Si te sientes constantemente con gases, que tu
abdomen está hinchado y no puedes perder peso del estómago, no importa lo
duro que estés haciendo ejercicio, si tienes problemas de excreción, como por ejemplo
estreñimiento, diarrea o ambos. Las enfermedades gastrointestinales que pueden
causar los síntomas son muy comunes, y una de las más prevalentes en el mundo
desarrollado, con alrededor del 10-15% de las personas que la padecen, es el
síndrome del intestino irritable (SII). Debido a que no se comprende bien
y comparte muchos síntomas con otras enfermedades gastrointestinales más
graves, como la enfermedad de Crohn, las infecciones por parásitos e incluso el
cáncer de colon, sería mejor descartar todas las demás opciones antes de asumir
que padeces el SII.
¿Qué sabemos sobre el SII?
El mecanismo y las causas del SII no se comprenden
completamente, aunque se ha afirmado que la inflamación intestinal infecciosa,
la genética y el estrés psicológico podrían desencadenar el SII. Este
padecimiento es dos veces más común en las mujeres, y el inicio suele ser antes
de los 45 años. Los síntomas comunes
incluyen dolor abdominal, diarrea y/o estreñimiento, una sensación de saciedad,
un estómago prominente, no sentirse con alivio después de ir al baño, así como
la depresión y la ansiedad. Una cosa que hay que entender es que un
abdomen distendido en una persona con SII no refleja grasa. Por lo general, su
abdomen no se sentirá flácido si una condición GI es la culpable; por el
contrario, se sentirá duro al tacto, y a menudo se acompaña de una sensación de
plenitud que algunos describen como tener un globo inflado alojado en su
abdomen. La explicación más común para este síntoma es un exceso de gas en los
intestinos.
Si bien el estrés puede desencadenar o exacerbar
los problemas intestinales, lo inverso también es cierto, y muchas personas que
tienen SII también sufren de depresión y ansiedad. Esta correlación se une a
una larga lista de enigmas que el mundo médico aún tiene que resolver, pero
podría deberse a la presión constante en el sistema nervioso asociado con la
condición, la dificultad emocional de tratar esta condición o la vergüenza con
respecto a la apariencia física, tales como las excreciones irregulares y
gases.
El SII no es una condición que ponga en peligro la
vida en ningún sentido de la imaginación, pero afecta la calidad de la vida de
las personas, y no existe una cura conocida para ella. Dicho esto, hay varias
maneras de manejarlo:
1. Medicación
Se ha demostrado que algunos medicamentos y
suplementos son eficaces para mitigar algunos de los síntomas del SII. Los
laxantes funcionan bien para las personas cuyo SII se manifiesta en el
estreñimiento, mientras que los antidiarreicos pueden aliviar a quienes sufren
de heces blandas y diarrea. Algunos antidepresivos de la familia de inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina parecen tener un efecto positivo
sobre el dolor abdominal y otros síntomas, independientemente de su efecto
sobre la depresión.
Los medicamentos antiespasmódicos pueden aliviar
los cólicos y la diarrea en personas con SII, así como relajar los músculos del
colon. Los suplementos de fibra soluble, como el de la planta de psyllium, han
sido eficaces tanto para aumentar el volumen de las heces de los que sufren de
diarrea como para ayudar a la excreción en caso de estreñimiento.
2. La actividad física y el alivio del estrés
El ejercicio, y en particular, las actividades
aeróbicas, son eficaces para reducir los síntomas del SII. Las actividades
recomendadas incluyen natación, trotar, caminar y andar en bicicleta. Además,
se ha demostrado que el yoga (y especialmente el yoga que se centra en la parte
inferior del abdomen) ayuda a reducir el estrés y también ayuda con los
síntomas del SII. La meditación es otra forma de aliviar el estrés,
aliviar los síntomas del SII y mejorar la calidad de vida de las personas con
SII.
3. Terapia
Mente sana, cuerpo sano. En este caso, es al menos
parcialmente cierto, ya que la psicoterapia y otras formas de terapias de
conversación (incluso sin los antidepresivos prescritos) parece mejorar la calidad
de vida entre las personas con SII y reducir sus síntomas. El efecto de la
terapia en la salud gastrointestinal puede explicarse por la existencia del eje
cerebro-intestino, un corredor de comunicación bidireccional entre los sistemas
nervioso y gastrointestinal que informa los sentimientos de hambre y de
saciedad, pero también puede afectar la flora intestinal. Respuesta al estrés y
al trauma. Del mismo modo, las circunstancias físicas que afectan la flora
intestinal (como la dieta o la enfermedad) pueden tener un efecto adverso en tu
estado mental.
4. Cambios en la dieta
En muchos casos, el SII se inflama como reacción a
un “alimento desencadenante”. Tales alimentos desencadenantes contienen
carbohidratos conocidos como FODMAP, que se absorben mal en el intestino
delgado y se fermentan en los intestinos. Esto causa una acumulación de gas en
los intestinos que puede causar hinchazón y flatulencia. Las personas con SII
pueden querer intentar eliminar los FODMAP de su dieta y luego reintroducirlos
para descubrir cuáles causan el malestar. No es recomendable renunciar a los
FODMAP por completo, ya que muchos de los alimentos que los contienen, como las
cebollas y las legumbres, proporcionan nutrientes valiosos.
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