viernes, 2 de agosto de 2019

¿Cuándo nació Jesucristo?

¿Cómo surgió el calendario que usamos en la actualidad?
Cristo vino al mundo durante el Imperio Romano. Los cristianos de los primeros siglos usaban los calendarios de su época que se referían a fechas de acontecimientos importantes para aquel mundo: fechas de emperadores, olimpiadas o el año de la fundación de Roma.
A comienzos del siglo VI, el cristianismo se había propagado por todo el imperio. Uno de los hombres más sabios de la época, el monje y astrónomo de Scythia (actual Suroeste de Rusia), Dionisio el Exiguo (el pequeño) recopiló una tabla de fechas para la Pascua utilizando el calendario del emperador Diocleciano. Entonces, después de muchos estudios y cálculos, quiso reanudar el sistema de cuenta de los años tomando el nacimiento de Jesucristo, Señor y centro de la Historia, como punto de partida. Dionisio señaló el año 753 de la fundación de Roma como el año del nacimiento de Jesucristo. Tomó entonces este año como primero de la era cristiana. Paulatinamente este nuevo calendario fue tomando importancia primero entre los cristianos y después en el mundo secular. Es el calendario que hoy se reconoce universalmente, aunque en algunas regiones aun utilizan también otros calendarios. Es según este calendario que comenzamos el tercer milenio.
Aunque Dionisio hizo un buen trabajo, no pudo saber exactamente la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Estudios posteriores indican que Cristo nació varios años antes de lo que calculó el monje Dionisio:
-Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande. Los Evangelios y el historiador Macrobio señalan que Herodes murió poco después de la masacre de los Santos Inocentes. También sabemos, según los datos del historiador Flavio Josefo, que Herodes el Grande murió en el año 750 de Roma. Por lo que se deduce que Jesús debe haber nacido antes de ese año.
-Según San Lucas, Jesús contaba con unos treinta años cuando fue bautizado. Ahora bien, como San Juan Bautista comenzó su ministerio el año 15 del reinado de Tiberio, tenemos un punto de referencia. El año 764 de Roma es la fecha más probable del principio del reinado de Tiberio. Si añadimos 15 años para llegar al ministerio de San Juan Bautista, estamos en el año 779 de la fundación de Roma. Si para entonces Jesús tenía 30 años, El nació el 749 de la fundación de Roma, es decir 4 años antes de lo calculado por Dionisio. La fecha del nacimiento de Jesús sería el año 4 aC.
La imprecisión de la fecha en ningún modo disminuye la importancia de celebrar el nacimiento de Jesús. No cambia la realidad histórica y trascendental de que el Verbo Eterno se hizo hombre y habitó entre nosotros para salvarnos. Lo importante no es la fecha del nacimiento sino el nacimiento en sí mismo.
Pongamos un ejemplo. Si unos hijos no supiesen el día exacto del nacimiento de su padre (supongamos que este quedó huérfano en la guerra y no quedó constancia de su fecha de nacimiento). ¿No sería lógico que esos hijos, ante la carencia de datos, escogiesen una fecha aproximada para celebrar el cumpleaños de su padre querido? Pues, aunque no supiesen exactamente el día que nació, ciertamente saben que su padre nació y vive entre ellos y eso es lo que quieren celebrar. ¿Qué tal si algunos de los hijos rehusaran celebrar apelando a que la fecha es incierta y entonces cada uno optara por celebrarle el cumpleaños en un año o día distinto? ¿Acaso no sería un agravio contra el padre quien lo que quiere es celebrar con toda su familia unida? A esos hijos habría que preguntarles: ¿qué es lo más importante, el día del calendario o la persona?
Igualmente, lo importante no es la fecha exacta del nacimiento de Jesús sino el hecho de que el Verbo verdaderamente se hizo hombre y habitó entre nosotros, naciendo de María Santísima en el tiempo y en la historia. Esa realidad es digna de la mayor de las celebraciones porque trae la salvación al mundo entero. Para celebrar unidos, es razonable que, al no saber a ciencia cierta el día natalicio de Jesús, la Iglesia haya escogido una fecha con la mayor aproximación de que era capaz cuando se hizo el calendario.  
Entonces los Cristianos debemos celebrar la Navidad y celebrar el Gran jubileo de nuestra redención con todo el corazón porque celebramos a Jesucristo.
Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es Señor del cosmos y también Señor de la historia, de la que es «el Alfa y la Omega» (Ap 1, 8; 21, 6), «el Principio y el Fin» (Ap 21, 6). En Él, el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y sobre la historia. Esto es lo que expresa sintéticamente la Carta a los Hebreos: «Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas: en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo» (1, 1-2). Tertio Millennio Adveniente #5

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