El uso de corticoides en muchos
casos permite salvar vidas, como en los casos de asma en exacerbación y otras
emergencias alérgicas; sin embargo, es necesario conocer cómo minimizar los
efectos adversos. El uso evitable e irresponsable de los corticoides orales o
inyectables puede ser riesgoso para el paciente y ocasionarle, por ejemplo,
hipertensión, trombosis, glaucoma, cataratas, visión borrosa, aumento de peso,
insuficiencia suprarrenal, osteoporosis o afecciones psiquiátricas, entre otras
consecuencias negativas.
Qué son los corticoides
y para qué sirven
Los corticoides son hormonas
pertenecientes al grupo de los esteroides producidos por la glándula
suprarrenal, los cuales son indispensables para el buen funcionamiento del
organismo. En medicina se emplean
fundamentalmente para tratar con mucha eficacia enfermedades inflamatorias y
alérgicas ya que disminuyen la producción de proinflamatorias, sustancias que
intervienen en procesos patológicos. Son
muy utilizados en el tratamiento de problemas crónicos, por ejemplo, asma y
alergias como eczema o dermatitis atópica, rinitis y conjuntivitis alérgica.
También, se usan en otras afecciones como artritis reumatoide, lupus o en casos
de trasplantes de órganos.
‘Los corticoides normalmente son
producidos por dos glándulas, las suprarrenales. Tienen una gran variedad de
funciones fisiológicas como regular la inflamación y el sistema inmune,
intervenir en el metabolismo de los hidratos de carbono y las proteínas,
intervienen también en la respuesta al estrés. La industria farmacéutica ha
sido capaz de crearlos de manera artificial como medicamentos en forma de
inyecciones, pastillas, cremas, inhaladores, entre otros’, explicó la Dra. Mónica De Gennaro, especialista en
alergia, subdirectora médica de la Fundación
CIDEA (Centro
de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias).
Por qué pueden ser
peligrosos
Los corticoides pueden ser
peligrosos si no se eligen con cuidado porque no todos son iguales en cuanto a
su potencia. Lógicamente los sistémicos, ya sean orales o inyectables, son más
riesgosos que los bronquiales inhalados y los intranasales. Siempre es el
médico quien debe elegir cuál es el adecuado en cada caso, la vía de
administración más apropiada y el tiempo correcto de uso para evitar los
posibles efectos adversos.
El uso de esteroides sistémicos es, en ocasiones, indispensable, pero prolongar el tratamiento trae consecuencias negativas en varios órganos y sistemas:
El uso de esteroides sistémicos es, en ocasiones, indispensable, pero prolongar el tratamiento trae consecuencias negativas en varios órganos y sistemas:
·
Cardiovascular:
hipertensión, trombosis.
·
Oftálmico:
glaucoma, catarata, visión borrosa, otros trastornos visuales.
·
Endocrino:
insuficiencia suprarrenal, síndrome de Cushing, aumento de peso, diabetes
mellitus.
·
Gastrointestinal: ulcera
péptica, dispepsia, distensión abdominal, ulcera esofágica.
·
Psiquiatría:
confusión, irritabilidad, delirios, pensamientos suicidas.
·
Musculoesquelético: osteoporosis, miopatía proximal.
·
Piel:
adelgazamiento de la piel, moretones fáciles, retraso en la cicatrización de
heridas.
·
Pediatría: Si un
niño recibe corticosteroides sistémicos durante pocos días por año, tendrá
pocos efectos secundarios o ninguno. Si repite muchos pulsos varias veces al
año o las dosis son muy altas o reciben corticoides por períodos muy
prolongados pueden aparecer efectos indeseables como malestar estomacal,
vómitos, aumento del apetito, dolor de cabeza, mareos, irritabilidad y
desasosiego.
El uso crónico, los corticoides inhalados pueden a veces producir
efectos locales y sistémicos, por ejemplo, a nivel local pueden generar
candidiasis orofaríngea, tos irritativa y disfonía. Estos efectos pueden
reducirse mediante el uso de espaciadores, enjuague oral post inhalación, y
emplear la dosis mínima adecuada a la severidad.
Cómo saber si el uso de
corticoides es irresponsable o evitable
En primer lugar del uso evitable se
encuentra la automedicación. “En nuestro medio es frecuente que el paciente
consiga los corticoides sin receta y los emplee según le parece, sin control o
supervisión médica. Otro motivo es la falta de atención especializada de la
enfermedad de base por la cual muchos pacientes reciben repetidas dosis de
corticoides en salas de emergencia donde en muchos casos los médicos de guardia
no tienen disponible el historial del paciente y no tienen otra opción para el
episodio agudo que indicar corticoides”, afirmó el Dr. Jorge Máspero, especialista en alergia e Inmunología y director
médico de la Fundación CIDEA.
Se puede estimar además por la
presencia de efectos adversos. Hay que recordar que no deben ser utilizados en
sujetos con infecciones sistémicas producidas por hongos o infecciones
generalizadas no controladas.
Se tienen que usar con mucha
precaución especialmente en personas hipertensas, con insuficiencia cardíaca,
insuficiencia renal, osteoporosis, epilepsia, úlcera gastroduodenal, diabetes,
glaucoma, obesidad y psicosis o delirio.
Cómo minimizar los
efectos secundarios de los corticoides orales sistémicos
Deben prescribirse por vía oral a
la dosis efectiva más baja por el tiempo mínimo posible y se tienen que tomar
por la mañana y (si la condición de la persona lo permite) en días alternos
puede reducir el riesgo o la extensión de la supresión suprarrenal. Si ya no
son necesarios, los corticoides orales pueden interrumpirse bruscamente en
aquellas personas que han recibido tratamiento durante menos de 3 semanas, ya
que el potencial de insuficiencia suprarrenal es bajo. En pacientes que hayan
recibido esteroides por más tiempo, se utilizan las estrategias de reducción
gradual.
Una posible estrategia para
retirar los corticoides del tratamiento es la reducción paulatina del 10% al
20% de la dosis, pero lo que más marca esta pauta es la dosis inicial, la
duración del tratamiento, la enfermedad que causa la prescripción y la
respuesta del paciente.
En caso de que aparezcan síntomas
relacionados con la retirada o que haya alguna situación de estrés, será
necesario aumentar la dosis nuevamente. Este descenso debe ser monitoreado por
el médico del paciente.
En el caso del asma grave -que es
una enfermedad heterogénea con múltiples fenotipos e identificar el fenotipo
permite personalizar la terapia- existen opciones de tratamiento avanzadas (por
ejemplo, productos biológicos) que pueden tener un efecto de ahorro de
corticoides y disminuir el daño consecuente.
En este sentido, el Dr. Máspero,
destacó que “debemos asesorar a los pacientes sobre sus derechos, uno de los
cuales es no verse obligado a depender de corticosteroides orales o inyectados”.
Derechos de los
pacientes con asma grave
·
Recibir una derivación oportuna y
directa cuando el asma grave no pueda tratarse en la atención primaria.
·
Recibir un diagnóstico oportuno y
formal de asma grave por parte de un equipo de profesionales expertos.
·
Recibir información y apoyo para
comprender el tipo y características del asma grave.
·
Recibir atención especializada que
reduzca el impacto del asma grave en la vida diaria.
·
No verse obligado a depender de
corticosteroides orales o inyectados.
·
Tener acceso a la mejor y más
segura medicación para su asma grave que no pueda manejarse de otra manera.
·
Acceder a una atención de calidad
consistente y constante, independientemente del lugar de residencia y las
condiciones socioeconómicas. BP
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