad en diabéticos es
tener antecedentes recientes de hipoglucemia severa.
De acuerdo con un informe de la ONG Luchemos por la
Vida, una persona con diabetes, antes de iniciar la conducción de cualquier
vehículo, tendría que tener la glucemia capilar por encima de 90-100 mg/dl, ya
que valores cercanos a la hipoglucemia disminuyen la rapidez de reacción,
aunque una persona se encuentre bien. También recomienda llevar siempre
alimentos o bebidas ricas en azúcar y recuerda que el exceso de alcohol
disminuye los reflejos en la conducción y dificulta reconocer los síntomas de
las hipoglucemias.
Anemia
Aunque es una enfermedad que tiene diferentes
niveles, los que la sufren en un nivel severo pueden sentir fatiga, mareos,
sudoración o taquicardia, reacciones que pueden poner en peligro nuestras vidas
en la vía pública. Se recomienda no usar el auto, a menos que el médico lo
permita.
Enfermedades
del sistema nervioso o muscular
Personas que padecen enfermedades como la
esquizofrenia, Alzheimer o Parkinson, pueden padecer con frecuencia rigidez
muscular, temblores o alteraciones de la mente no compatibles con la
conducción.
Apnea del
sueño
Este síndrome provoca la interrupción de la
respiración tras conciliar el sueño, precedida de un ronquido fuerte que dura
unos 10 segundos. Algunos de los síntomas son dolor de cabeza matinal,
somnolencia, déficit de atención, presión arterial alta, insuficiencia cardíaca
o accidentes cardiovasculares. BP
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