La enfermedad mental es muy dura cuando la tiene tu
pareja, a la que quieres, pero que ese trastorno parece que está haciendo que
la relación de pareja tenga fecha de caducidad. El estrés en la pareja puede
hacer que se tengan niveles de crisis difíciles de superar. Además
caer en un patrón donde el manejo de la enfermedad se convierte en un papel en
torno al cual se centra la relación es también un problema.
La enfermedad mental no tiene que destruir un
matrimonio, incluso con el estrés y el enfoque que conlleva. A pesar de
los desafíos obvios, hay formas de mantener una relación saludable
cuando tu pareja tiene una enfermedad mental.
Apoyo
Para una persona recién diagnosticada, la noticia
puede ser devastadora, aterradora e incluso puede sentir vergüenza que otros se
enteren. La incertidumbre y el estigma asociado con la enfermedad mental
pueden hacer que los pacientes se preocupen de que no les quieras o los
desees... o que quieras acabar con la relación de pareja. Es importante
que tu pareja sepa que estás a su lado y que le quieres en “la salud y en la
enfermedad”. Esta tranquilidad le ayudará a fortalecer su determinación para
buscar ayuda profesional y aprender mejores estrategias para hacer frente a la
enfermedad. Una reacción negativa podría exacerbar los síntomas de la
enfermedad mental y provocar sentimientos de desesperanza.
Edúcate en
cuanto a la enfermedad mental de tu pareja
Muchas personas no están informadas sobre
enfermedades mentales o confían en información incorrecta. Existe una gran
cantidad de información errónea sobre las causas y las mejores opciones de
tratamiento para diferentes trastornos de salud mental.
El mejor plan de acción es buscar profesionales
psicológicos y médicos de alta calidad, y luego buscar bibliografía e
información sobre el diagnóstico particular (solo de fuentes legítimas). Los
sitios web en los que confías deben tener buena reputación o ser recomendados
por tu psicoterapeuta o médico.
Los síntomas de la enfermedad mental pueden ser
desagradables y confusos. Es fácil pensar que tu pareja está distante, perezosa,
distraída, irritable o irracional. Algunos de estos ‘defectos de carácter’
podrían ser en realidad síntomas de una enfermedad mental. El tratamiento
eficaz que combina terapia y medicación es crucial. Los profesionales de la salud
mental también pueden enseñarte sobre el papel que puedes y debes desempeñar en
el plan de tratamiento de tu pareja.
No te
conviertas en su terapeuta
Más allá de educarte sobre cómo ayudar a tu pareja,
no es tu responsabilidad ser su terapeuta. Esto no funcionará a largo
plazo para ninguno de los dos o para el resto de la familia. Esto es
inapropiado incluso si tú eres un profesional de salud mental capacitado.
Permite que los profesionales fuera de tu matrimonio hagan su trabajo con tu
pareja. Tu función es brindar amor, apoyo y cariño a tu pareja durante sus
esfuerzos de recuperación.
Además, las personas con enfermedades mentales
siguen siendo responsables de tomar las medidas para controlar su enfermedad,
de modo que puedan ser saludables y productivos como parejas y en otras áreas
de la vida. No debes convertirte en su ‘muleta’ o en su habilitador. Deben
asumir cierta responsabilidad (tanto como sea posible, dadas sus circunstancias
individuales) por su propio plan de tratamiento y bienestar,
y por cómo su enfermedad te afectará a ti y a los demás.
Terapia
individual y de pareja
La terapia puede ayudarte a procesar los
sentimientos de una forma saludable, tanto desde tu propio manejo para
comunicarte contigo mismo como con tu pareja. La terapia es un buen recurso
para tener una nueva perspectiva, orientación y equilibrio en una situación
que, de lo contrario, podría salirse de control rápidamente. Como pareja de
alguien con una enfermedad mental debes saber que puedes experimentar muchas
emociones diferentes y aterradoras como odio, frustración o ira... Esto
es por agotamiento emocional y no es inusual. Estas emociones
dolorosas se pueden explorar de manera productiva con el asesoramiento
adecuado. Las parejas también pueden aprender a establecer expectativas y
límites saludables. Acudir a terapia de pareja también puede ayudar a
evitar que caigas en una dinámica insalubre. Por ejemplo, la pareja ‘saludable’
corre
el riesgo de culpar a todo lo que sale mal en la relación de la pareja, a la
enfermedad mental. Esto no es productivo para ninguno de
los dos. MJRP
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