Abad, 29 de
Abril
Martirologio Romano: En el monasterio de Cluny, Borgoña (hoy Francia), san Hugo, abad,
que gobernó santamente su cenobio durante sesenta y un años, mostrándose
entregado a las limosnas y a la oración, mantenedor y promotor de la disciplina
monástica, atento a las necesidades de la Iglesia y eximio propagador de la
misma (1109).
Etimológicamente: Hugo =
Aquel de inteligencia clara, es de origen germano.
El glorioso y venerable abad de Cluny, san Hugo,
nació en Semur, de una ilustre y antigua familia de Borgoña. Su padre llamado
Dalmacio era señor de Semur, y su madre Aremberga, descendiente de la antigua
casa de Vergi. Quería el padre que su hijo Hugo siguiese, como noble la carrera
de las armas, pero sintiéndose él más inclinado al retiro y a la piedad que a
la guerra, recabó licencia para ir a cultivar las letras humanas en
Châlon-sur-Saône, donde la santidad de los monjes de Cluny, gobernados por el
piadoso abad Odilón, le movió a dar libelo a todas las cosas de la tierra, y a
tomar el hábito en aquel célebre monasterio.
Hizo allí tan extraordinarios progresos en las
ciencias y virtudes, que corriendo la fama de su eminente santidad, sabiduría y
prudencia por toda Europa, el emperador Enrique le nombró padrino de su hijo; y
Alfonso rey de España, hijo de Fernando, acudió a él para librarse de la prisión
en que le tenía su ambicioso hermano Sancho, lo cual recabó el santo con su
grande autoridad, y también puso fin a las querellas del prelado de Autún y del
duque de Borgoña que devastaba las posesiones de la Iglesia. Y no fue menos
apreciado de los sumos pontífices, por su rara prudencia y santidad. Le nombró
León IV para que le acompañase en su viaje a Francia, y su sucesor Víctor II
previno al cardenal Hildebrando, después Gregorio VII, que le tomase por socio
y consejero en la legacía cerca del rey de los franceses; Esteban X que sucedió
a Víctor, le llamó y quiso morir en sus brazos. El gran pontífice Gregorio VII
se aconsejaba con este santísimo abad de Cluny en todos los negocios más graves
de la cristiandad.
Entre las muchas cartas de san Hugo, se halla una
escrita a Guillermo el Conquistador, el cual le había ofrecido para su
monasterio cien libras por cada monje que le enviase a Inglaterra. Respóndele
el santo abad que él daría la misma suma por cada buen religioso que le
enviasen para su monasterio, si fuese cosa que se pudiese comprar en cuyas
palabras manifestaba el temor de que se relajasen los monjes que enviase a
Inglaterra no pudiendo vivir allí en monasterios reformados. Y si todas estas
preocupaciones juzgaba el santo necesarias para conservar la virtud de aquellos
tan fervorosos monjes, ¿cómo imaginamos nosotros poder estar seguros de no
perder la gracia divina, si temerariamente nos metemos en medio de los peligros
y lazos del mundo? Se quejan muchos de las tentaciones que padecen, y murmuran
de la Providencia por los recios y continuos combates que les dan los tres
enemigos del alma: mundo, demonio y carne: pero día vendrá en que Dios se
justifique recordándo1es que ellos mismos se metían las más de las veces en las
tentaciones, y haciéndose sordos a las voces de la gracia y de la conciencia,
se ponían voluntariamente en las ocasiones de pecar, y se rendían a sus
mortales enemigos.
Es increíble lo mucho que trabajó este santo en la viña del Señor, edificándola con sus heroicas virtudes, defendiéndola de sus enemigos, y acrecentándola con su celo apostólico, Finalmente después de haber fundado el célebre monasterio de monjas de Mareigni, y echado los cimientos de la magnífica iglesia de Cluny, lleno de días y merecimientos falleció en la paz del Señor a la edad de ochenta y cinco años.
Es increíble lo mucho que trabajó este santo en la viña del Señor, edificándola con sus heroicas virtudes, defendiéndola de sus enemigos, y acrecentándola con su celo apostólico, Finalmente después de haber fundado el célebre monasterio de monjas de Mareigni, y echado los cimientos de la magnífica iglesia de Cluny, lleno de días y merecimientos falleció en la paz del Señor a la edad de ochenta y cinco años.
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