¿Qué es la tuberculosis?
Esta pregunta le parecería tal vez
demasiado simple y fácil de responder a cualquier persona de los siglos XIX y
XX, ya que la tuberculosis constituía entonces el paradigma de la enfermedad
incurable y su presencia era familiar para todo el mundo. Sin embargo,
preguntarnos por ella se hace hoy pertinente debido a que la conducta, la
distribución geográfica y el significado social de esta enfermedad han cambiado
radicalmente todos estos años. Es por ello que debemos seguir pensando en la
tuberculosis, evaluar su genio, sus particularidades.
¿Cómo se produce la
tuberculosis?
La tuberculosis es una enfermedad
causada por una bacteria denominada Mycobacterium tuberculosis, que afecta
principalmente a los pulmones, pero también a otras partes del cuerpo como los
riñones, los huesos de la columna vertebral, el sistema nervioso central y
prácticamente cualquier otra parte del cuerpo. La infección se transmite de
persona a persona a través del aire. Se produce cuando un enfermo de
tuberculosis pulmonar tose, estornuda, escupe, canta y habla. De esta manera el
enfermo expulsa pequeñas gotitas (llamadas gotitas de Flügge) con los bacilos
tuberculosos al aire. La persona que se encuentra cerca los puede inhalar y
quedar infectada. Esta afección se puede prevenir y también curar, pero de no
tratarse puede ser mortal.
¿Cuáles son los
síntomas?
Las personas que se enferman de
tuberculosis tienen síntomas como tos, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de
peso. No pocas veces estos síntomas son persistentes pero tolerables y los
enfermos pueden pasar mucho tiempo antes de procurar ayuda médica y mientras
tanto seguir esparciendo los bacilos y con ellos la enfermedad. Hay personas
que son más susceptibles a infectarse y otras que al tener contacto con el
bacilo logran salir indemnes. Las más predispuestas son aquellas personas cuyo
sistema inmunológico está deteriorado (personas con HIV, desnutridos,
fumadores, diabéticos) y también aquellos que trabajan o viven en lugares donde
exista hacinamiento (viviendas precarias, cárceles, fábricas con espacio
deficiente), todas condiciones que se agravan al empeorar las condiciones
socioeconómicas.
Un poco de historia
Esta antigua enfermedad, de la que
se hallan registros desde los comienzos de los tiempos y las primeras
civilizaciones, ha sido tal vez la enfermedad por excelencia. Basta leer las
novelas de los grandes escritores del romanticismo para comprobar que muchos de
los héroes trágicos de aquella corriente literaria padecían la temible, pero a
la vez elegante, tisis (como también se la conoce). Hoy la tuberculosis, desde
el descubrimiento del bacilo causante por parte de Roberto Koch y el inicio de
la era antibiótica a mediados del siglo XX, ha reducido cada vez más su
presencia entre las clases más acomodadas para refugiarse entre los más
humildes y por esto se ha constituido en un fuerte indicador de salud pública y
de desarrollo humano de las naciones.
Por otra parte, se encontraron
lesiones de posible etiología tuberculosa en huesos de momias egipcias que
datan de más de 3.000 años antes de Cristo. La aparición de las ciudades
europeas y la pobreza enorme de las poblaciones con hacinamiento, hambrunas y
pésimas condiciones de vida hicieron que la tuberculosis floreciera en la
Europa feudal. A partir de la revolución industrial y los desplazamientos de
las poblaciones, el problema no hizo sino agravarse. A partir del
descubrimiento del bacilo de Koch y del entendimiento de las causas y
condiciones predisponentes de la enfermedad, aparecieron los famosos sanatorios
en lugares alejados de las ciudades, en medio de paisajes de ensueño, con los
que se buscaba aislar a los enfermos y ayudar al proceso de curación con buena
alimentación y el reposo. Pero por supuesto que esto estaba vedado a los
enfermos más pobres y sus familias, con lo que el problema estaba lejos de ser
resuelto.
Una enfermedad curable
En 1944 se inicia la era
antibiótica en el tratamiento de la tuberculosis con el advenimiento de la
estreptomicina y luego en 1952 el agregado de la isoniacida que lograron por
fin controlar la enfermedad. Estos quimioterápicos hacen que la tuberculosis se
convierta en una enfermedad curable en la mayoría de los casos. Luego se
agregaron otros fármacos, como la rifampicina, que hicieron que los
tratamientos sean más eficaces y de menor duración. En todo el mundo se produjo
un descenso progresivo de los casos hasta mediados de los 80, en los que la
irrupción del HIV ha hecho de la tuberculosis un problema creciente, con la
adquisición y propagación de nuevos casos. FA
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