El amor que les tenemos a nuestros hijos nos lleva muchas
veces a cegarnos y a olvidar lo que los hará felices a la larga. Es muy común
en estos tiempos que los padres de familia, sobre todo los de ciertos recursos
económicos, les construyamos un mundo irreal, sacado de un cuento de Walt
Disney, aislándolos así de la realidad.
Cuando tarde o temprano el cuento termina, nuestros hijos se
enfrentan a un mundo que desconocen, que no comprenden, lleno de trampas y
callejones sin salida que no saben sortear, y las consecuencias son peores a
las que quisimos evitar.
Hace poco la imagen de un padre con lágrimas en los ojos
conmovió profundamente al mundo entero. Pelé, el gran ídolo del fútbol de los
últimos tiempos, quien a diferencia de otras ocasiones, dio una de las ruedas
de prensa más tristes y dolorosas de su vida: su hijo, Edson de 35 años, fue
arrestado junto a 50 personas más en la ciudad de Santos-Brasil. El hijo de
Pelé fue acusado de asociación delictiva con narcotraficantes y puede ser
condenado a 15 años de cárcel. Con lágrimas en los ojos, el ex futbolista
brasileño admitió públicamente que su hijo resultó involucrado en una pandilla
de traficantes de cocaína arrestados por la policía.
Pelé dijo a los medios: “como cualquier padre, es triste ver
a tu hijo metido en grupos como ése y ser arrestado, pero él tendrá que sufrir
las consecuencias”. Y agregó, “desafortunadamente, yo quizás estaba demasiado
ocupado y no me di cuenta. Es lamentable, porque yo siempre he peleado contra
las drogas y no noté lo que pasaba en mi propia casa”.
Pelé es un personaje mundial admirable como deportista y
hombre honesto que no perdió su humildad como otras figuras del deporte. Sin
embargo, es triste que un hombre bueno y talentoso como él se haya ‘distraído’
en su jugada más importante: la formación de sus hijos. La historia de Pelé no
es un hecho aislado.
Por desgracia es la vida de cientos de padres de familia de
estas épocas atrapados en una agenda saturada de trabajo y de compromisos fuera
de casa. Papás que compensan la falta de atención a sus hijos con bienes
materiales. Los inscriben en las mejores escuelas, los rodean de lujos y
comodidades y piensan que con eso ya cumplieron con su tarea de padres, cuando
lo único que han logrado es formar niños que desconocen el hambre y tiran lo
que no les gusta.
Hijos tiranos, pequeños monstruos insoportables y prepotentes
que sufrirán y harán sufrir a sus semejantes porque desde pequeños se han
salido con la suya. Muchachitos que creen que sentir frío o calor es cuestión
de aire acondicionado, que el cansancio que han sentido se limita a caminar
unas cuantas cuadras porque no hallaron estacionamiento frente a la discoteca,
jovencitos que piensan que el trabajo de los padres es firmar cheques para que
ellos tengan todo lo que se les antoja.
¿Qué posibilidades tienen nuestros hijos de convertirse en
hombres y mujeres de bien si los papás les damos todo y no les educamos la
voluntad?
¿Qué hijos estamos formando si con nuestra actitud les
mostramos que el dinero es lo más importante en la vida?
Confucio decía “Educa a tus hijos con un poco de hambre y un
poco de frío”.
Proverbios señala ‘Corrige a tus hijos’. Cuánto bien hacen
los padres a los hijos cuando ponen esa máxima tan sencilla en práctica. Y
cuánto daño les hacen al ponerles todo en bandeja de plata.
Hay muchas realidades que como padres quisiéramos
desaparecer; el sufrimiento de los hijos, el exceso de sudor, de esfuerzo, y
las carencias económicas. Sin embargo, quizás esas realidades no los hagan
felices de momento, pero a la larga puedan forjarlos como hombres y mujeres de
bien.
Ojalá que más padres de familia tengan la inquietud de
enterarse por dónde andan sus hijos. Que no les vaya a pasar que cuando tengan
tiempo deban decir: “Estaba demasiado ocupado y no me di cuenta”.
‘Encárgate hoy de lo posible, que
Dios se encargará por ti de lo imposible’
Tus hijos son tu Responsabilidad. Cuando Dios puso en tus
brazos ése pequeño ser, te lo dio Limpio, Sano, Puro, te dio un Maravilloso
Material para que tú elaboraras una Extraordinaria Obra de Arte, ¿Qué has hecho
con ése pequeño ser? ¿En qué lo has convertido?, ¿Qué cuentas le vas a entregar
al Creador de la misión que te encomendó, de formar un ser humano de bien?
Dios te Reprende la falta de atención y la negligencia. Haz
un examen de conciencia y reconoce tus errores y enmiéndalos, reconoce tus
carencias y prepárate, busca tu dignidad y recupérala.
Hoy nos preocupamos por llenar de cosas materiales a nuestros
hijos y olvidamos por completo sus necesidades morales y espirituales, también
el alma necesita de alimento.
Enséñale a conocer y a practicar la generosidad, hay muchas
cosas que dar: una sonrisa, una flor, amistad, amor, compañía, una palabra
amable, una oración.
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