Monje
Camaldulense, 30 de Abril
Martirologio Romano: En Verona, en la región de Venecia, san Gualfardo, quien, oriundo de
Alemania y guarnicionero de profesión, después de pasar varios años en la
soledad fue recibido por los monjes del monasterio de San Salvador, cerca de la
ciudad (1127).
De origen germánico y de profesión guarnicionero
(talabartero), san Gualfardo, obedeciendo a su deseo interior de una vida todo
entregada a Dios, después de haber transcurrido algún tiempo en Verona, se
apartó en soledad eremítica, como hicieron muchos jóvenes hombres de la Edad
Media, en un lugar cerca del Adige.
Sobre el ejemplo de san Romedio, ermitaño en el Val
di Non en Trentino, pasadas en este lugar solitarios veinte años de
aislamiento, luego algunos barqueros que navegaron por el río lo descubrieron,
obligándolo así a trasladarse a Verona cerca de la iglesia de San Pedro.
Después de cierto tiempo, pasó a la iglesia de la
Santísima Trinidad fuera de los muros de la ciudad y por fin fue acogido
caritativamente como oblato, por los monjes camaldulenses de San Salvador de
Corteregia en Verona, con los que permaneció durante diez años hasta su muerte.
Mediante la oración incesante, las vigilias
nocturnas, los ayunos, las penitencias, logró llegar a los más altos grados de
la contemplación y santidad; todo lo anterior estaba entretejido con gracias
tales como equilibrio, serenidad, modestia y prudencia, que reflejaban su paz
interior y su íntima unión con Dios.
Un monje contemporáneo, que fue el autor de la
primera hagiografía de San Gualfardo, describió el fervor que aquel ponía en la
santa conversación con los fieles y con los camaldulenses; además relató muchos
milagros que obró en vida y después de muerto.
Murió en el convento de Verona el 30 de abril de
1127; los veroneses celebran la fiesta el 1° de mayo como protector de los
guarnicioneros, mientras que el orden Camaldulense y el Martirologio Romano, lo
recuerda el 30 de abril, aniversario de su nacimiento al cielo.
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