Primero: amarás a Dios
sobre todas las cosas.
Segundo: y al prójimo como a ti mismo.
1. Esto es lo
que significan los siguientes magníficos consejos:
«Cumple siempre todos los mandamientos».
«Por nada del mundo cometas un pecado
grave».
«Procura agradar a Dios en todas las
cosas».
«No hagas tú a los otros lo que no quieras
que los otros te hagan a ti».
«Pórtate tú con los demás como quieras que
los demás se porten contigo».
2. Hay
personas que reducen sus prácticas religiosas al servicio del prójimo. Eso está
bien, pero no basta. Hay acciones humanas que ni benefician ni perjudican al
prójimo, en cambio agradan o desagradan a Dios: como el asistir a Misa o el
decir blasfemias.
Hoy somos muy sensibles a la justicia
social. El remedio no está en cambiar las estructuras, que seguirán siendo
injustas si no cambiamos a los hombres. Si cambiamos a los hombres las
estructuras serán mejores y habrá más justicia. El mejor modo es la norma de
Cristo: «pórtate tú con los demás como quieres que los demás se porten
contigo». JL
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